Ahí veo aparecer a Quique, que sigue siendo igual de precioso que siempre. Y lo peor de todo es que no ha hecho nada en especial, está exactamente igual que cualquier otro día.
¡La primera en toda la cara!.
Lleva el jersey fino verde botella que le regalé por su cumpleaños el año pasado, ese que le queda perfectamente ajustado a su estrecha cintura. Un vaquero color mostaza y un bolso grande cruzado al hombro. Solo con verle ya noto que algo no está bien dentro de mi estómago.
Quique se sienta y me sonríe, me pide disculpas por tardar, pero yo ya sé que llegaría tarde, hay cosas que no cambian.
Antes de poder decirle nada me pregunta por nuestros gatos. Dice que los echa mucho de menos y que quizá podría llevarlos él algún día a su casa.
¿Los gatos? ¡En serio!, ¡los gatos antes que yo!
Y yo, cual ex "esposo" posesivo, lo primero que le digo es que quizá no le parezca bien a su nueva pareja.
- ¿De qué nueva pareja me estás hablando, Álvaro?- me pregunta extrañado.
- No sé... dímelo tú.
¡A la mierda toda mi madurez!
- No hay ninguna nueva pareja, ¿quién te ha dicho esa tontería?
- ¿Me estás diciendo que en estos meses que llevamos separados no ha habido nadie en tu vida? Eso no te lo crees ni tú- le digo levantando la voz más de lo que quisiera.
- ¿En serio crees que alguien podría haberte sustituido así de fácil?- me pregunta mientras que sonríe de forma demasiado pícara.
Y ya no sé ni porqué me estaba enfadando. Si me sonríe así me está complicado aquello de mantenerme firme.
Mientras, él continúa diciendo - Yo no me marché porque buscara nada, ni a nadie. Me marché porque necesitaba encontrarme a mí mismo.
- ...
- Me fui porque nuestra vida estaba a punto de convertirse en algo verdaderamente serio y no quería cagarla con mis dudas. Jamás he querido hacerte daño, y si te lo he hecho lo siento en el alma.
- Claro que me lo has hecho- le grito desesperado- ¿Qué pensabas que iba a ocurrir?, que me iba a despertar a la mañana siguiente iba a girarme hacia tu lado de la cama y al notarlo totalmente frío iba a pensar "¡mira tú qué bien, más espacio para mí!".
- No hace falta que te pongas sarcástico- me incrimina.
- ¡Me pongo como me da la gana!- le grito mientras me levanto de la silla.
- Baja la voz, Álvaro. Siempre hemos sabido dialogar como iguales, no es momento para armar escándalos- me susurra mientras me hace gestos para que vuelva a sentarme.
- ¡Pero es que ahora no es como siempre!, ahora tú y yo no somos nada. ¡Nada!
Estoy tan nervioso, ¿por qué estoy tan nervioso? ¡Joder!. Me dan ganas de llorar de la tensión, pero no quiero llorar...
Quique se levanta también, se acerca a mí e inesperadamente me abraza. Pero yo no le devuelvo el abrazo, simplemente dejo que suceda.
A lo lejos, un coche parado en un semáforo, va camino a clase de inglés con un padre al volante y una niña rubia detrás jugando con un dinosaurio naranja. Yo no les veo, pero él a nosotros sí.
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Valentín
RomanceValentín pasa de la treintena cuando sus padres deciden que se marche de casa. Su hermana quiere buscarle novio y su mejor amigo acaba de romper con su pareja. Para él, un viaje inesperado le llevará a romper sus propios prejuicios y abrir su corazó...