Sueño de una noche de verano

25.- Ah, ¿esto es una cita?

[Luisita]
Al final a qué hora quedamos?
Muy pronto no porfa
Que hace mucho calor

[Amelia]
😂😂
Ya me he dado cuenta en estos días
6.30 en la plaza?
El cine es a las 7.30
Así vamos con tiempo

[Luisita]
Vale!!!

[Amelia]
Perfecto ☺️
Nos vemos luego 😘

Luisita había terminado de comer y, antes de sentarse sobre el sofá a ver cualquier cosa en la televisión con su hermana, necesitaba saber a qué hora iba a quedar con Amelia para organizarse y no tener que correr luego demasiado porque se le echara la hora encima aunque fuera consciente de que eso sucedería de igual manera por pronto que comenzara a arreglarse.

Tras ver un par de capítulos de la serie que estaba viendo con María, ésta se marchó al King's y ella se dirigió a la ducha con tiempo para prepararse. Buscó en el armario algo que fuera fresco y cómodo pero que no resultara excesivamente formal para lo que iba a ser una tarde de cine entre amigas y se decantó por una falda azul con una camisa en un tono más oscuro y sandalias de esparto con algo de plataforma. Se alisó el pelo y se maquilló sutilmente, terminando unos minutos antes de la hora prevista.

[Luisita]
Voy bajando
Te espero en el bar

[Amelia]
Ok
Salgo enseguida

Luisita salió de casa cuando leyó el mensaje de Amelia y cruzó la Plaza para llegar hasta el Asturiano, donde estaba su padre detrás de la barra.

- ¡Hola papá! – saludó alegremente.

- ¡Hola hija! Pero qué guapa estás – expresó Marce. – Tú no vienes a ayudar... – dijo mirándola de arriba abajo.

- No, he quedado con Amelia para dar una vuelta – señaló.

- Ah, eso está muy bien, que no se sienta sola aquí, que ella te ayudó mucho cuando te quedaste en el pueblo recuperándote.

- Sí, eso es verdad – reconoció.

- ¿Te pongo un café o algo? – le ofreció el hombre.

- No, no creo que tarde mucho.

- ¡Hola! – saludó la morena.

- ¿Ves?

- ¡Hola Amelia! Estábamos hablando de ti – manifestó Marcelino.

- Uy, pues espero que fuera bien – bromeó.

- ¿Lo dudas? – preguntó Luisita en un tono de voz más bajo de lo que hubiera querido y perdiéndose en su mirada durante mas segundos de los que hubiera deseado para pasar desapercibida.

- ¿Quieres tomar algo Amelia? – demandó Marce rompiendo el momento que se estaba creando ante él sin darse cuenta.

- Eh... No, no, muchas gracias. Otro día me paso con más tiempo – reaccionó. – ¿Vamos? – se dirigió a la rubia.

- Sí, vamos. Adiós papá – se despidió.

- Chao Marce.

- Adiós. ¡Pasadlo bien! – deseó a las chicas al tiempo que ellas abandonaban el bar.

- Me había parecido escuchar a Luisita – habló Pelayo saliendo de la cocina donde había estado preparando algunos pinchos para la tarde.

- Sí, había quedado con Amelia, la chica esta del pueblo de Mateo para dar una vuelta – explicó Marcelino.