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Los suaves dedos de Louis recorrían las mejillas de Harry, limpiándole el río de saladas lágrimas de su rostro. 

- Estaremos bien, Harry.-

- Siempre decimos eso pero, ¿y si no es así?- sollozó.

- ¿Confías en mí?- 

- Lo hago.- 

- Pues entonces confía en mis palabras. Nos recuperaremos juntos de esto, te lo prometo.- 

Harry se había encontrado con la doctora Smith al salir del baño y, nada más ver la expresión en su rostro, supo que había escuchado al menos gran parte de la conversación. 

No habían intercambiado ni una sola palabra hasta llegar al despacho de Elisabeth, donde el rizado se había derrumbado en uno de los sillones y la doctora intentó asimilar la importancia de lo que había escuchado unos minutos atrás. 

- ¿Lo has escuchado todo?- 

Ella asintió a modo de respuesta, sintiendo náuseas. 

- No puedo creer que lo que ha dicho sea verdad. No sé como no nos dimos cuenta.- 

- ¿De qué exactamente no os disteis cuenta?-

- De la extrañeza que envolvía el incidente. Eric era muy querido aquí y destacaba su alegría y la necesidad que tenía de ayudar al prójimo. Soy psicóloga Harry, ese hombre nunca mostró nada relacionado con posibles pensamientos suicidas. Todo fue tan repentino que no nos paramos a pensar, ahora sé que lo debimos hacer. Y Simon. Sabíamos que siempre había estado celoso del puesto de su hermano y no mostró compasión ninguna por el fallecimiento de Eric. Está claro el porque. Y créeme que ese hombre tiene muy buenos dotes de persuasión y manipulación. Aclaro que no quiero decir que tu madre no tenga la culpa, de hecho fue la que llevó a cabo el asesinato. Pero quiero que tengas en cuenta esto.- 

- Es que todo esto es tan surrealista que pienso que sigo soñando. ¿Es posible que esto sea verdad, que esté ocurriendo realmente? Parece una pesadilla.-

- Lo sé, yo estoy igual de confusa que tú. Hay cosas que parecen de película o improbables, hasta que te toca vivirlas.- 

- Túmbate un rato e intenta dormir amor.- 

- ¿No te vas a ir, verdad?- susurró Harry, mirando fijamente al mayor.

Louis sintió que el corazón se le encogía frente a la imagen tan vulnerable que se le presentaba delante. 

-¿No me abandonarás nunca?- insistió, necesitado de una respuesta.

- No me iré de tu lado, pase lo que pase. Siempre seremos tú y yo. Nada más importa.- 

Harry logró relajar parte de la tensión que acumulaba y dejó a la vista una tímida sonrisa. 

Louis se acercó a él y le envolvió entre sus brazos. 

El ojiazul se sentía cálido y seguro cuando se trataba de un abrazo con Harry. Daba igual lo que hubiera ocurrido antes o lo que pasaría después, el momento en el se unían todo desaparecía de sus mentes. Solo quedaban ellos y su aura pasaba a ser una sola. 

Louis solía sonreír en mitad de esos abrazos, ya que Harry era la única persona que se agachaba para hacerlo, normalmente él tenía que ponerse de puntillas. 

Al separarse, el mayor le tomó la mano y le condujo hasta la cama.

La espalda de Harry se encontró con el colchón y Louis se colocó entre sus piernas, mientras pintaba su rostro de tiernos besos. 

Clínica Cowell [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora