54. Arroz y curry.

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No es que les extrañe, sólo que no saben su alcance, tampoco hasta qué punto puede mejorar en un futuro. Así que se disponen a hacerle varias pruebas, pero entre que Valentín no habla tailandés, ellos tampoco español y con el inglés es un chiste, además de amnésico parece que estuviera tonto el pobre.

Yo hace tiempo que he tomado mi decisión. He mandado comprar un pequeño apartamento en un bajo con un patio exterior a las afueras de la capital, en una zona tranquila con los servicios terapéuticos que va a necesitar cerca. Tener dinero te facilita emprender ciertas empresas aún en la distancia. Por lo que el día que Valentín y yo llegamos a Bangkok el piso estaba totalmente amueblado, mis cosas habían sido traídas desde mi anterior domicilio e incluso nos encontramos la nevera llena.

Nuestra casita cuenta con dos habitaciones y un pequeño despacho, donde tengo todo mi equipo de trabajo. En el dormitorio más espacioso he puesto una cama individual en un extremo y una articulada tipo hospitalario en el otro, a Valentín aún le queda fisioterapia que realizar y ésto facilitará las movilizaciones y transferencias. En su estadía en el hospital leí todos los libros sobre su cuidado que pude encontrar, pregunté a las enfermeras y estuve presente en cada una de las sesiones de fisioterapia que allí le dieron. No quiero extraños en casa, yo me encargaré de él, es mi responsabilidad.

Algún día la cama individual pasará a la estancia más pequeña y pondremos una cama grande para ambos. Algún día...

Los días han ido pasando, físicamente está mejor, pero su memoria parece como estancada en algún lugar remoto. Mi obsesión por entenderle ha ido desde comprar traductores físicos, usar distintas aplicaciones e incluso vivir pegados al traductor de Google voz. Al final logro aprender frases sencillas del día a día que me suele decir. "Quiero comer/lavarme/ir al baño", "No necesito nada", "¿Quién eres?", "¡Déjame en paz!", "Estoy cansado", "¿Me conoces?"...

Me doy cuenta de que el cerebro de Valentín ahora mismo es casi casi como un lienzo en blanco, así que me dispongo a pintarlo de tailandés. Le pongo música infantil en mi idioma en Youtube, y aunque a mi me dan un dolor de cabeza horrible a él parece tranquilizarle letras como la de "จันทร์เจ้า" [1]

จันทร์เจ้าเอ๋ย ขอข้าวขอแกง
ขอแหวนทองแดง ผูกมือน้องข้า
ขอช้างขอม้า ให้น้องข้าขี่ ขอเก้าอี้ให้น้องข้านั่ง
ขอเตียงตั่งให้น้องข้านอน ขอละครให้น้องข้าดู
ขอยายชูเลี้ยงน้องข้าเถิด ขอยายเกิดเลี้ยงตัวข้าเอง

Cuando le oigo cantar con su acento hispano "chancha ig ko ka ko keeng" (Cạnthr̒ cêā xěy k̄hx k̄ĥāw k̄hx kæng) debo de poner una expresión particular que él, desde su completa inocencia, traduce diciéndome - ¿Vas a abrazarme?.

 A lo que siempre contesto que sí, y el día que no lo haga bien podría morirme.

Khalan signando: - Me gusta el arroz y el curry. Me gustas tú. Te voy a amar siempre.- [2]

Y él me imita los signos y pone voz a nuestras manos. คุณต้องการข้าวและแกง. ฉันชอบคุณ. ฉันจะรักคุณเสมอ. [2]

Así, poco a poco, cada día, con su dulzura, con mi locura, voy enamorándome más de este farang de ojos color chocolate. He creado un mundo donde sólo estamos ambos, un mundo precioso lleno de miradas, lleno de gestos, lleno de sonrisas. Del que no quiero que nadie nos saque.


[1] Letra de la canción de cuna "Chan Chao". Estimado lunes, ¿le gustaría arroz y curry? Pide un anillo de cobre para atar la mano de mi hermana. Pide un elefante, pide un caballo, deja que mi hermano monte. Pide una silla para que se siente mi hermana. Pide una cama para que duerma mi hermana. Pide una obra de teatro para mi hermana. Deja que la abuela Chu se ocupe de mi hermana. Quiero nacer para alimentarme.

ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora