Cosas que no me gusta ver

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He aquí una selección de detalles que detesto ver en cualquier medio, ya sea película, serie o libro, sin importar el formato: animado o de acción real, igual no me gusta para nada tener que chocar de frente con una de estas cosas.










1-. Protagonistas de palo

El protagonista es el centro alrededor del cual gira toda la historia; por lo tanto, necesita mover la trama, ser humano y realista. Si no tiene mucha personalidad, sus motivaciones no están claras, es llorón porque sí, no sabe hacer nada por sí mismo y solo brilla por su ausencia de calidad, no es más que un tipo cualquiera que no estaba destinado a ser el personaje principal desde el principio. Puedo entender que un protagonista debe ser quien resuelva el mayor conflicto de la trama, porque por algo es el protagonista; pero hay que respetar ciertos preceptos básicos para no irrespetar la lógica de la historia ni la inteligencia del público al que va dirigida, y que por obligación tenga que ser el protagonista quien posea la solución para todo, en cualquier momento y a costa de lo que sea, es completamente antinatural, innecesario y le resta solidez a la obra.












2-. Secundarios de cartón

Los personajes secundarios son tan necesarios para la construcción de una buena historia como el protagonista, a pesar de que el foco de atención no esté todo el tiempo sobre ellos. Por eso, adoptar el enfoque de tener objetos decorativos que obedecen a conveniencias del guion, en vez de a personas con rasgos que las hagan sobresalir por sí mismas, me parece un paso en falso en el desarrollo de cualquier trama.


















3-. Mujeres inútiles

Tal parece que el concepto que existe hoy en día de lo que es una “mujer fuerte”, se reduce a ponerlas en escenas de acción en las que no sudan a la hora de partir al medio a hombres con el doble de su tamaño, pasándose por el arco del triunfo las bases más elementales de la biología humana y desaprovechando el potencial de las áreas en las que los personajes femeninos podrían realmente sobresalir erigiéndose como triunfadoras, como la astucia y la inteligencia, sin necesidad de recaer en tantas incoherencias. Pero hasta eso es preferible, antes de ver a las mujeres reducidas a simples objetos sexuales carentes de personalidad y motivaciones propias, cuyo único objetivo reside en ganarse el amor de un hombre cualquiera y a las que les dan poderes curativos como pobre excusa para mantenerlas más tiempo en pantalla del que merecen (sí, anime, te estoy hablando a ti). Hay muchas maneras en las que una mujer puede ser útil sin renunciar a su feminidad, rol de madre/ama de casa y debilidades biológicas, sin que por ello se le deba degradar en razón de su género, reduciéndola a ser un premio o mero objeto de deseo.



















4-. Exceso de azúcar

Me gusta el romance, pero en su justa medida. Me molesta que toda la historia gire alrededor de una relación romántica, sin mayores elementos que enriquezcan la obra y con cientos de frases clichés melodramáticas esparcidas por todas partes. Hay que saber encontrar un equilibrio.
















5-. Estereotipos

Que el papel de un personaje sea definido por su color de piel o nacionalidad, es algo lamentable que abunda en muchas películas y series con la triste excusa de la inclusividad, cuando en realidad se pone a dichos personajes en roles ridículos, que solo contribuyen a crearles una mala imagen a los grupos minoritarios que representan lo cual, en lugar de beneficiarlos, los perjudica. Es una nueva forma sutil de discriminación, al igual que priorizar la orientación sexual de un personaje por encima de su personalidad e importancia.















6-. Prolongadas escenas de tortura

Antes no me afectaban tanto ese tipo de escenas, pero ahora creo que soy más sensible. No puedo soportar ver una película o serie llena de tortura. Cuando vi La pasión de Cristo, sentí que los latigazos me los estaban dando a mí, pero en el cerebro. Es torturante ver esas cosas.
















7-. Largas escenas de sexo

Cuando me propuse ver todo tipo de animes, traté de meterme con el hentai; como me daba vergüenza hacerlo por el televisor, donde todo el mundo podía percatarse de lo que yo estaba viendo, quise leerlo en manga; pero no hubo modo de que pasara de los dos primeros capítulos en ningún caso. No era nada anormal, mas no me sentía nada cómoda con esas escenas tan gráficas. No veo nada de malo en que dos personajes se besen o acaricien eróticamente en pantalla, con los planos y enfoques de cámara que colocan de maneras estratégicas para crear un ambiente más romántico; además, confieso que me gusta leer esa clase de cosas. Empero, me siento como vouyerista mirando una de esas súper gráficas sin censura.



















8-. Parafilias

Este es un tema muy delicado y que causa mucha controversia, por lo que hay que saberlo tratar. La cuestión no es ignorarlas por completo, sino conocer cuáles se tocan y, sobre todo, cómo se tocan. Mostrar morbo asqueroso solo por querer exhibir la tan mentada “libertad creativa”, no suele ser una buena idea.
















9-. Maltrato animal

Detesto que anden golpeando o matando animalitos en cualquier clase de obra ficticia. Nunca he sido capaz de matar a un animal inofensivo a propósito, ni siquiera de ver cómo matan a alguno para comer. La primera (y última) vez que vi que le torcían la nuca a un pollo, tuve hasta pesadillas. Si tengo que matar al animal que me voy a comer, no comería carne. Cuando era pequeña, tuve un berrinche y maté a una lagartija por accidente, por lo que después lloré muchísimo. Dejando de lado lo vacío de la trama, creo que este es el mayor problema que tengo con Elfen Lied. ¿Cortan gente en pedazos? Puedo con ello. ¿Hay una masacre sangrienta? No me impresionas, es solo ficción. ¿Matan a un perrito? Quita esa maldita porquería de mi vista. Tal vez esto se deba a que es más sencillo y menos impactante entender la rabia de Kaede/Lucy, antes que la crueldad sin razón del ser humano. Los animales son inocentes porque actúan por instinto y no por maldad, lo opuesto a la humanidad.














10-. Abuso infantil

De pequeña, a mí jamás me levantaron la mano, por lo que yo siempre me portaba bien; así que me resulta intolerable ver dosis excesivas de maltrato hacia los niños. Sí, yo sé que es una manera eficaz de explicar las actitudes de antagonistas y villanos; pero eso depende del tipo de abuso que se retrate y qué tanto sea. Con ciertas ramas de este tema hay que tener mucho tacto, aunque de por sí es algo que me da rabia cuando lo veo.















11-. Violencia gratuita

Esto ya lo expliqué mejor en el apartado “Mi problema con la excesiva violencia en la ficción”, pero lo reitero; odio la crueldad porque sí en cualquier medio ficticio, aunque se excusen en que refleja la realidad y bla bla bla. No es lo mismo la violencia que se desprende de una batalla, a la que se refleja en La naranja mecánica, por ejemplo.

















Me abstengo de mencionar a los clichés porque hay varios que me gustan, y otros que tolero bastante bien. Además, son un mal necesario. Los power-ups no me molestan tanto. Las conveniencias del guion suelen ser molestas, pero creo que depende de cuáles sean. ¿Qué cosas no les gustan a ustedes en el mundo de la ficción? ¡Háganmelo saber!

Las series que marcaron mi infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora