Capítulo 43

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-Natasha, es preciso que te coloques en la tercera posición - Chris dijo frustrando los planes de ataque de Natasha.


-¿Qué? - dijo incrédula, ¿su tío le pedía tomar el tercer lugar a menos de diez vueltas del final? - ¿Hablas enserio? - se abstuvo de retomar los golpes contra Michael Clifford que hasta ahora había contenido para no hacer notorias sus intenciones.


-Confía en mí, sé lo que te digo, sólo hazlo.


-Pero Chris...


-¡Hazlo! - Natasha frunció su entrecejo, ¿acaso había perdido por completo la cabeza? ¿alucinaba ya?


Vacilante, disminuyó suavemente su velocidad, lo suficiente como para colocarse detrás del corredor que la sucedía, Christopher Hopper - Excelente - Chris dijo satisfecho - Ahora solo espera - Natasha no podía creer que su tío festejara el hecho de que ella estuviese posicionada para apenas aparecer dentro de los tres primeros, ¿qué demonios había sucedido con la venganza? ¿por qué de repente el plan había cambiado y ella no se había enterado hasta ahora?


Natasha comenzó a desesperarse, estaba entrando justamente a la penúltima vuelta, y hasta el momento no había ocurrido nada que le asegurara la victoria, presionó con fuerza sus manos en el volante clavando su pie en el acelerador, ya se había cansado de esperar algo que muy seguramente no llegaría.


-¡Natasha! ¿Qué diablos haces? - Chris la aprensó cuando ella se dispuso a rebasar al par que le estaban impidiendo su victoria.


-Intento efectuar mi venganza, creo que es obvio que si sigo aquí jamás llegará - ella dijo entre dientes.


-Te he dicho ya que esperes un poco más, ya está a punto de llegar.



-¿Esperar a qué? ¿A ver cómo ese imbécil me refriega en la cara su victoria y la única oportunidad de destrozarlo? ¿Esperar a que él se salga con la suya y no pueda hacerlo plañir por lo menos por un instante? ¿Esperar a que... - ocurrió.


Ella impactada calló sus palabras y reaccionó de inmediato evadiendo aquella colisión que había ocurrido a escasos metros de ella con un potente volantazo. Continuó su marcha sin poder pronunciar palabra alguna. Por inercia se dirigió a la meta ya avanzada su última vuelta. Clavó su mirada en el espejo retrovisor no consciente de que su pie se había clavado por completo en el acelerador así llegando a la meta en primer lugar, pero eso no le importó; sí, había efectuado su venganza, pero no de la forma en que lo había planeado, estaba desesperada por ver qué había ocurrido a sus espaldas. Lo último que había divisado había sido que el coche de Michael Clifford había salido de la pista dando vueltas descontrolado secundado por el coche de Christopher Hooper.


Los vítores comenzaron a escucharse por toda la tribuna, los flashes comenzaron a caer en su coche ya detenido, pero ella no había logrado dibujar siquiera una sonrisa. Esperó por un eterno momento en el interior de su coche, con la respiración entrecortada, su cuerpo cubierto de sudor, sus manos temblando al igual que su mandíbula y sus piernas, un terrible dolor aprensivo a la altura de su pecho, unas incontenibles náuseas y su mente bloqueada.

Señorita malcriada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora