8.

9.6K 1K 29
                                    

James solía ir a la panadería a ayudarle a la familia Mellark en el negocio, más que nada porque su mejor amigo Peeta no soportaba que su mamá lo tratara mal. Nunca lo dejo que vaya a la habitación donde está mi espada, aún imagino que está cubierta con la sangre de aquellos tributos, no quiero tener una recaída, no frente a él. James seguía preguntando por que el capitolio me llamaba varias veces pero siempre solía contestarle que eran las muchas fiestas. Mi hermano conoció la pequeña parte que quedaba de su hermana y comprendió del por qué me comporto diferente en el exterior. Su vestimenta y su peso mejoro considerablemente desde entonces, incluso me cuenta que en la escuela ya varias chicas se han fijado en él. Estaba muy emocionado cuando le compre su pastel de cumpleaños para sus 16.

James me comento que el trato entre él y su mejor amigo era simple ''Peeta le enseñaba todas las recetas si él lograba hacer que Katniss Everdeen hablara con el rubio''

El problema era que la tal Katniss Everdeen no hablaba con nadie que no fuera su amigo castaño, a quienes siempre veía intercambiar carne o plantas en muchos puntos del distrito. Estábamos a vísperas de los 74 juegos del hambre, el ambiente era cada vez más tenso. Por la mañana de un jueves recibí una llamada.

-¡Amy, Amy, AMY!- la voz cantarina de Lily hizo que dejara de comer las galletas que tenía en casa. – Te tengo una gran noticia.

Genial.

-¿Qué sucede Lily?- pregunte sonando más feliz de lo que pensaba. Las buenas noticias en estos días pueden ser tomadas como bromas de mal gusto.

- La nueva línea de ropa esta lista- dijo orgullosa de su creación. – si vienes a tomarte las fotos y a un par de entrevistas, todos en el capitolio querrán usar la ropa de nuestro Diamante.

-Durante los juegos- y colgué antes de que ella pudiera replicar. Aquel día tuve tan mal humor, que James prefirió encerrarse en su habitación durante la cena.

No estaba de humor, no quería ver los rostros de los niños seleccionados, tampoco ir a dar el pésame a alguna familia, otra vez.

Finalmente llego el día de la cosecha, la plaza de comerciantes suele estar tan llena que parece que celebran algún evento, pero no esta ocasión. El nombre de mi hermano estaba dentro de aquella urna.

Mi mentor decidió emborracharse una noche antes así que tendría que ir hacia aquel lugar sola. Mi estilista se encargó de que mi hermano luciera bien, le pedí que me enviara mucha ropa para James pero, a través de aquella lujosa vestimenta, solo puedo ver a un niño asustado. Caminamos en silencio hacia la plaza, con un Haymitch tambaleándose varios metros atrás. Fui escoltada cuando puse un pie ahí y también fui separada de mi hermano a quién le prometí un ''estarás bien'', a lo lejos vi como una mujer llego corriendo y lo atrapó con sus brazos, James devolvió el gesto, después de todo él extrañaba a su mamá. Tenía a todo el distrito mirándome, volví mi vista al frente y seguí caminando, como si no me importase nada. Un chico alto de cabello castaño y ojos grises me miraban con odio, como si yo tuviese la culpa de que cada año se lleven a cabo aquellos juegos.

-¡Amy!- la voz chillona de Effie me saco de mis pensamientos, ella me da un corto abrazo mientras me saluda.

-¿Cómo estas Effie?- le pregunto.

- Con muy buena actitud- y entonces ella observa a Haymitch mientras que este le intenta dar un abrazo, ella apenas y puede zafarse.

La ceremonia por fin dio inicio, nos muestran la historia de Panem, la supuesta rebelión y de cómo los Juegos surgieron. -Primero las damas- dice ella, camina y sus tacones resuenan por todo el distrito. Con una potente voz, llama a la niña que se verá obligada a enfrentarse a 23 tributos.- Primrose Everdeen.

''Everdeen''... me resulta muy familiar aquel apellido, finalmente lo recuerdo cuando cierta castaña sale de las filas y grita el nombre de la pequeña que va caminando hacia el escenario. Es detenida por los agentes de la Paz, la niña empieza a reaccionar.

-¡Soy Voluntaria!- grita, fuerte y claro. Se deshace de los agentes- ¡Me ofrezco como tributo!

Todos tardan en salir del trance, incluyéndome. Alguien más levanta a Katniss y se lleva a la niña, que no quiere soltar a su hermana. Me cuesta trabajo creerlo.

-¿Cómo te llamas?- le suelta Effie, Katniss está abrumada, reaccionando a lo que acaba de pasar.

-Katniss Everdeen- dice simplemente, está en estado de shock. Todo el distrito y posiblemente todo Panem está en silencio. Mientras que en otros distritos es un honor ir a los juegos, aquí lo vemos como el peor de los castigos.

-Apostaría a que ella es tu hermana- dice Effie sonriendo. Katniss asiente y pronuncia un leve ''si''.

-Un aplauso a la primera voluntaria del Distrito 12, Katniss Everdeen- nadie aplaude a excepción de Effie. Levantan sus tres dedos centrales de la izquierda a los labios y después los alzan al cielo. Esa muestra solo se le hace a alguien para mostrar su gratitud y admiración.

-¡Que valiente!.- después de esto, Haymitch cae del escenario, unos agentes de la paz lo levantan como pueden y lo devuelven a su asiento y parece ser que la única que se ríe soy yo.

Effie rápidamente camina y se acerca a la urna de los varones, empiezo a inhalar muy fuertemente, tratando de no morir de la angustia. Suspiro de alivio al darme cuenta que no es mi hermano.

Un año más sin que mi mayor pesadilla se vuelva realidad, lamentablemente la de Peeta Mellark sí. 

AMELIA | THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora