En cuanto sonó la alarma del teléfono, Luisita estiró el brazo para apagarla y hacer que aquel ruido infernal dejara de molestar. Cogió el aparato para ver las notificaciones y, aunque el brillo de la pantalla estaba al mínimo, la luz era algo molesta en la oscuridad de la habitación.
Tenía mensajes de varios grupos de WhatsApp pero se centró en los que provenían del chat de Amelia. Deslizó la notificación para leerla sin entrar en la aplicación y después procedió a devolverle los buenos días.
[Amelia]
Buenos días bonita 🥱
Cuéntame cuando salgas del médico
😘🐨[Luisita]
Hola!!
Sí, luego cuento qué me dicen
Que tengas un buen día 😊
😘🐨
Volvió a esconderse bajo las sábanas cinco minutos más hasta que una nueva alarma junto con la llamada de su madre hicieron que abriera los ojos por segunda vez.- Dime mamá – respondió tras descolgar.
- Luisita, hija, que tienes el médico, no te vayas a quedar dormida – pronunció Manolita.
- No, ya me iba a levantar para ducharme.
- ¿Va tu hermana María contigo? – demandó. – Que si no me escapo yo un momentito del despacho, pero no vayas tú sola.
- Que sí mamá, que me acompaña María.
- Vale, así me quedo más tranquila y os enteráis mejor.
- Sí mamá – expresó dentro de un bostezo.
- Venga, no apures más.
- Nooo.
- Y llámame con lo que te diga el doctor.
- Que sí mamá.
- Adiós hija. Un beso – se despidió la mujer volviendo a sus tareas en el despacho de abogados.
- Un beso.
La rubia dejó el móvil sobre la mesilla al tiempo que su hermana mayor abría la puerta de la habitación.
- Buenos días – dijo María estirándose.
- Hola Mery. ¿Te he despertado? – preguntó saliendo de la cama.
- No, había puesto la alarma también. ¿Te duchas tú primera y yo voy preparando café? – sugirió para adelantar tiempo.
- Sí, porfa.
- ¿Qué quería mamá? – quiso saber la mayor.
- Nada, que me levantara y si venías tú – manifestó subiendo la persiana de la habitación y abriendo una hoja de la ventana.
- Pero si le dije que sí, que yo por la mañana no tenía nada que hacer y así ella no tenía que salir del despacho.
- Ya, ya sabes cómo es – señaló encogiéndose de hombros.
Tras la ducha y el desayuno, las dos hermanas Gómez cogieron sus bolsos y salieron de casa para encaminarse hacia la boca de metro más cercana.
En el camino hasta el hospital, las dos tenían la vista puesta en sus teléfonos, sin prestar atención a la otra, la pequeña respondiendo a los mensajes que tenía pendientes y entreteniéndose con las redes sociales y la mayor revisando y contestando unos correos electrónicos que tenía de varios proveedores.
- Ay, Luisi, perdona, que digo que vengo contigo para que no vayas sola y estoy con esto – se disculpó.
- A ver María, que puedes ir a lo tuyo. Tampoco soy una niña pequeña.
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Sueño de una noche de verano
FanfictionLos reencuentros no son siempre felices, sobre todo si éstos te devuelven al presente momentos del pasado que prefieres no recordar. Luisita y Amelia se conocieron en el pasado y ahora, las circunstancias de la vida las vuelven a situar en el mismo...