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Poco hablamos de lo sucedido en casa de Haymitch, cuando yo salí de su casa lo primero que vi fue la silueta de Peeta Mellark acercándose a la puerta de nuestro mentor, probablemente con su propio plan.

Fue inevitable dejar de dormir los días siguientes, me cerré nuevamente en mis cuatro paredes y era casi imposible ocultar mi nerviosismo de las manos.

Todos los días recordaba mis juegos, cada cicatriz en los rostros de los tributos e incluso el olor a sangre derramada en la arena, las suplicas de quien fue mi compañero para dejarlo morir mientras me obligaba a esconderme, las risas crueles de los vigilantes durante las pruebas individuales. Todo ese asunto afectaba a los 4 vencedores del Distrito 12.

Katniss optaba por alejarse de nosotros, Haymitch bebía más de lo normal y Peeta ocultaba todo su terror con un intento de sonrisa a mi hermano. Había días donde yo solía estar en trance y simplemente me dedicaba a sentarme en los escalones de mi casa o me quedaba acostada en la lluvia ante la mirada preocupada de James.

Todo este tipo de cosas parecieron generar una desesperación en Peeta, pues fue el quien nos convenció que debíamos de prepararnos para cualquier tipo de futuro por que ahora solíamos entrenar un poco y preparar otra vez a nuestro cuerpo para esa horrible sensación.

Effie nos consigue algunas de las grabaciones de los vencedores de años anteriores gracias a la idea de Peeta que después de todo no ha sido mala, por ello, los domingos nos dedicamos a observar aquellas grabaciones y de vez en cuando James y Gale se unen a la reunión. Eso nos ayuda a estudiar sus técnicas de combate y sobre todo a enfocarnos en como derrotar a los que puedan ser más letales. Como Haymitch y yo llevamos más años que ellos en esa ''experiencia'' hacemos una lista sobre cuales deberíamos de ver primero.

De pronto leo la etiqueta ''Amelia Allen, Distrito 12, 66° Juegos del Hambre'' yo emito un sonido de desaprobación mientras coloco la grabación en la caja.

—¿Qué sucede? — Peeta se asoma a la grabación y comprende al instante. Sin embargo, el amigo de Katniss es quien vuelve a tomar aquel horrible recuerdo fuera de la caja.

—¿Debe de haber excepciones? Creí que estudiarían la técnica de cada vencedor —me pregunta con amargura.

—Creo que conozco perfectamente mi técnica, una espada perfectamente equilibrada con una buena técnica puede hacer de tu muerte una lenta y dolorosa...—un escalofrío por parte de Haymitch hace que todo el mundo aparte su vista de mí. Yo me levanto de la sala en dirección a la puerta de mi casa.

—Aunque el señor ''sin excepciones'' tiene un punto, pueden ver mis juegos bajo su riesgo, pero no me quedare a que vean lo mismo que yo todos los días—

Y después, cuando el hielo por fin se derritió, el día de la cosecha llegó.

El trato que Haymitch y yo habíamos hecho había sido muy simple, no dejaríamos que Katniss y Peeta regresarán a la arena.

''Después de todo ya vivimos lo suficiente aquí, ¿No lo crees pequeña Lía?'' me había dicho aquella noche.

Haymitch y yo probablemente dedicamos una ultima noche a destrozar todo aquello que pudiéramos tomar de nuestra casa y si no fuera por el efecto del alcohol, probablemente podía decir que los ruidos de el cristal quebrandose en casa hacía una perfecta sincronía con mi vecino.

Caminábamos en fila hacia la plaza, donde había un silencio absoluto, nuestros pasos resonaron por todo el lugar y Effie vestía un hermoso vestido con diseños de mariposas, una obra total de Lily, mi estilista.

Nos saludó con una sonrisa triste y señalo ambas urnas, donde había dos papeles en cada una.

—¡Bienvenidos, a la celebración de los 75 Juegos del Hambre y tercer vasallaje! —Incluso su típico acento chillón del Capitolio sonaba diferente. —Igual que siempre, primero las damas.

Nos observo brevemente antes de posar su mano dentro de las urnas, por instinto Katniss y yo nos dimos la mano, no nos importaba que se fueran a romper de la presión que ejercíamos la una de la otra, todo a mi alrededor daba vueltas.

Effie se acercó lentamente al micrófono y abrió el sobre lentamente.

—La mujer tributo del distrito doce es...— hubo un ligero temblor en su voz, tome el valor suficiente para verla a los ojos, Effie también me miraba. — Amelia Allen.

Fue como ver una ráfaga de recuerdos una y otra vez, las cámaras se aseguraron de captar como todo sentido de mi estabilidad mental se quebraba, mis piernas fallaron cuando quise avanzar, Katniss me sostenía como podía, pero mi cuerpo no respondía, el aire me faltaba y antes de agradecerle por evitar una terrible caída, ella me dijo ''NO''

—Me ofrezco como tributo, soy voluntaria— NO. ESTE NO ES EL PLAN.

Jale su brazo y solo podía gritarle que no podía hacerlo, que era mi deber ir, pero ella seguía bloqueándome el paso.

Effie aguantaba sus lagrimas mientras se dirigía a la siguiente urna.

—El varón tributo del Distrito 12 es... Haymitch Abernathy—

—Me ofrezco como tributo— hubo murmullos entre Haymitch y Peeta, después el mayor y yo intercambiamos miradas, pero sé que los tres seguían preocupados por mí.

Me odiaba, había jurado mantenerme lo suficientemente fuerte y firme, pero parecía que era mi destino explotar aquel día.

Y ahora todo se repite otra vez.

Pero esta vez ya no habría errores para el Capitolio.

Los agentes de la paz nos forzaron a entrar al Tren, no hubo despedidas para mis tributos.

Cuando cerraron la puerta yo me desmorone en brazos de Katniss.

—No debiste hacerlo, TU DEBÍAS DE VIVIR—

—No podía dejar que murieras, no cuando te debemos todo a tí—

—Amelia, vimos tus juegos— dice Peeta tiempo después, hubo silencio mucho tiempo y Effie aún no podía salir de su habitación sin llorar. — Todo lo que has pasado, yo jamás lo hubiera hecho. TE NECESITAMOS AQUÍ AFUERA, VIVA.

Le doy un abrazo que pareció durar una eternidad, me murmuro muchas veces que todo estaría bien, pero yo sabía que no sería así.

Effie llega después con un aspecto totalmente distinto a su atuendo de las mariposas.

—He estado pensando...— dice recuperando su tono ''alegre''. —Katniss tiene su sinsajo de oro, yo mi cabello, voy a conseguirles a los muchachos y a Lía un símbolo también, de oro por supuesto.

—¿Por qué lo harías? —

—Un símbolo, para mostrar que somos un equipo— las lágrimas salen nuevamente mientras nos da la mano, le damos una pequeña sonrisa. Ella se incorpora nuevamente y se prepara para explicarnos el nuevo sistema de estos juegos.

También nos menciona el resumen de los juegos, pero ella y Haymitch hacen un silencio cuando me ven.

—Lía, tenemos los tributos del distrito 4— mi corazón se acelera mientras miro suplicante a Haymitch. El agacha su cabeza y se arrodilla en mi silla, como si un padre le explicara a su hija sobre el por que no puede tener tanto pastel

—Mags se ofreció por Annie— me llevo mis manos a la frente mientras limpio algunas lágrimas, Mags... ella es básicamente todo para Finnick.

—Finnick, debe de estar destrozado...— digo en voz alta.

Mi mentor vuelve a tomar mis manos y las aprietan con fuerza.

—Lía, tienes que ser fuerte... — todo encaja nuevamente en mi cabeza, por que niego una y otra vez cuando el limpia mis lágrimas.

—¿¡POR QUE LO ELIGIERON HAYMITCH, DEJAME IR CON ÉL?!— me arrastro hacia Katniss quien tiene la mirada perdida.

—DEBISTE DEJARME IR, PUDIMOS ESTAR JUNTOS UNA ULTIMA VEZ—

Debe de escucharse mi llanto y mis gritos por todo el tren, mi respiración comienza a cortarse y justo cuando voy hacia el comedor, todo se vuelve negro.

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*LIA EL ESTADO DE SHOCK*
*El acto de amor de Katniss, alguien me da un pañuelo?*

MUCHAS GRACIAS POR ESPERAR TODO ESTE TIEMPO, FELIZ NAVIDAD, AÑO NUEVO ATRASADOS.
ABRAZOS!

AMELIA | THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora