20. Sin cruzar palabra alguna se marcha.

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Es imposible.

La tonta de mi hermana me ha hecho creer que el tal Khalan era un hombre y resulta que es una pequeña tailandesita de apenas un metro sesenta y 45 kilos. Sin curvas ninguna en su cuerpo aparenta 13 años a lo sumo. Y mi parte bi puede aceptar sin problemas el cambio de género, pero no me meto con menores ni loco, y menos en un país extranjero, ¡que ya lo que me faltaba era acabar preso en una cárcel tailandesa como la mujer de Frank Cuesta! [1]

Álvaro tampoco debe de entender nada y me mira intentando encontrar una explicación en mi rostro. Pero lo único que se me ocurre decir es "Hola Khalan".

Khalan sonríe de nuevo y en un rápido gesto mira hacia un reloj en la pared. Cuando alza su barbilla puedo identificar una nuez demasiado prominente para ser de mujer. Así que hago un barrido rápido a su forma de vestir y moverse, pero no saco nada en claro. Lleva unos vaqueros rectos, de tiro alto, unas Convers rojas y una camiseta sencilla de algodón de color roja también. Es el claro ejemplo de que la ropa no tiene género. No lleva maquillaje, pero no hay rastro alguno de barba. Lleva pendientes en ambas orejas, unos aros plateados. Y las uñas cortas sin pintar.

Se gira y nos indica que la sigamos. 

Álvaro me da un codazo en las costillas y me susurra - oye, pero ¿vamos a ir de verdad con esta chiquilla?.

Él también ha parecido apreciar lo mismo que yo.

-Vayamos primero al hotel a instalarnos y ya luego lo hablamos con calma- le contesto bajito.

Nos lleva a paso ligero por el aeropuerto hasta el exterior, subimos a un autobús de línea que ni idea de cuanto nos cuesta porque simplemente le entrego dos o tres billetes al conductor y me fío de sus vueltas. Nos sentamos en la parte trasera y permanecemos los tres muy callados.

El trayecto se me hace tan lento que me entra sueño. Apenas he dormido en el avión y el cambio de hora me está matando. Apoyo la cabeza contra el respaldo y le hago un gesto a Álvaro, que se sienta a mi derecha, para que me despierte cuando lleguemos. Pero quien toca mi cabeza es Khalan. Se ve que me he apoyado en ella con el traqueteo del bus. Me da mucho apuro así que me retiro enseguida mascullando un "lo siento" que seguro no va a entender.

A las puertas del hotel hace un gesto con la mano para decirnos adiós y sin cruzar palabra alguna se marcha.



[1] Extenista, entrenador de tenis, veterinario, herpetólogo, ​​ presentador de televisión, youtuber y streamer español nacionalizado tailandés. Se casó con una mujer tailandesa llamada Yuyee, a la que metieron presa durante seis años.

ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora