14.
Haymitch POV.
Que Amelia lleve más de una hora fuera de nuestra sala de mentores no es normal.
Trato de no alarmarme y pienso que ella se ha topado con patrocinadores, puede negociar un mayor presupuesto. Sin embargo, han pasado horas y no hay ninguna señal. El miedo comienza a invadir hasta el único rincón de mi mente y comienza la desesperación, estoy atrapado. Y ella puede estar de la misma manera.
Cuando los días pasan y los agentes de la paz custodian las puertas de mi compartimiento, sé que algo horrible sucedió y es cuestión de tiempo para que Snow transmita una ejecución de los rebeldes infiltrados. Mantengo mi mente centrada, es una promesa para Amelia. ''Cuida a Peeta y a Katniss, Haymitch. Ellos te necesitan, yo también''
Fueron horas de tortura e impotencia, no había nada de ella y temía lo peor.
Sin embargo, todo ha dado un giro, se había planeado antes el escape de Katniss y el resto de los tributos rebeldes cuando llegase el momento, se pensaba reportar una falla masiva, había muchos planes distractores. Todo estaba perfectamente calculado excepto la cacería de los profesionales y el impulso de Katniss contra los rayos de la arena.
Entonces todo el domo explotó. No había marcha atrás, y Amelia no estaba aquí.
Plutarch es quien me guía a toda prisa hacía el transporte más cercano.
—Encontramos a la señorita Allen— la angustia y el alivio se mezclan de una manera horrible en el estómago. Y a juzgar por la expresión del hombre, sé que ella no está bien.
—¿Está viva? — no recibo respuestas, me desespero al instante mientras lo tomo de los hombros y lo estrello contra la pared más cercana. —¿¡Está viva?!
—¡No lo sé! ¡No lo sé! — el promete que lo explicará todo en el camino, es hora de ir por los tributos.
El aerodeslizador no tarda en aparecer frente a lo que ahora es una arena en llamas, la estructura de metal cae en un lapso muy corto de tiempo y rápidamente los rebeldes que alguna vez creí que eran desalmados agentes de la paz hacen su trabajo.
A los pocos minutos le avisan a Plutarch que han rescatado a cuantos tributos, la mayoría inconscientes, han podido porque el Capitolio ha llegado con refuerzos y aún creen que la nave pertenece a su bando.
Una enfermera se dedica a comprobar los signos vitales de Katniss, Beete y Finnick quienes están inconscientes, una de ellas dice que han reaccionado bien a esas pruebas que suelen hacer para comprobar la salud, pero que Beete tiene que recibir atención más especializada debido al impacto recibido. Ella recibe por un comunicador instrucciones que parecen alertarla y es ahí donde el Jefe de los juegos me menciona sobre Amelia. Ella está aquí.
Plutarch me guía hacia una sala al final del aereodeslizador , es cuando veo a mi pequeña Amelia. Es la primera vez en mucho tiempo que lloro.
Su cuerpo yace inmóvil, cubierta con una manta rodeada de las enfermeras que tratan de salvarle la vida, por lo poco que comprendo en medio de la crisis es que le han dado una fuerte sobredosis y que también tiene deshidratación severa y probablemente una infección. Frente a ellas, un pequeño montón de ropa que no tardan en llevarse para analizar la sangre que hay en ella.
—-Haymitch necesito que sea fuerte, lo último que supe es que se planeaba bombardear el 12. Peeta no está. Y Finnick debe de saber lo ocurrido con ella, no sabemos si va a sobrevivir— varias personas lo llaman y el se aleja, estoy asimilando parte por parte.
Necesito proteger a mi familia.
Cuando Odair despierta, lo primero que hace es buscar a Amelia. Tenemos que llevarlo a la sala de mandos, ahí Plutarch le da un resumen rápido de lo sucedido, evadiendo a Lia. Katniss no tarda en reaccionar, me ataca y la tienen que dormir a causa de la crisis que está teniendo.
''Lo prometiste'' Lo sé Katniss, y les he fallado.
—¿Dónde está Lia?— vuelve a preguntar Finnick, Plutarch me alienta a decirle, pero ni yo mismo se por donde comenzar.
Mi hogar siendo destruido, Peeta secuestrado, Amelia al borde de la muerte y Katniss en el suelo inconsciente y devastada.
—No puedo decirlo, ya no puedo más— le digo a Heavensbee. — no me pidas más, no después de todo lo ocurrido hoy.
Le empieza a contar la poca información que tiene, ahí me entero de que la tenían en una sala abandonada, donde fue torturada. También dice que había varios cuerpos en donde la encontraron.
—no sabemos si pueda llegar al Distrito 13 con vida...— Los ojos de Finnick buscan consuelo en los míos porque se que soy lo más cercano que tiene Amelia a un padre, y el lo sabe.
Sale disparado de la habitación y por un breve momento llora mientras toma delicadamente el rostro de Amelia, murmura muchas cosas que no logro comprender y yo busco el único consuelo que tengo, una botella de alcohol. No sé qué más hacer.
La crisis de Finnick se escucha por toda la nave, Plutarch dice que es la última botella que tomaré en un largo tiempo, pero no le tomo importancia.
—No somos más que una pieza para tu presidenta Heavensbee, ¿crees que ella querrá a jóvenes mentalmente inestables en las filas de su rebelión? ... ellos lo mínimo que merecen es vivir en paz...y mi Lia, ella no puede morir... no puede—aviento la botella y a juzgar por su expresión, ha ordenado que a Finnick y a mí nos inyecten algún sedante.
Por que silencio es todo lo que percibo y mi mente trata de ocultar aquellas pesadillas que estoy viviendo en carne propia.
Lo último que escucho antes de cerrar mis ojos es:
—Hemos perdido el Distrito 12—
FIN DE LA PARTE 2.
¿QUÉ LES PARECIÓ? Sinceramente me gustó incluir este capítulo desde otra perspectiva ya que por obvias razones Amelia no podía y sería muy ilógico desde mi punto de vista que este cap lo narrara ella después de todo lo que pasó en el anterior.
¿AMELIA SOBREVIVIRÁ?
¿LA FAMILIA DE AMELIA ESTÁ VIVA?
Odallen, ya deja de hacernos llorar :'c
Por favor cambiemos el nombre de Amelia Allen por Amelia Abernathy!
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AMELIA | THG
FanfictionAmelia Allen es la vencedora favorita del Capitolio. El Carbón que se convirtió en Diamante. Pero el Distrito 12, su hogar, todos la juzgan, le temen y la odian. ¿Su error? Ser vencedora de los Juegos. Ahora en los 74 Juegos del Hambre, debe de hac...