Las series que marcaron mi infancia

Mi top de las cinco mejores películas animadas

He aquí las películas “de muñequitos” que puedes ver aunque tengas cien años, por su mensaje humano y el impacto que causó y causará su historia.

1-. El Rey León

Esta solía ser mi película animada favorita, sobre todo la segunda parte. Lo que aprendí de ella es lo que siempre promocionaban Timón y Pumba: no hay que vivir preocupándose por todo. Claro que ese solo es un mensaje en el trasfondo de la historia, pero es el que yo aplico.

2-. Valiente

Una película de Disney que marca la diferencia con respecto a todas las demás, porque no trata de algún romance entre la princesa de turno y un tipo al que acaba de conocer, sino que su temática se centra más en los lazos entre la familia y el amor familiar. Mérida es un ejemplo a seguir, porque ella, sin tener nada particularmente especial, es muy independiente, valiente y no necesita que un hombre la rescate. Definitivamente, Disney necesita más princesas así.

3-. Balto (I)

Siempre me han encantado las películas que tienen como protagonista a los animales, pues son las que contienen los mensajes más trascendentales. Esta historia en particular se basa en un hecho real, por lo que su moraleja tiene más peso. Aunque empieza abordando la temática del precio de ser diferente, luego resalta las ventajas de lo distinto y la aceptación de las diferencias; sobre todo, el aceptarse a uno mismo. Es una buena película.

4-. El castillo ambulante

Esta película es un anime, lo cual lo dice todo, porque prácticamente no hay producciones japonesas que no contengan un mensaje implícito de gran importancia. El de esta podría resumirse en una sola idea: el peso de tener un corazón.

5-. Momo, una aventura contrarreloj

Esta gran película trae consigo el que es, a mi parecer, el más importante de los mensajes mencionados: la verdadera importancia del tiempo, el cual no puede ser ahorrado, sino solo diafrutado; la mejor forma de emplearlo es compartiéndolo con las personas que amas. En estos tiempos, en los que se vive con tanta agitación como si la vida no fuera a acabar jamás, creo que es una reflexión muy necesaria.