AMELIA | THG

21

21.

La fase dos. Nuestros nuevos juegos del hambre.

Agentes de la paz entran y nos comunican sobre la situación de nuestros vencedores, me guían vía aérea hasta el hospital que está en el sótano del centro de entrenamiento, en donde atienden a los tributos. Entramos rápidamente y Haymitch va con los médicos que atienden a Katniss, a mí me toca ir hasta la habitación en donde tienen a Peeta, a través de un cristal veo al rubio totalmente inconsciente y a muchos doctores alrededor de él, el Capitolio tiene lo necesario para ayudarlo.

—Señorita Allen— Ryan Clarke estudia medicina muy a pesar de su familia, pero ninguno de ellos se opuso. Tal vez dejan que haga lo que quiera mientras el padre de Ryan no muera, después como toda buena familia poderosa del capitolio, el puesto será de él. Y tal vez por eso Ryan conseguía aquellos ''calmantes'' tan fácilmente — Debo de informarle sobre la situación de Peeta Mellark.

Asiento sin despegar mi vista del joven panadero.

—La infección avanzó mucho, y para poder salvarlo debemos de amputar...— mi pulso se acelera y mis manos empiezan a temblar. Me había prometido traerlos intactos y no lo hice. Haymitch me diría que hicimos lo que pudimos, que al menos están vivos, pero yo se que su vida jamás volvería a ser la misma.

—Hagan lo que sea mejor para él— el asiente y me armo de valor para enfrentarlo cara a cara— cuando puedan trasladarlo a la habitación, que Katniss no lo vea.

Ella despierta tiempo después. Escuchamos sus pasos acelerados mientras la esperamos en la sala, Katniss suspira de alivio al encontrar a sus dos mentores que no duda en rodearnos con un abrazo al que correspondo, a pesar de no reaccionar muy bien. El personal medico del capitolio han hecho lo necesario para que ella luzca sin ningún rasguño, pero las cicatrices nunca desaparecen realmente.

—¿Peeta está bien? — pregunta alarmada cuando finalmente se separa. Haymitch le explica que se reunirán en la ceremonia.

Mi estilista guía junto con Cinna a Katniss hasta el duodécimo piso en donde podrán prepararla para un espectáculo más del Capitolio. La castaña insiste en que la acompañe, pero a mí me han citado a otro lugar.

La mansión presidencial esta más vigilada que el resto de la ciudad, los agentes de la paz me guían hasta donde supongo, está la oficina del presidente Snow.

Estoy en silencio y solo se escuchan los pasos del Avox que sirven el té y colocan varios bocadillos en una bandeja.

La puerta se abre y es ahí donde entra aquel hombre. Su sonrisa es de oreja a oreja y el perfume a rosas inunda la habitación, comienzo a sofocarme, pero tengo que mantenerme serena ante su presencia. Cualquier acto de debilidad y el hombre sabrá en donde herirme.

—presidente Snow— me levanto de mi asiento al instante y el estrecha su mano con la mía.

—Señorita Allen— hace una señal a los Avox quienes se retiran al instante— será mejor para todos si hablamos con la verdad. Y la falla en la arena, no debió de suceder.

—Supongo que por amor se hacen muchas cosas presidente—

—¿Y usted acaso conoce el significado de esa palabra? — me pasa una taza de té que me veo obligada a tomar, sé que no tiene algún tipo de veneno, el no lo permitiría.

—Pues parece ser que Seneca Crane sí la conocía—

—El señor Crane— dice con su vista desviada a un postre de frutos rojos— creí que la tenía lo necesario para este trabajo, ahora mismo esta reflexionando sobre sus errores...