AMELIA | THG

19.

19.

James Pov.

Era completamente irreal pensar en un mundo sin Amelia.

Me negaba a creerlo.

En la noche siguiente a su muerte, mis pensamientos eran confusos. Una y otra vez trataba de recordar las ultimas palabras que me dijo, su última risa junto al amor de su vida o en recuerdos más lejanos, como la vez en que me caí en la escuela y a pesar de estar muy débil a causa de la falta de alimento, Amelia me cargó hasta llegar a casa.

Tuvo la misma fuerza y valentía hasta el último instante de su vida.

Desperté. Había algo que no estaba viendo. Algo no encajaba, ni ella ni Finnick debieron de morir.

Nadie estaba dormido, Cressida como podía atendía la herida de Gale. Peeta y Katniss tenían su mirada en el suelo, procesando la información que Tigris nos dio antes.

Amelia tenía sangre del presidente Snow y él lo sabía.

La ira me invade, observo detenidamente todo a mi alrededor, mis ojos se desvían a mi próximo plan. Tomo las armas que pertenecían a Messalla.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta Peeta incorporándose.

—Cumplo la ultima voluntad de mi hermana, iré a matar a Snow— hago nota mental de cuantas municiones me quedan. Tomo varios cuchillos y vuelvo a colocar el chaleco que me dio mi hermana la última vez que la ví.

—A quien deberías de matar es a mí— dice Katniss con un ligero temblor en su voz. —Yo inventé todo esto, Amelia me creyó y por eso ahora ella y Finnick han muerto. Yo los maté.

—Glimmer, Marvel— La voz de Peeta desvía mi atención. Katniss camina lentamente hacia él, familiarizada por los nombres que mi amigo menciona. —Mags, Clove, Wiress, Rue... Finnick y Amelia. ¿Qué significan todas esas muertes? Significa que nuestras vidas nunca fueron nuestras.

Esas palabras suenan a Peeta. Mi amigo está de vuelta.

—No había vida, porque no teníamos opción— todos escuchamos atentamente, incluso Gale reflexiona en las palabras de Peeta.—Nuestras vidas pertenecen a Snow y también nuestras muertes.

—Snow causo todo esto Katniss, no tú. El asesino a mi hermana y a su familia...— poso mi mano en su hombro y ella asiente mientras limpia las lágrimas de sus ojos.

—Si tu lo matas, Katniss...— las palabras de Peeta están llenas de determinación. Ella siempre lo ha escuchado. —Si le pones fin a todo esto, todas esas muertes, la muerte de Amelia...tendrán sentido.

—Mi hermana y Finnick eligieron esto. Todos elegimos esto. Y también te seguimos a ti. —agrego. — Mata a Snow, que todo esto llegue a su fin.

Tengo mis propios planes, observo a todo el mundo descansar y charlar. En algún momento de la madrugada Gale habla con Peeta sobre Katniss, es obvio que en algún momento mi amiga tendrá que tomar una decisión, pero me permito guardar silencio y seguir con el luto por la muerte de mi familia. Es un asunto que no me corresponde y no me preocupa, no cuando la ira y el dolor no salen de mi corazón.

Las explosiones y los disparos nos sobresaltan al amanecer, Gale dice que pueden ser los rebeldes en enfrentamientos con los agentes de la paz, una alarma resuena y en el televisor un aviso se proyecta.

Son ordenes de Snow, ha pedido evacuar y ha ofrecido su mansión como refugio. Es mi oportunidad.

Rápidamente pensamos en un plan, pero mi mente no procesa su información.