Corrió con todas sus fuerzas alejándose del desconcertado Clifford, no le importó ni un instante que gran parte de los vacacionistas la observaran perplejos, por lo menos llevaba puestos unos enormes lentes que cubrían parte de su rostro y con suerte nadie después la reconocería, aunque eso le daba prácticamente lo mismo. No tardó en llegar a su habitación para encerrarse y terminar de desahogar su llanto, liberó su ira contenida en desgarradores gritos y destruyó unas cuantas cosas que encontró a su paso, no mayores a objetos decorativos como floreros o pinturas. Aunque no lo quiso reconocer ella ciertamente no lloraba por la turbación que le había provocado su antes amante, de hecho sí era por su motivo pero la verdadera razón era que había roto todas sus más ocultas y profundas esperanzas de ser alguna vez querida por lo que era; además de Chris, Michael había sido la única persona que había conocida realmente a _______ Ransome y no a aquella que se describía en las desmesuradas críticas de la prensa. Ella por un momento había creído que él era diferente a pesar de todo lo que ya le había hecho, pero con lo recién ocurrido le había quedado claro que él era uno más de su interminable lista de seres inmundos con los que frecuentaba. Al igual que todos sus amantes la quería como un simple juguete sexual. Lo odio como nunca había odiado.
Quería volver su estomago, estaba asqueada por las repulsivas palabras de Michael, se sentía impotente por haber sido traicionada y por perder su última y muy remota ilusión. Concluyó, Michael Clifford, el ser más vil y despreciable sobre la tierra nunca antes engendrado.
Se sobresaltó al escuchar un ruido en la puerta, agudizó su oído, alguien intentaba abrirla. Sabía quién era y sintió pena por él, era el momento de pagar sus deudas.
En esta ocasión no se estuvo con miramientos, ya estaba harta de ser una estúida niña débil incapaz de poder responder a un golpe. Apenas había tomado esa actitud y ya le habían pasado tantas adversidades dignas de una película de drama.
Tomó aire antes de incorporarse de su cama, observó la manchada sábana y sintió una incontenible ira contra su otro enemigo. Se propuso entonces una nueva meta que nada tenía que ver con las que siempre se había impuesto hasta ahora, en esta ocasión no era algo simple, digno de una señorita de su edad caprichosa y mimada como solía serlo, no era acostarse con uno de los tíos más atractivos del espectáculo ni adquirir un nuevo vestido o un costoso coche. Se alejaba y por mucho incluso de sus más perversos anhelos. Haría pagar cada uno de los daños que hasta ahora había recibido, no importase cómo ni a quién, ella vería plañir a cada uno de sus hasta ahora verdugos. Se lo juro, a ella y al cielo.
-Hola, amor – Ashton entró silencioso a la habitación con un extraordinario ramo de flores, en su rostro había arrepentimiento, _______ dibujó una pérfida sonrisa.
Había llegado el momento. Se olvidó del temor que ese hombre debería de incitarle y se acercó sin vacilaciones a él. Lo observó detenidamente y casi estalla en risas cuando lo vio sumiso. Se acercó my lentamente a él, sabiéndolo presa y sabiéndose tirana. Lo tocó con suave tacto en su terso rostro casi impecable y, satisfecha, sintió la tensión en sus músculos.
-Siéntate – le ordenó con una imponente voz que retumbó incluso en sus oídos, él obedeció de inmediato. Ella se detuvo justo frente a él a observarlo entre divertida y entre mareada. Agradeció no vomitar. Se llevó una mano a su barbilla dubitativa, por el momento no tenía un plan y realmente no sentía la creatividad necesaria para hacer surgir en esos instantes un castigo para su víctima. Se quitó sus lentes exponiendo el morado tono del contorno de su ojo ante el sorprendido rostro de su marido.
-_______, yo… - vaciló, claro que estaba arrepentido, pero no era suficiente para ella.
-Shhh – reinó nuevamente el silencio, clavó su mirada entonces en el ramo de flores que llevaba en su mano, ¡patético! - ¿esas flores son para mí? – alzó una ceja, él asintió – son… - las tomó fingiendo de manera exagerada emoción – ¡repugnantes! – las tiró al suelo para proceder a pisotearlas ante la silenciosa mirada de él.
-______, cielo, escúchame, anoche yo estaba ebrio y…
-¡Escúchame tú a mí! – ella acalló al cada vez más doblegado hombre – Ayer, no sólo me violaste, escoria; ayer hiciste la peor elección de tu vida Ashton Irwin, de eso puedes estar seguro - _______ no pudo controlar el temblor que le hizo despertar su irreprimible ira y le urgió aplacarla. Alzó su mano y la chocó sin consideraciones en su rostro dejando marcada su mano en él.
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Señorita malcriada [EN EDICIÓN]
ChickLitEllos solo deseaban ganar. Ella quería ganarle a él. Y, por supuesto, él a ella. ¿Quién caerá antes en el juego del amor? ADVERTENCIA Contiene escenas sexuales explicitas.