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-Qué es lo que quieren y quiénes son?... -les pregunto colocándome a lado de Tara apuntándoles con el AK-47 a pesar de ya no tener munición, pero ellos no lo sabían.

-Yo soy el sargento Abraham Ford, ella es Rosita Espinosa y éste cerebrito es el doctor Eugene Porter, nuestra salvación... Lo llevamos a Washington y necesitamos gente para protegerlo, nos acompañan?... -preguntó el pelirrojo.

-No lo creo... -dije segura. -De verdad es la cura para todo este infierno?... -pregunté incrédula.

-Sí lo soy... Soy un científico, trabajé para el gobierno para combatir y crear armas biológicas... o como dirían fuego con fuego... así desarrollaron esto de los muertos y por lo tanto sé como revertirlo... pero necesito llegar allá, pasar la información que tengo y que desafortunadamente me prohibieron darla a externos que no fueran nuestros colegas en Washington  puesto que es confidencial... por eso salvan mi trasero de ser comido por esas armas biológicas... -indica Eugene.

Me quedé en mi mismo lugar apuntándoles aún, Tara bajó su arma y me miró con cara de poder sumarnos a ellos.

-Nosotros tenemos que buscar a nuestra familia... -indico bajando el arma y yendo por Glenn.

-Su amigo está inconsciente, y ustedes se ve hechas mierda... sin ofender pero creo que tendrían mejor posibilidad de sobrevivir si vienen con nosotros... -prosiguió  Abraham.

-Creo que es buena idea ir con ellos, por lo menos hasta que Glenn despierte, tal vez nos puedan acercar a un lugar en donde su grupo esté... -indica Tara en susurro acercándose a mí.

-No estoy muy segura de eso... pero por el bien de nuestra supervivencia lo haremos... -indico y Tara me ve con una sonrisa leve. -Los acompañaremos... -les indico a los tipos de la camioneta. -Pero que quede claro una cosa, la ayuda será mutua, nosotros debemos encontrar a nuestra familia pero no intervendremos con su objetivo, de acuerdo?... -les digo segura.

-Bien señorita... Les ayudo a subir a su amigo?... -pregunta el pelirrojo sonriendo socarronamente.

-No gracias, yo puedo sola... -le digo seria y así cargo a mi mejor amigo y lo subo a la parte trasera, Tara sube todas las maletas y cosas importantes y después subimos todos al vehículo para partir del lugar.

Me doy cuenta de que Tara va anotando en su brazo ciertas cosas y nombres de calles, va grabando el camino para ayudarnos a volver en caso de ser necesario. Después de un mediano trayecto nos detuvimos, habían autos estorbando y caminantes siguiéndonos, Tara se alarmó un poco y decidió tomar mi arma que no tenía munición y apuntarles, estaba por disparar pero el sargento Abraham Ford la detuvo, él bajó de la camioneta y mató a los tres caminantes que estaban ahí, lo hizo con una sonrisa en su rostro, eso me hizo enojar un poco. Recordé que antes eran personas y también recordé que cuando conocimos a Rick hasta un pequeño homenaje le rindió a uno de ellos. Decidí entonces concentrarme en Glenn, limpié su rostro con un paliacate húmedo y constantemente tomaba su pulso puesto que se había enfermado antes de aquel suceso con el gobernador y aún no estaba al cien. Tara bajó y ayudó al coronel.

-Qué?... -escuché a Abraham preguntarle a Tara.

-Nunca antes había visto a alguien que sonriera mientras los mata... -declara ella y me doy cuenta de que no era la única que pensaba que eso era algo psicótico.

-Bueno, soy el tipo más suertudo del mundo... -responde él. -Te importaría ayudarme con los autos?... aún queda mucho camino que recorrer... -indica él y ambos lo hacen.

-Glenn... por favor despierta... -le pido en susurro moviendo levemente su hombro pero no responde. Lo tomo fuerte y lo recuesto en mis piernas, pensando que estaría más cómodo que en aquella mochila en la que estaba recargado.

-Aún no despierta?... -me pregunta Tara subiendo de nuevo al camión.

-No... -le respondo apenas. -Pero su pulso es estable y no tiene temperatura ni nada por el estilo... estará despierto en cualquier momento... sólo hay que esperar... -le indico viéndolo.

-Bien... -indica ella. -Bueno, dime una cosa... si quieres... -dice nerviosa y le sonrío suave para que pregunte en confianza. -Si él busca a su esposa.... tú a quién buscas?... -me pregunta finalmente.

-A mi novio... -digo haciendo una mueca rara que hace reír a la chica. -Es raro decirle así... -le declaro riendo también. -Pero sí, somos novios... casi desde el principio... más o menos... -le indico. -Y de hecho no sólo lo busco a él, también quiero encontrar al resto de nosotros, sé de algunos que salieron pero no sé en dónde están y a los que no vi, pues... sólo espero que estén bien... de verdad que sí... -digo un poco nostálgica.

-Ya verás que sí los encontraremos... a todos, no pienses lo contrario... -me dice sonriendo leve. -Ánimo chica ruda... -me dice y de inmediato pienso en Merle, ella al parecer se da cuenta de ello y agacha su cabeza. -Lo siento, no quise ofender ni nada por el estilo... -se disculpa.

-Oh... no, no, no te preocupes... es solo que así me decía el hombre que mató el gobernador y tenía su cuerpo convertido con él... -le confieso y ella asiente leve. -Pero gracias Tara... me alegra que hayas venido con nosotros... -le digo sonriéndole dulce y ella copia mi gesto.

Vuelvo mi mirada al camino que recorríamos y logro ver el autobús en el que algunos de nuestro grupo escapó. Abro mis ojos como platos y vuelvo a recargar a Glenn en la mochila para disponerme a pedirle al sargento que detuviera el camión, pero no lo hace, entonces en mi desesperación decido saltar de este cayendo de forma estratégica para no lastimarme y dando unas cuantas volteretas antes de detenerme en el piso. Es entonces que escucho el grito de Tara y luego el camión detenerse. Me incorporo despacio y veo el camión, salen Rosita, Eugene y Abraham de la parte delantera y luego veo a Tara y Glenn saliendo de la caja. 

-Glenn... -digo feliz de verlo consciente otra vez. Ambos van hacia mí preocupados.

-_______... a caso perdiste la cabeza?... -me pregunta Tara.

-Estoy bien... -le indico.

-En qué estabas pensando?... -me pregunta ahora Glenn y lo abrazo fuerte antes de que siguiera regañándome por mi impulsividad tan hiperactiva.

-Lo siento, pero estoy bien... necesitamos revisar el autobús... está atrás-...- les indico pero Abraham de inmediato me detiene colocándose enfrente mío.

The New Future. [Daryl Dixon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora