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 A Luke le dieron el alta dos días después, siendo cálidamente recibido por los demás. Tras una oleada de abrazos, palmaditas en la espalda y felicitaciones por no haber muerto ( de parte de Niall y Harry, muy típico ), el chico fue consciente del cariño que le tenía a aquel grupo de personas, sus amigos. Familia. Así se sentían. Como una verdadera familia. 

Y así lo iba sintiendo cada vez más Louis. Como aquella familia que nunca tuvo, una que brinda amor y comprensión, una que está en las buenas y en las malas, una que te apoya sin importar el problema que tengas, sin importar lo mal que te encuentres o lo que necesites. Aquella que sí es una familia.

Y así también lo sentía, poco a poco, Harry. Aquel chico que entró con idea de no hablar con nadie, de no relacionarse, de sobrevivir por su cuenta y salir de allí lo antes posible. Aquel chico que pensaba que nadie sería capaz de comprenderle o de brindarle una agradable compañía. Pero eso mismo hicieron. Lo arroparon y pasó a formar parte de su pequeño grupo, pero grande en amor. 

Aquel grupo en el que te ibas a sentir aceptado, sin importar nada. Si eras bajo, alto, gordo, negro, blanco, hetero, gay, pansexual, esquizofrénico o drogadicto. Sabías que no te iban a dar la espalda en ningún momento, ni bajo ninguna circunstancia.  

Ellos eran una familia.

Tras la bienvenida y el desayuno, que ese día sabía mejor que otros, todos juntos salieron al patio, en busca de descargar un poco la ansiedad acumulada. 

- Luke, supongo que te han mandado reposo- dijo Michael, al salir.

- Así es-

- ¿ Quieres quieres que me quede contigo?-

- Por mi genial, pero tampoco hace falta- 

- No te preocupes. Además, siento que como me altere mucho me podría dar un ataque - 

- ¿ De qué?-

- La esquizofrenia Luke- 

- Ah, perdón, no me acordaba- 

Otra pérdida de memoria. Le fastidiaba enormemente el no acordase de cosas tan simples como aquellas. Por lo menos sabe que los demás ya lo tienen asumido y no se extrañan de esto, sino al contrario, lo tratan con total normalidad. Pero aún así se siente inútil en algunas ocasiones, como la vez de la pelea, cuando Louis le preguntó sobre ella y él no tenía ni idea sobre lo que estaba diciendo, siendo ésta unas horas antes. Sabía que tenía que aprender a vivir con ello, pero todavía le faltaba tiempo y esfuerzo para conseguirlo.

- ¿ A qué fecha estamos?- preguntó Luke, mientras se sentaban en un banco, frente a la pista de baloncesto.

- A cinco de julio- 

- Cinco de julio- repitió, teniendo la sensación que algo importante había.- ¿ Hay alguna fecha señalada dentro de poco?-

- Lo único que se me ocurre es que dentro de dos días es el cumpleaños de Ashton.-

- ¿ Cuántos cumple?-

- Veinticinco-

- ¿ Y vamos a hacer algo? Ya que es una fecha importante y eso...-

- Por mí haría algo, pero no se qué exactamente. ¿ Se te ocurre algo a ti?-

- Para hacer algo, tendríamos que tener permiso y no sé si nos lo darán. Se me ocurre algo simple. Las típicas pancartas de " Feliz Cumpleaños" y cuatro globos en el Jardín de las Flores y una tarta. Y podríamos pasar la tarde juntos allí. -

- Es una buena idea, vaya que sí. Lo que pasa que veo complicado que nos dejen, pero por intentarlo no pasa nada. Si quieres, ahora que los enfermeros están menos ajetreados, vamos con Niall y sus dotes de persuasión y preguntamos.-

- De puta madre.-

Y eso hicieron. Se acercaron al gimnasio y le dijeron al rubio que si los podía acompañar un momento. Decididos, le contaron el plan a Niall y él hizo el resto. 

Como si su vida dependiera de aquello, se acercó a unos de los enfermeros con los que más simpatía tenía, ya que hablaba con varios de ellos, y le contó la idea, coquetamente.  Incluso soltó alguna que otra lágrima. 

- Johnny Deep se queda sin trabajo al lado tuya cabrón- exclamó Luke, al acercarse.

- Tienes razón Hemmings. Pero lo importante es que lo conseguí, así que felicitarme súbditos- respondió con aires de superioridad.

Los tres chicos estallaron en carcajadas por los gestos exagerados del irlandés. Tras esto, Michael y Luke volvieron a la charla y Niall se volvió a internar en el gimnasio. 

El olor a sudor le llegó incluso antes de poner un solo pie dentro. Un par de decenas de residentes ejercitaban sus músculos y ahogaban sus penas entre cintas de correr y sacos de boxeo. 

Y en una de las bicicletas estáticas se encontraba un agotado Louis. El psicólogo y varios médicos le habían recomendado que hiciese deporte y cambiase la dieta, ya que era la mejor manera de fortalecerse físicamente y, la terapia, lo compaginaba con el fortalecimiento psicológico. Tenía que combatir el daño que habían hecho las drogas en él y esa era la manera más efectiva y rápida. 

Mientras el ojiazul luchaba por seguir pedaleando, Liam y Zayn parecían querer hacerle un agujero a un saco de boxeo, escrutados con la vista por un enfermero, siempre pendientes de los residentes que practicaban aquel deporte. Llevaban once meses practicándolo y se sentían libres al hacerlo. Cada puñetazo proyectado sobre el saco liberaba una parte de los traumas que ambos retenían en lo superficial de su ser, como las espinas que envuelven a una magnífica rosa. 

Tras ellos, Ashton ayudaba a Shawn a hacer abdominales. Era algo así como su entrenador personal. Shawn había entrado muy débil, a causa del trastorno alimenticio y, el mayor, se había encargado la tarea de ayudar a fortalecer a ese cuerpo tan dañado. Ashton estuvo yendo un par de meses a un curso sobre ejercicios físicos, ya que Gemma se había propuesto empezar a hacer deporte y querían hacerlo juntos. Todo lo hacían juntos. Y esos conocimientos que adquirió en el curso, los estaba utilizando con Shawn y su ya moldeado cuerpo. 

Por otro lado, Harry intentaba no desfallecer encima de una cinta de correr. El rizado no había hecho mucho deporte a lo largo de su vida, lo notaba. Le faltaba el aire, parecía que le habían tirado un cubo de agua encima, pero no, era su sudor y las piernas le temblaban. Pero no iba a para, su lado competitivo no se lo permitía, ya que Niall se encontraba a su lado, realizando el mismo ejercicio, pero de una mejor forma. ¿ Cómo no se está ahogando?, pensaba el ojiverde repetidamente. Pero el irlandés tenía mucha más práctica que él, ya que desde el primer día se había empeñado en participar en cualquier cosa que se propusiese allí dentro. Esa era su manera de sobrellevar su situación. No parar. Mantenerse activo. No dejar que el recuerdo de su familia se interpusiera entre su deseada normalidad mental y su situación temporal. 

Como se dice, la manera en la que cada persona sobrelleva sus problemas es única y ninguna es mejor que otra. Unos pueden pensar que no tienen más que una opción, pero esa opción no puede ser la misma que piense otra. Cada uno luchamos a nuestra manera y no debemos menospreciar el método de alguien. No eres mejor persona por recurrir al deporte en un momento de crisis que otra que recurre a escuchar su álbum favorito o ver su película favorita. 

Debemos de ser empáticos con la gente que lo está pasando realmente mal y debemos brindarle lo que tengamos en nuestra mano, aunque sea nuestra presencia. 

Una sola persona puede hacer el cambio. 

Y nosotros podemos ser la salvadora.

O la salvada.

Clínica Cowell [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora