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—¿Peeta?— el rubio reacciona ante mi voz, sigue sujeto con algunas correas por si tiene una crisis. Al principio mi amigo no dice nada, sus ojos me examinan.

—¿Te ha gustado tu pastel?— pregunta con curiosidad. Yo asiento rápidamente y es inevitable que una lágrima baje por mi mejilla.

—Nadie pudo haber hecho algo mejor— el me regala una sonrisa pequeña y su vista se clava en el suelo. —¿Cómo sabías que era para mí?

—Cuando los doctores me pidieron que lo decorara de cierta manera, sabía que no era solamente para mi terapia— A pesar de que Plutarch habla sobre no acercarme mucho, hago caso omiso a sus órdenes. —Yo tengo presente cada recuerdo tuyo, reconocí perfectamente la temática del pastel, pero a veces es confuso, hay días en donde sigo creyendo que yo te destruí.

—Hice esto para ti, Finnick me enseñó a tejer con algunas cuerdas, te he hecho una pulsera— con cuidado hago un nudo alrededor de su muñeca y lo ajusto. — Cada vez que creas que me hiciste daño, quiero que observes esta pulsera, yo te la di. Estamos bien.

El viejo Peeta parece salir a la luz, porque de inmediato comienza a entablar una conversación, reímos un poco para sorpresa de los médicos y le cuento sobre mi boda.

—Les pediré que traigan un video sobre ella, Plutarch se ha encargado de editarlo...— para este momento me percato que el semblante de Peeta ha cambiado bruscamente.

—Hablé con ella, ¿sabes?— se que se refiere a Katniss. Hace un año, los ojos de Peeta hubiesen brillado al mencionarla, ahora es totalmente lo contrario. Sus pupilas se dilatan, y la sonrisa que esboza no es la de mi mejor amigo.

—No es necesario tocar el tema ahora...—

—Todos deberían de verla de la misma manera en la que yo lo hago: violenta, manipuladora...— lo tengo que frenar, los médicos dicen que me prepare para una posible crisis.

—¿Qué crees que harías tú si los papeles se invirtieran? — pasamos en silencio dos minutos, Peeta controló su crisis muy bien y antes de irme, el me llama.

—Había algo tuyo en la mansión Snow— dice rápidamente, como si los recuerdos le llegaran de golpe. — tú... ahí, en su oficina. Necesito asegurarme de que sea real.

Me dirijo rumbo al comedor en donde la gente comienza a irse para seguir con sus actividades marcadas en su horario, en una mesa vacía se encuentra Johanna quien solo parece jugar con la comida.

—¿Y tu luna de miel? No creo que haya muchos lugares a donde ir.— reímos un poco y le doy un abrazo corto mientras tomo asiento a su lado.

—El bosque... tal vez podamos ir pronto, te gustará estar afuera— Johanna finge que da un sorbo a su vaso de agua y niega.

—Prefiero quedarme aquí y tratar de conseguir morflina... Ahora entiendo el porqué la disfrutabas tanto— me da un escalofrío al pensar en ello.

—A largo plazo, es vivir el mismo infierno una y otra vez—

—Ahora no la necesitas porque tienes a Finnick, tienes todo lo que soñaste...en cambio Katniss, tuvo que debatir si seguir esperando a que Peeta ya no la odiase o ir detrás de su amigo Gale— Ahora estoy confundida. ¿Detrás de Gale?

—¿A qué te refieres...? Peeta dijo que habló con Katniss...— Johanna ríe y gira la cabeza de un lado a otro.

—¿Y cómo crees que terminó su charla? ¿Porque crees que Katniss ya no está en el Distrito?— trato de levantarme para ir en su búsqueda pero la mano de Johanna me frena.— Ella misma me dijo que no te avisara, que ahora en adelante ella podía hacerse cargo.

AMELIA | THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora