77. Chao Phraya.

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A Valentín le costó un par de meses tener todo preparado, pero finalmente estaba listo para abrir sus puertas.

En un primer momento no había querido occidentalizar los platos tradicionales tailandeses que había comido en Bangkok y Phuket, pero le daba miedo no encontrar todos los ingredientes que necesitaban o que a la gente le resultaran demasiado picantes o extraños, por lo que se decantó por una carta con algunas especialidades que pensaba que serían del agrado de los españoles.

Iba a servir Pad Thai [1], varios platos con arroz (con mango, frito con piña, etc.), otros con curry (rojo, verde), pollo estilo Satay [2], Tom Yum [3] y algunos más.

- ¿Cómo vas a llamarle?- le había preguntado Andrés mientras que se tomaban unas tapas por ahí.

- Chao Phraya

- ¿Significa algo en especial?

- Es el río más importante que pasa por Bangkok.

- ¿Y de verdad te has traído a una cocinera tailandesa que antes vivía en Barcelona?- estaba intrigado Joan.

- Ajá.

- Pero, ¿cómo ha accedido a venir?

- Muy fácil- contestaba Álvaro- le va a pagar un pastizal.

Los amigos de Valentín no entendían por qué era tan importante que alguien oriundo del país de la eterna sonrisa trabajara en el restaurante. Ya se había endeudado hasta las cejas para poder emprender el negocio y encima iba a pagarle una barbaridad a esa señora para que dirigiera la cocina.

Valentín siempre respondía lo mismo, que era de suma importancia que los platos supieran tan ricos como allí para que los comensales no tacharan a su restaurante como "otro asiático más". Pero Álvaro intuía que había algo más detrás de la decisión de su amigo.

El dinero que "mágicamente" había recibido no era suficiente para comenzar la empresa, así que sus padres habían contribuido a la causa prestándole algo de dinero y el resto lo había obtenido en un préstamo para jóvenes emprendedores. Sentía una gran presión y deseaba que el restaurante tuviera mucho éxito.

Con el comienzo del siguiente curso escolar, Chao Phraya abrió sus puertas en petit comité. Los padres y la hermana de Valentín junto con algunos amigos más fueron los invitados a esa primera cena. A la que no pudieron faltar Joan, Marc, Andrés, Álvaro y algunos compañeros de hockey.

Valentín estaba sumamente atareado aquella noche, quería que todo saliera genial. Ya no tanto por la aprobación del restaurante en sí, si no porque quería que las personas más importantes de su vida disfrutaran de esa maravillosa comida de la que él se había enamorado. Pero incluso con todo el jaleo de la velada pudo notar que algo extraño estaba pasando en la gran mesa, ¿desde cuándo Álvaro conocía a Sami y por qué parecían tan a gusto el uno con el otro?.



[1] Tallarines de arroz con huevo, salteados al wok con pollo, cacahuetes y cilantro.

[2] Brochetas de pollo marinado hechas a la brasa

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[2] Brochetas de pollo marinado hechas a la brasa.

[3] Sopa agridulce con langostinos

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[3] Sopa agridulce con langostinos. 

 

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