Lo malo de mezclar los géneros terror y ciencia ficción

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Quiero comenzar aclarando que el problema no radica en mezclar los géneros como tal. Es algo que se puede hacer sin ningún problema con el método adecuado, al igual que es posible concretarlo con dos géneros cualesquiera. Lo que sucede es que el terror tiene un cierto problema de base, que consiste en que la trama importa más que los personajes, los cuales solo están ahí para aterrorizarse, en el mejor de los casos, o para morir de forma violenta, en el peor. Esto podría ser aceptable hasta cierto punto en las películas, pues comprendemos que la escasa duración de un filme no basta para desarrollar adecuadamente a un cast de personajes; pero es que ni siquiera las series se salvan de caer en estos tropos, a pesar de que cuentan con un mayor espacio para aprovechar a sus figuras principales y secundarias.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la mezcla de géneros? El problema radica en que esto último agudiza la dificultad que ya de por sí tiene el terror al manejar a sus personajes. Hay autores, como Lovecraft, Poe y Maupassant, que tratan de compensar esta falta narrando sus historias en primera persona, para que al menos se logre empatizar con el protagonista de la misma y se cree una conexión entre el lector y el personaje. Eso está bien; pero en el medio audiovisual, aunque no es imposible mostrar los hechos desde el punto de vista de cierto personaje, este recurso no genera el mismo impacto. Además, cuando se juntan la ciencia ficción y el terror, los elementos de ambos géneros no hacen más que contrapuntearse constantemente unos a otros, recayendo en los clichés más básico, como son recurrir a las criaturas extraterrestres hostiles y a los baños de sangre; porque sí, estas producciones viven de ser lo más gráficas posibles, incluso cuando esto es innecesario. Por ejemplo, Lovecraft se apoyaba en el factor psicológico del miedo a lo desconocido y luego recurría a la parte visual, describiendo horribles, grotescas y repugnantes criaturas alienígenas; pero películas como Alien, el octavo pasajero y La cosa solo se basan en mostrar horrorosos bichos hostiles asesinando por doquier, comiendo gente y apoderándose de sus cuerpos.

Solo en casos muy excepcionales las mezclas de terror y ciencia ficción quedan bien, porque no se explotan al máximo ninguna de las virtudes de ambos géneros y no se les hace congeniar adecuadamente entre ellos. Ejemplos en los que los dos juntos están bien utilizados son: todos los cuentos y novelas de Lovecraft, la película Necronomicon (que se basa en los cuentos del autor antes mencionado) y el anime Kisejuu Sei no Kakuritsu, que a pesar de usar clichés como los bichos come-gente y las toneladas de sangre, todo le queda muy bien porque hay una filosofía detrás y una atmósfera psicológica creada de manera magistral para que se desarrolle la acción. No obstante, esas son solo excepciones que confirman la regla. Al menos, eso es lo que yo pienso. Si opinas diferente, siéntete libre de expresarlo. Me gustaría leer otros puntos de vista al respecto.

Las series que marcaron mi infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora