AMELIA | THG

13.

Tengo una sensación de vacío al amanecer, puedo deducir que Finnick se ha ido en la madrugada para que nadie lo notara, como siempre deja una nota en una servilleta con las palabras más lindas que alguien pueda necesitar, desde hace tiempo guardo cada una de sus notas. Dejo que el sol se cuele por las grandes ventanas de la habitación y al mismo tiempo ordeno mi agenda mental, hoy preparamos a Katniss y Peeta para las entrevistas de mañana. Me pregunto si Effie tendrá todo perfectamente planeado en su mente para siempre estar puntual y organizada.

Alguien toca mi puerta y puedo deducir que se trata de Haymitch, le había comentado acerca de Peeta y sus sentimientos sobre Katniss, pero a continuación me menciona algo de lo que no estaba enterada.

-El decidió que sería mejor entrenar solo.- me comenta, a lo que yo lo miro buscando respuestas.- tal vez sea lo mejor.

Para el desayuno, Katniss se sienta a un lado de Haymitch quien se sirve lo que seguramente es un poco de alcohol, se ha estado controlando. Sé que la castaña nos preguntará sobre la noche anterior, pero ni yo misma quiero hablar de ello.

-Peeta ha decidido entrenar por separado.- le digo a Katniss antes de que Haymitch me reclame de porqué lo había abandonado a mitad de la noche pasada.

Los ojos de Katniss reflejan lo traicionada que se siente por la decisión de Peeta y no la culpo, pero si queremos toda la atención posible, esta es la mejor manera de lograrlo.

-¿Cuál es el horario?.- nos pregunta bebiendo un poco de jugo, aun con amargura en sus ojos.

-Cada uno tendrá cuatro horas con Effie y cuatro con nosotros.- le comenta- tú empiezas con Effie.

-Yo te puedo acompañar.- le propongo a la castaña, ella asiente.- Effie puede agobiarte después de un rato.

Al principio Katniss me pregunta por que necesitaría tanto tiempo con Effie pero le respondo que ella es la más indicada sobre ''protocolos'' que existen en esta ciudad. Cuando llegamos a la habitación de Katniss, Effie la obliga a usar un vestido largo mientras yo le ayudo a colocarse los tacones. Es la primera vez donde Katniss y yo convivimos de una manera más alegre, ¿La razon? Rompí un tacón de Effie y lo avente hacia el baño antes de que alguien se diera cuenta.

-Es suficiente Effie, Katniss lleva cuatro horas tratando de sonreír.- le digo cuando la castaña se cambia de vestido.- a este paso va lastimarse el rostro de tanto esfuerzo.

-Bueno...- ella nos observa y suspira, derrotada.- es todo lo que he podido hacer.

-Recuerda Katniss, solo es cosa de que le gustes a la gente.- le digo a la adolescente, ella me mira y sé que no puede esconder su desagrado- Así funciona esto aquí.

Todo termina mal entre ella y Effie, tengo que interrumpir y fingir que muero de hambre y todas tomamos esto como un receso. Al llegar Peeta y Haymitch me informan que yo puedo seguir acompañando a Katniss para el entrenamiento con mi mentor, después de todo Peeta sabe manejar al público a su gusto. Después de comer, Peeta se va con Effie mientras que Katniss y yo nos sentamos en el sillón.

-Amelia...- Haymitch da vueltas en círculos.-

-Todo el mundo siente curiosidad por Katniss.- le digo mientras la observo detenidamente.- si quiere que el público la apoye, necesita cambiar de actitud.

-¿Qué hay de Peeta?.- ella pregunta, un poco molesta de mis palabras.

-Él sabe cómo agradarle a todo el mundo- le comenta mi mentor- no le costará nada, en cambio tu...

Katniss se molesta, nos cuestiona de lo injusto que es para todos los tributos pasar por algo así. Haymitch se comienza a fastidiar y yo trato de seguir con una buena actitud.

-Intenta hablar de lo impresionante que es Cinna y sus diseños, de lo increíble que es el Capitolio y de lo alegre que es la gente aquí...- en este punto yo soy quien hace el papel de entrevistadora, Haymitch fue por una botella de alcohol ya que está a nada de perder la paciencia.

-¿Por qué haría eso Amelia?- Katniss finge pensar y después me da la mejor sonrisa de la noche.- ¡Ah ya se! Eso te funciono a ti y por eso te paseas en el Distrito con tus cosas lujosas, riéndote de quienes no tenemos nada.

Me levanto de golpe mientras me enfrento a sus ojos grises, ahora soy yo quien perdió la paciencia y está molesta.

-¿Adivina que Katniss?.- me acerco más y le hablo en voz baja.- Hice todo lo que mi mentor me recomendó, me gane al público y por ello... tuve el segundo regalo más caro en la historia de los juegos.

-Ganaste los juegos – me dice sin tener miedo- A cambio de lujos y dinero perdiste lo más valioso, a tu familia.

-Tú no sabes que pasó.- le digo mientras camino hacia Haymitch, tomo la botella que el tiene y doy un gran trago. Aún con la sensación de esa horrible sustancia en la garganta, me dirijo una vez más a Katniss.- En la Arena, las únicas personas que tienen el poder de enviarte algo somos Haymitch y yo. Ojalá que después de tu entrevista, aún tengamos patrocinadores.

Me llevo la botella que ya está a medias y abandono el lugar. Para la mañana siguiente Lily toca mi puerta y sé que el resto del equipo está detrás de ella.

Ella busca el vestido anterior y me reprende porque está roto del broche, es cuando yo tomo la servilleta que está debajo de la almohada y ella entiende todo, porque de inmediato su cara se tiñe de rojo. Sarah y Philiph ayudan a Lily a prepararme para la noche de las entrevistas, ponen muchos productos en mi piel y pelo hasta que ellos la consideran perfectas. Sarah suele maquillarme mientras Philiph me peina, después mi estilista llega con lo que es un hermoso, pero provocativo vestido negro con contrastes dorados. Sarah afirma que los sutiles bordados que tiene la tela son de oro puro y uno que otro diamante.

 Lily me toma de la mano y me guía hacia el ascensor. Peeta se ve muy bien con su traje y las llamas que su estilista añadió. Mientras que Lily hace halagos a Portia, yo camino con Haymitch quien se arregló para la ocasión. Cinna llega con Katniss, mientras recibo halagos de parte de él y Effie, me acerco a la castaña y la abrazo. Ella duda pero finalmente me corresponde, sé que tanto ella como yo estamos arrepentidas de nuestras palabras. Me separo de mi tributo para murmurar un ''luces muy bella''. Katniss sonríe mientras las puertas del ascensor se abren y nos llevan a las entrevistas.