Comparar a un artista con otro nunca es un halago. El objetivo de todo creador de arte es encontrar aquello que lo haga único y diferente de los otros colegas del gremio. Realizar comparaciones es quitarles ese mérito. Además, en el 90% de los casos, esas similitudes son, hablando con objetividad, prácticamente inexistentes.
Por ejemplo, tenemos el caso de David Bisbal, quien en los inicios de su carrera fue apodado como “el Luis Miguel de España”. Estos cantantes no comparten ningún paralelismo, a excepción de que ambos cantan muy bien. Sus estilos son completamente diferentes y poseen timbres muy distintos en sus voces, cada una de las cuales es única. Podría parecer halagador el hecho de ser comparado con un artista con la trayectoria de Luis Miguel; pero es que no cabe la semejanza. Ni siquiera en la actitud se parecen.
Como dije en un apartado anterior, me molesta sobremanera que comparen a Justin Bieber con Michael Jackson, o que digan que este chiquillo malcriado o Justin Timberlake son los nuevos Reyes del Pop, al igual que es inevitable la comparación con Bruno Mars. Aunque Justin Timberlake es infinitamente mejor como cantante y persona que Justin Bieber, así como que Bruno Mars sea un artista muy completo (en lo personal, me gusta mucho Bruno), ninguno de ellos puede aspirar a ser igual a Michael Jackson. El Rey del Pop es un referente absoluto dentro el mundo de la música, que ha influido en todos los artistas que vinieron después de él; un pionero de las band boys, que revolucionó la forma de hacer vídeos musicales, un ícono del baile popular coreografiado y una influencia en el ámbito de la moda. Como podrán darse cuenta, pocos cantantes pueden vanagloriarse de contar con tales méritos.
Otro tanto ocurrió con el cantante kazajo Dimash Kudaibergen, quien fue comparado en repetidas ocasiones con el intérprete ucraniano Vitas, a tal punto de que lo apodaron como “el Vitas kazajo” por el simple hecho de que se mueven dentro del mismo género musical. Esto es absurdo, porque es lo mismo que decir que Steve Tayler y Jon Bon Jovi se parecen porque ambos cantan power ballad, cuando no existe ni la más mínima similitud entre ellos. [Por cierto, a Steve Tayler lo compararon con Mick Jagger por su supuesto parecido físico. Sé que ninguno de los dos es muy agraciado; pero por favor, esto es ridículo]. El caso de Dimash es el claro ejemplo de cómo las comparaciones afectan a ambos lados del asunto. Cuando al joven kazajo le tocó cantar una canción de Vitas en el concurso en el cual estaba participando, la gente se puso a atacar a Vitas, diciéndole que Dimash interpretaba su canción mejor que él mismo. Dimash, como el buen chico que es, obviamente se sintió mal y avergonzado por este incidente, lo que le llevó a decidir ya no cantar más temas de Vitas para evitar esa clase de problemas; lo cual es una verdadera lástima, pues esas canciones le habrían venido como anillo al dedo. [Si me lo preguntan a mí, en lo personal creo que sí, que Dimash le dio un plus a la canción con su excelsa interpretación. Pero eso no le da derecho a nadie a atacar a su intérprete original, quien por demás es un artista maravilloso y un cantante increíble]. Por eso, no busquen semejanzas entre los artistas, a menos que deliberadamente estén imitando a alguien. Disfruten de la autenticidad de cada cual, sin caer en comparaciones innecesarias.
¿Qué opinan acerca de este tema? ¿Qué comparaciones consideran más injustas? ¿A cuáles artistas han llegado a comparar? ¡Háganmelo saber!
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Las series que marcaron mi infancia
AcakPorque de repente me han asaltado los recuerdos, me he propuesto atormentarlos un poco con mis nostalgias. Aunque tampoco crean que voy a aburrirlos mucho, pues estos apartados se proponen ser breves y concisos. A pesar del título, no solo pienso ha...