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- ¿Seguro que estás bien Louis?- preguntó Niall, un poco preocupado. 

- ¿Por qué lo dices?- 

- Porque estás atacado, Tomlinson.- exclamó, mientras se paraba y retrocedía hasta quedarse a su lado.

Era verdad. Le sudaban las manos, las rodillas le temblaban y no podía respirar de una manera regular. 

- Siempre me pasa cuando vengo a ver a Liam, no te preocupes.- contestó, mirando hacia el suelo.

- No deberías de sentirte así. Te pones muy nervioso y no sé el porqué.-

- Todos, cuando vais a verle, os ponéis tristes. Pero mi nerviosismo opaca la tristeza.- 

- ¿Y nervioso por qué Louis?-

- No lo sé. Supongo que será porque tengo miedo.-

- ¿De qué vas a tener miedo?-

- De que me rechace, de que esté enfadado conmigo, de que me culpe. Yo qué sé Niall...- 

- ¿Has hablado con el psicólogo de esto?-

- Sí, el tema de Zayn es lo que solemos abordar ahora en las sesiones. Pero todavía no puedo evitar sentirme así y me siento impotente.- sollozó, haciendo que dos lágrimas cayesen por su rostro.

Niall se acercó a él y le abrazó, mientras Louis apoyaba la frente en su hombro.

Nunca se había familiarizado con el contacto físico, porque nunca lo recibió en exceso.

Sus padres eran muy ariscos en ese sentido y sus hermanas no eran muy cariñosas, por lo que no recibía ninguna muestra de cariño física.

Pero todo cambió cuando ingresó.

La primera vez que su cuerpo chocó contra el de Harry supo que, aquello que le había sido negado, sería su nuevo vicio.

Desde entonces, siempre buscaba refugiarse en los brazos de alguien cuando sentía que podía colapsar. 

Y encontraba los del ojiverde cada vez que lo necesitaba.

Él siempre estaba para calmar su tormenta, porque Harry era su calma.

- Está bien, Louis. Lograrás salir de esta, como todos lo hemos hecho alguna vez. Cuando murió mi madre, pensé que era imposible mejorar. El dolor no menguaba y sentía que iba a enloquecer. Pero aquí estoy. Dale tiempo a la herida para que cure, nada es instantáneo en esta vida- 

Tras lograr calmarle, se adentraron a la pequeña habitación.

- ¡Ya está aquí el alma de la fiesta!- exclamó Niall, mientras se acercaba a Liam y plantaba un beso justo en su cabeza. Al ver la expresión en su rostro, quiso añadir algo más.- Pero si lo prefieres, traigo a otro depresivo y os montáis vuestra propia discoteca.- 

- Dame un segundo para que me acostumbre, por lo menos, a escuchar tu voz, rubio.- 

- Perdón, ya sabes como soy.-

- Te quiero igual.-

-¿Y a mí qué?-

- Tú solo me agradas.- le respondió, mientras se levantaba de la cama y se acercaba a Louis.- Es coña, también te quiero.- 

Ambos se fundieron en un abrazo, al cual los dos respondieron con audibles sollozos. 

- Como sigáis llorando, me voy a terminar uniendo yo también. ¡Y no me apetece, así que limpiaos esas lágrimas y sonreírle al tito Niall!- exclamó, rebajando la tensión y haciendo reír a los otros dos. 

Clínica Cowell [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora