14.- ¿No has traído guitarra hoy?

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[Amelia]
Salgo ahora mismo de casa

[Luisita]
Vale!
Yo ya estoy preparada
Cojo algo?


[Amelia]
No, no hace falta 😉

[Luisita]
😀

Amelia había escrito a Luisita el día antes para saber si seguía en pie su intención de dar un paseo a la tarde y que le explicara esas razones por las que había dejado la carrera de Derecho, aunque fuera sólo una excusa para pasar un tiempo juntas y conocerla un poco más y la rubia había aceptado la propuesta.

Por la mañana había seguido su rutina de desayunar a una hora más o menos temprana para meterse en la piscina antes de que el sol calentara con fuerza y el moreno que intentaba coger aprovechando las circunstancias derivara en un tono más propio de ingleses o alemanes en las costas levantinas. Después de la rehabilitación se dirigió a la cocina para preparar la comida con Julia, que ya había desistido de decir que no era necesario y siempre tenía alguna tarea para la rubia, lo que hacía que se sintiera más útil. Una vez que habían comido, Luisita e Inma subieron a la habitación de la pequeña para ver la serie que habían comenzado a ver en el ordenador y tras un par de capítulos, la rubia se encaminó a su habitación para vestirse y estar preparada a la hora a la que había quedado con Amelia.

Luisita salió a la calle en cuanto recibió el mensaje de Amelia y unos minutos más tarde la vio aparecer al principio de la calle con unos pantalones vaqueros cortos que mostraban sus piernas y camiseta de tirantes anchos con parte de sus rizos recogidos en un moño, tratando de sujetar a Mérida que empezó a tirar con más fuerza en cuanto reconoció a la rubia y la regañaba para que se controlara al llegar hasta ella.

- Hola – saludó Luisita cuando todavía estaba a unos metros.

- Perdona. He llegado a casa, he sacado un momento a Meri y luego me he quedado dormida en el sofá. ¿Vamos? – dijo de carrerilla mientras Luisita se agachaba para acariciar a la perra e intentaba esquivar sin demasiado éxito los lametones.

- Tranquila, sólo son cinco minutos. No pasa nada – la disculpó incorporándose y echando a andar. – Supongo que mucho trabajo en el bar, ¿no?

- Supones bien. En verano hay más gente en los pueblos de alrededor y nosotros tenemos mucho más trabajo.

- Sí, aquí también se nota que hay más gente.

- Y la semana que viene llegarán los que faltan, porque el viernes empiezan las fiestas aquí, eso sí no esperes una verbena como la de Villanueva, que allí son más y pueden montarse una fiesta más grande, pero aquí es mejor.

- Eso es totalmente objetivo – señaló la rubia.

- ¡Hombre, claro! Yo soy muy objetiva con mi pueblo porque es el mejor del mundo como has podido comprobar en este tiempo – expresó Amelia orgullosa provocando una mueca en Luisita. – En la capital también tendréis río, pero el nuestro tiene agua y te puedes meter en él.

- ¿No has traído guitarra hoy? – preguntó Luisita cambiando de tema.

- No, ¿querías?

- No sé – respondió de manera tímida encogiéndose de hombros. – Como el otro día estabas con ella...

- Pero el otro día estaba sola, hoy estás tú.

- Ya, bueno... – murmuró la rubia.

- He traído otra cosa, no te preocupes – añadió guiñándole un ojo.

Sueño de una noche de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora