Los reencuentros no son siempre felices, sobre todo si éstos te devuelven al presente momentos del pasado que prefieres no recordar.
Luisita y Amelia se conocieron en el pasado y ahora, las circunstancias de la vida las vuelven a situar en el mismo...
Tras la comida familiar, Luisita había bajado con su hermana María y Nacho al Asturiano a tomar un café junto a su abuelo que, un domingo más, se había perdido el encuentro. Después de charlar largo y tendido con el hombre, la mayor de los Gómez y su novio se marcharon para abrir el King's mientras la pequeña apuró un rato más con Pelayo, haciéndose compañía mutua hasta que Marce bajó para relevar a su padre y los dos subieron a casa.
Pelayo se unió a la película que estaba viendo Manolita en la televisión y la rubia, cansada de tanta pantalla en los últimos días, decidió irse a su habitación y coger uno de los numerosos libros que tenía en la estantería sin leer. Se inclinó por uno no demasiado grueso sabiendo que no se engancharía de uno más largo y se acomodó en la cama, colocando algún cojín más sobre la almohada para estar mejor.
Llevaba algunos minutos leyendo el comienzo de la historia de amor de una fotógrafa y un modelo cuando el sonido de la vibración de su móvil sobre la mesita de noche la sacó de aquellas páginas. Nada más coger el aparato y encender la pantalla, una sonrisa se instaló en sus labios. Colocó la entrada del musical de El Rey León que utilizaba como marcapáginas y cerró el libro, intercambiando la posición con el teléfono. Al abrir la conversación de la que provenía el mensaje, soltó una pequeña carcajada.
[Amelia]
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[Luisita] Me muero 🥰🥰🥰 Qué bonita es 😍😍
[Amelia] Dicen que los perros se parecen a sus dueños 🙄
[Luisita] Más quisieras 😛
[Amelia] Oye!! Cómo eres tan mala?
[Luisita] Yo?? Pero si soy muy buena 👼🏼
[Amelia] Seguro
[Luisita] Estoy en casa Hacemos video?
[Amelia] Dame un seg y te llamo
Luisita se recolocó en la cama y volvió a hacerse el moño algo despeinado en el que tenía recogido su pelo mientras esperaba la llamada de Amelia, que no tardó mucho en aparecer.
- ¡¡Hola!! - saludó alegre a través de la pantalla.
- ¡Holi! - expresó tímida la rubia. - Estás en el patio - observó Luisita.
- Sí, pero con sudadera, que hace fresco. ¿Qué haces? - se interesó Amelia encendiendo el cigarro que acababa de coger y expulsando a continuación el humo.
- Estaba leyendo un poco, que no me apetecía ver nada en la tele.