11.
—Pinté a Rue en mi sesión, estoy seguro de que no tendré la mejor puntuación— Effie ahoga un grito, pero Haymitch y yo le aseguramos a Peeta que el Capitolio pondrá lo que crean más conveniente para asegurar el interés de sus ciudadanos por los juegos.
La tensión no mejora cuando Katniss nos cuenta lo que ha hecho. Seguramente ella piensa que no tiene nada más que perder, pero nosotros solo imploramos que los Vigilantes no abusen de su ''poder'' y que Plutarch se siga asegurando de que mis tributos estén a salvo.
Y así llega la noche de la entrevista, el presidente Snow ha ordenado algo para el Distrito 12. Quiere que Katniss use un vestido de boda. Seguimos su juego y hasta bromeamos y decimos que Peeta debe de adelantarse primero, no debe de ver a la novia.
Es la primera vez en una década donde no uso diamantes y los tonos en la tela de mi vestido hacen un extraño efecto gracias a los reflejos de la luz, porque a veces parece estar rodeado de oscuridad y en otra en un color verde muy peculiar. Como toque final, ella ha modificado la perla que Finnick me ha regalado y ha hecho un collar precioso que coloca sobre mi cuello.
A mi mente viene el regalo de Peeta ''cuando el bosque se encuentra con el mar'', Lily me pasa un pañuelo al verme derramar un par de lágrimas.
—Este es tu vestido...— se muestra contenta de su trabajo y toma mi mano fuertemente porque en unas horas podremos averiguar si se ha logrado poner a los ciudadanos del Capitolio en contra de los juegos.
Es sencillo, todos los tributos harían sus propios planes para detener los juegos. Yo también lo haré de ser necesario. ¿Y cuál es la mejor manera de lograrlo? Engañando a los capitolinos.
—Peeta Mellark, ¿Desde cuándo dejaste de ser EL Panadero? — Portia ha logrado que el traje de novio de mi tributo resalte su atractivo, sus ojos azules se desvían con vergüenza cuando suelto mi comentario y ríe un poco.
Caminamos hacia el ascensor junto con mi mentor y ambos dicen que el color verde me sienta muy bien.
—He olvidado mis guantes, Lily ha dicho que con ellos no había necesidad de cubrir las marcas...—Peeta se alarma de inmediato y busca en mis ojos alguna señal de recaída.
—Lía prometiste...—
—Las marcas nunca se van, y últimamente algunas cicatrices se han hecho más visibles que otras—le hago saber que estoy mejor antes de que las puertas se abran en el piso 4.
—No tengo palabras para describir lo más hermoso que he visto en toda mi vida— me prohíbo sonrojarme, porque sé que Haymitch no dejaría de molestarme en un mes, si es que superamos estos juegos.
Sus ojos me inspeccionan con curiosidad, ninguno dice nada. Las puertas se cierran y Finnick está junto a mí, a veces juega con mis manos y en otras simplemente sonríe cómplice con Peeta y Haymitch. No hace falta que alguno de nosotros diga algo, sus ojos y los míos suelen transmitir todo.
—Si alguien no dice nada en los próximos dos minutos, les prometo que voy a vomitar—
—¿Qué quieres que diga? — le digo al mentor sin dejar de mirar a Finnick y el hace un ademan de asco hacia Peeta.
Desliza una nota entre mis dedos y se acerca lo suficiente a mí logrando que mi tributo nos dé la espalda.
—Después de las entrevistas—
Se adelanta en su paso hasta que es abordado por su equipo de preparación, Haymitch y yo acompañamos a Peeta en busca de Portia y el mentor habla un poco con el joven, quien parece entender el plan que el resto de los tributos quiere hacer.
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AMELIA | THG
FanfictionAmelia Allen es la vencedora favorita del Capitolio. El Carbón que se convirtió en Diamante. Pero el Distrito 12, su hogar, todos la juzgan, le temen y la odian. ¿Su error? Ser vencedora de los Juegos. Ahora en los 74 Juegos del Hambre, debe de hac...