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Distrito tras distrito, mis tributos se habían resignado a su nuevo estilo de vida. Poco a poco la única luz de su personalidad se apagaba, por que ellos sabían que nunca más podrían hacer sus vidas fuera de cámaras.

Pasamos por el distrito 10, el 9, 8, sucesivamente, ignorando las multitudes enfurecidas y leyendo las tarjetas de Effie como si de máquinas se tratasen, hasta que llegamos al 4. El hogar de él. ¿Finnick estará al tanto de las amenazas de Snow? No lo creo. Pero temía por su seguridad. Aquel día, Haymitch me obligo a bajarme del tren, las bienvenidas en los distritos más ricos de Panem eran más afectuosas que el resto del país, y aunque sé que hay muchísimas personas que están en contra del Capitolio, el Distrito 4 siguen debatiendo sobre su lealtad, porque después de todo, el Capitolio los beneficia más que a otros.

La cena que el Distrito ofrece a los tributos antes de salir es obligatoria para cada persona que conforma el ''equipo'' del vencedor, y tampoco les dan muchas opciones a los otros vencedores invitados para asistir. Sabía que lo invitarían a él, por que Snow estaría vigilándonos. El vestido que Lily había diseñado para esa ocasión solo empeoró la situación, era de una tela ligera y largo, de un solo hombro y el color era una extraña combinación de verdes, tonalidades que me recordaban a él. Haymitch y Peeta habían prometido no separarse de mi aquella noche, por que sabían el dolor que me causaba no correr hacia los brazos de Finnick sin el temor de que una bala impactara contra su cuerpo, o el cuerpo de mi hermano.

Desde que él y yo comenzamos esta extraña relación, habíamos desarrollado todo un lenguaje para comunicarnos con nuestros gestos y nuestras miradas. Así que cuando lo ví de espaldas, rodearlo fue la opción más rápida que tuve. En la cena fue exactamente lo mismo, evitar toparme con sus ojos que para mi mala suerte estaban frente a los míos. Sabía que estaba inquieto, por que no paraba de doblar la servilleta y de vez en cuando sus pies daban golpes a los míos, buscando respuestas que yo no le daría por el miedo de arruinarlo todo.

''Resiste Amelia, solo dos horas más''

Lo perdí de vista en el baile, pero pude observar su rostro, ¿Decepcionado? ¿Confundido? fue la primera vez que no pude descifrar. Cuando ví que Haymitch ya no estaba tan estable, supuse que debía de mandarlo a dormir para que mañana estuviera lo suficientemente cuerdo, Cinna se adelantó y me dijo:

—Haymitch dejó su abrigo y lo necesitaremos, está arriba en el baño... creo que es la segunda habitación—

—Entiendo, comienza a hacer un poco de frío— él me sonríe y yo me escabullo por las escaleras para buscar el abrigo de mi mentor.

La segunda puerta se encuentra entreabierta y no hay nada, solo viejos muebles que están cubiertos por sabanas.

—Haymitch eres un...—alguien pone su mano en mi boca y no puedo evitar alarmarme. ¿qué hice mal? ¿será que hagan pasar mi muerte como un accidente en el mar?

— ¿Ni siquiera un adiós vas a decirme? — su voz me tranquiliza, pero al mismo tiempo provoca que mi corazón se detenga. Me giro despacio mientras el me libera, busca explicaciones que yo no quiero darle.

— Es mejor así— le digo aún evitando su mirada. El se acerca y me obliga a mirarlo. Esta confundido.

— ¿Mejor así? — pregunta incrédula. — Planeamos este día por meses Lía, podíamos huir un rato en la playa, ser solo tú y yo ¿y ahora no quieres verme?

— Él lo sabe— rompo en llanto mientras me recargo en su hombro. — Sabe lo nuestro, y dijo que, si no terminaba con esto, habría consecuencias.

AMELIA | THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora