Capitulo 40

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________ salió desamparada y a toda velocidad en dirección a quizá su único consuelo sin dar explicación alguna a su desconcertado amigo. Corrió a través del pasillo que por primera vez se le hizo una eternidad agradeciendo no ser seguida, recorrió a toda prisa los ventanales no fijando su atención en el mortecino cielo gris que amenazaba a Mónaco con una tenue lluvia antes de ceder a la salida del sol. El frío de la atmósfera era tenue, nada, a comparación del frío que paseaba por la sangre de _______ recorriendo cada mínimo rincón de su interior instalándose sin su consentimiento así arraigando un intolerable suplicio.


Entró sin ninguna delicadeza dejando la puerta abierta tras de sí y se dirigió directamente a la habitación de Chris no preocupada por lo que seguramente encontraría ahí. En su vacía mirada se reflejó el rostro turbado de su tío que habría preferido ser bañado en un balde de agua helada antes que ver a su sobrina en ese estado. _______ lanzó una mirada apática al bulto cubierto por las sábanas que formaba muy seguramente esa mujer que repudiaba y regresó su mirada suplicante a su tío.


Él, por su parte, se colocó con torpeza sus desgastados jeans y se levantó más rápido incluso que un hombre que va retrasado a una cita con el amor de su vida. Se lanzó a ella para cubrirla con sus brazos y de alguna manera atenuar su dolor del cual desconocía su detonante pero asociaba con su vecino. Lanzó una mirada de disculpa hacia la mujer que había despertado alarmada por los sollozos de _______ y salió con ella en brazos intentando inútilmente consolarla. La condujo en dirección al pequeño estudio en donde acostumbraban encerrarse con el objetivo de planear estrategias para sus carreras de coches, cerró con seguro la perta y la auxilió a tomar asiento consciente de su abatimiento. No la soltó, temía ella se desvaneciera en cualquier momento presa de sus lágrimas. Trago con dificultad el agrio sabor que había invadido su boca y ejerció un poco más de presión a aquél abrazo. Nunca la había visto tan deshecha, ni siquiera cuando era una niña y había escapado por primera vez de su casa para informarle sollozante del próximo divorcio de sus padres. No sospechaba siquiera qué la había hecho caer en ese estado, pero de algo sí estaba seguro, mataría a aquél que la había herido.


-¿Qué ocurrió? - apesadumbrado se percató de que su tono cortado de voz no ayudaría a aminorar su aflicción.


-C-Chris - tuvo que esperar una eternidad para finalmente escuchar la atormentada voz de ella - Oh, Chris - volvió a reinar el silencio - No puedo más con esto - ella hundió incluso más su rostro en su pecho a pesar de no ser ya posible hundirlo más.


-¿Qué ocurrió, cariño? - ella volvió a pasar por un ataque de lágrimas, tuvo que esperar otra eternidad para escucharla de nuevo.


-Michael Clifford - dijo en un suave susurro.


-¿Michael Clifford - dijo sorprendido tras comprender que sus sospechas no se relacionaban en nada a la realidad, frunció su entrecejo, ¿de qué forma podría ese hombre a miles de kilómetros dañar a _______?


-Michael Clifford- reiteró, bastó eso para que Chris determinara a aquél hombre como el ser más repugnante y vil sobre toda la faz de la Tierra.


-Pero, ¿cómo?


-El imbécil se va a casar, ¡se casa Chris! - estalló nuevamente en llanto tras gritar desesperada su última frase.

Señorita malcriada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora