EPÍLOGO

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5 años después

(cojan palomitas que el capítulo tiene más de 5000 palabras)

El sol les deslumbró al mismo tiempo que oyeron el sonido de una campana, producto de abrir la puerta de aquel estudio situado en el centro del pueblo rural. 

Pequeños pájaros descansaban sobre las ramas de aquellos olmos, los cuales se entretenían piando y sobrevolando las casas cercanas. 

Gotas de agua empezaron a caer lentamente, haciéndoles pensar en el arcoíris que se avecinaba. 

Empezaron a caminar tranquilos por la calle, dirigiéndose a la casa que ambos compartían. 

Louis se acomodó el plástico que le envolvía el brazo izquierdo, mientras que con éste sostenía la suave mano de Harry. 

- ¿Te molesta mucho?- le preguntó, mientras se paraba a contemplar su rostro bajo la luz. 

- Una golondrina, eso es lo que quiero.- 

El tatuador asintió, advirtiéndole que iría a buscar un cuaderno donde tenía varios diseños. 

Ambos chicos se sentaron en un pequeño sillón, esperando su turno.

El pie de Louis no dejaba de moverse de arriba a abajo, creando un sonido monótono y repetitivo. 

Harry le cogió de la mano y se la apretó, intentando transmitirle tranquilidad.

- Sé que él está muy orgulloso de ti, amor. - susurró, tomándole del mentón y haciendo que le mirase a los ojos.- Sé que estás nervioso y que ahora mismo te lo estás replanteando, pero quiero recordarte lo emocionado que estabas cuando me contaste la idea y lo mucho que significaría para ti poder cargarlo contigo, siempre.- 

A Louis se le humedecieron los ojos y agachó la cabeza, intentando autoconvencerse de que esto era lo que realmente quería. 

Porque era así.

Al rato, el tatuador salió con un par de diseños dibujados en un gran cuaderno. Louis no tardó más de dos minutos en elegir uno de ellos. 

Entraron a una pequeña sala contigua, donde Harry se sentó en una pequeña silla, mientras que el mayor se acomodaba en la camilla

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Entraron a una pequeña sala contigua, donde Harry se sentó en una pequeña silla, mientras que el mayor se acomodaba en la camilla. 

La paredes de la habitación estaban repletas de pequeños diseños de tatuajes, vinilos y posters de bandas de rock, especialmente de los años ochenta y noventa. 

Louis sintió la aguja sobre su piel y supo que aquello no se le haría fácil, pero sabía que lo hacía por alguien especial, así  que se prometió a sí mismo aguantar hasta el final.

- ¿Tiene algún significado para ti exactamente, o solo te ha gustado el diseño?- le preguntó el tatuador, mientras limpiaba restos de tinta con un trozo de papel.

Clínica Cowell [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora