Clínica Cowell [ls]

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Un fuerte dolor en el costado izquierdo le despertó de repente.  Abrió lentamente los ojos, los cuales vieron una fuerte luz en el techo. Luke se llevó la mano al lugar de procedencia del dolor y pudo notar una venda alrededor de su abdomen. 

- Hemmings, veo que has despertado. ¿Cómo te encuentras?-

- Jodido, ¿ qué ha pasado?-

- Te hemos tenido que operar de urgencia. Tenías apendicitis y, si no actuábamos de inmediato, podría haber empeorado y acabar  en peritonitis. No queríamos arriesgarnos.-

- ¿Ha habido alguna complicación?-

- No te preocupes Luke, no ha habido ningún problema. Podrás hacer vida normal en un par de días. Ahora mismo necesitas reposo y dieta blanda, seguramente durante un par de días.-

- De acuerdo. ¿Puedo tener visita?-

-Por supuesto, pero sí quieres ver a alguien, necesito que descanses. Por la tarde, puede venir una persona. ¿ Quieres que avise a alguien?-

- No. Simplemente si alguien quiere verme, que pregunte y ya.-

Dicho esto, la enfermera asintió y salió de la habitación, mientras el chico se daba la vuelta y se disponía a dormir, por lo menos un rato.

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Los chicos, al salir de la biblioteca, fueron reconducidos al patio.  Al llegar, se sentaron en la zona derecha del patio, habilitada con bancos y abrazada por todo tipo de árboles. Aquel espacio fue el primer cambio que se propuso al llegar Simon a la dirección del hospital. Quería un área tranquila y cómoda para los residentes, donde podían pasar una agradable velada y disfrutar de la compañía de los demás. Y así la hicieron. Rodearon el sitio con árboles y césped y colocaron bancos y pequeñas mesas por todo el recinto. Aunque mucho se quejaban, básicamente porque era una costumbre allí, les gustaba aquel sitio. La mayor parte del tiempo que pasaban allí lo empleaban contándose batallitas unos a los otros, comentar los partidos que habían visto por la mañana o picarse jugando a algún juego, como el ajedrez. Para ser sinceros, pasaban buenos ratos en el ya conocido como " El jardín de las flores", haciendo una infantil referencia a Alicia en el País de las Maravillas. 

- Esto me recuerda a mi , nótese el sarcasmo, maravillosa época de instituto, donde me obligaban a leer  en clase de literatura- dijo Josh- La cantidad de libros de poesía que yo me he tenido que leer, joder. Me dan náuseas nada más de pensarlo.-

- Eso te pasa por ser buen estudiante. Si hubiese sido como yo, te habrías copiado en los exámenes y arreglado.- apuntó Zayn.

- Lo confirmo totalmente. De hecho, había veces que me obligaba a mi a leerme los libros y después hacerle o un resumen o incluso, hacerle yo mismo las chuletas para copiarse. Todo un show, vaya- reafirmó Liam.

- Eso si que es un amigo- exclamó Ashton.

Liam y Zayn se miraron y rieron, con una expresión que decía: si ellos supieran... Harry y Niall eran los únicos que pudieron enterarse del contexto.

- Ya que nos estamos sincerando, he de admitir que no aprobé un solo examen sin copiarme.- prosiguió la conversación el rubio- Y los que suspendía eran por dos razones: porque no podía copiarme o porque me pillaban copiando. Recuerdo una vez que se me cayó una chuleta al suelo y la persona que la recogió del suelo fue, nada más y nada menos, que el profesor. Y eso no fue lo peor. Me entró tal ataque de risa, por los nervios, que todos la clase terminó riéndose también y yo, en el despacho del director. Una buena anécdota que contarle a mis nietos, sin ninguna duda.-

- ¿ Tienes ganas de tener hijos, con el puto coñazo que son?- dijo Harry, con expresión asqueada.

Para ser sinceros, nunca le habían gustado los niños. Siempre que los veía en la calle, gritando o llorando, le entraban ganas de patearlos. También hay que añadir que él nunca sería capaz de ponerle una mano encima a un niño, pero ganas no le faltaban. El rizado tenía el pensamiento de que pegarle a los hijos, en forma de educación, era una reverenda estupidez. Lo único que eso conseguía era que tus hijos te tuviesen miedo y, a partir de ese miedo, no te desobedeciesen. Pero aquello, ¿ valía la pena? Crear traumas en base a tus hijos por el simple hecho de que era más fácil que no te llevasen la contraria. La respuesta, para él, era un rotundo no. A él le habían educado perfectamente, a ser respetuoso y a no herir a nadie y no habían necesitado recurrir a la violencia nunca. Puede que después su educación se saliese un poco de control, pero no por culpa de sus padres, sino más buen de la mierda de salud mental que tenía, pero ese es ya otro tema.

-  ¿ Hijos?- preguntó el irlandés.

- Idiota,  para tener nietos primero necesitas tener hijos.-

- Ostia, es verdad- respondió, riéndose.- Pues la verdad es que no estaría nada mal formar una familia. El problema es que no me veo saliendo de este sitio y hacer vida normal. Me he acostumbrado  tanto a vivir entre estas paredes, que no sé si soportaría el hecho de vivir y tener que relacionarme en el mundo real.-

- Literal que es así. Yo después de estar aquí cinco años, no me imagino en otro lado. Simplemente mis planes de futuro son pudrirme aquí dentro, sin tener nada más de lo que preocuparme. Obviamente sé, aunque no lo quiera aceptar, que no viviré aquí eternamente, sobre todo porque estoy mejorando. No os podéis ni imaginar el grado de depresión con el que yo entré aquí, era brutal. Todavía recuerdo cuando me tenían que levantar de la cama o darme de comer algunos enfermeros porque yo no era capaz de hacer nada, no podía. Y ahora no voy ni a terapia. Solo tengo mis visitas al psicólogo de vez en cuando y para revisar que no he empeorado. Y en esta línea, no me pueden tener ingresado muchos años más. Eso es lo que realmente me aterra. Tener que afrontar las verdaderas consecuencias de la enfermedad y de pasarla y superarla.- explicó Ashton.

Todos asintieron, entendiendo perfectamente las palabras de su amigo. Ashton había expresado lo que todos sentían, en mayor o menor medida. Todos estaban aterrados de tener que afrontar el alta de la clínica. Era algo en lo que pensaban diariamente, pero nadie quería afrontar. Muchos de ellos estaban allí por intento de suicidio, por no poder afrontar la realidad. ¿ Cómo iban a ser capaces de enfrentarla después ? El consejo más frecuente era el de buscar un propósito de vida. Podría sonar fácil el decirlo, pero nada más allá de eso era sencillo. Mucha gente pensaba en un trabajo, un sueño truncado, una persona. ¿ Qué iban a saber ellos de sueños y amistades so lo habían perdido absolutamente todo? Era algo que nadie, nada más que ellos individualmente, eran capaces de entender y buscarle una solución . Por desgracia, para muchos de ellos, no había una solución real y pasaban años ingresados, sin un propósito más allá que sobrevivir. Sobrevivir en aquel mundo cruel que había robado cada una de las pequeñas esperanzas de maravillosas personas.

Cada uno se había estado marchitando lentamente y no fueron salvados.

Lentamente cayeron sus pétalos llenos de sueños.

El tallo fue secándose, llevándose con él sus anclas a este mundo.

Y, finalmente, las raíces se secaron y con ellas, sus últimas esperanzas.

La flor murió, como sus almas.

Pero algún día, estoy segura, llegará una pequeña gota de agua que hará que vuelva a brotar.

Yo todavía tengo esperanzas de ello.

¿ Y tú?