Las series que marcaron mi infancia

Personajes que debería odiar, pero que amo

Otra vez yo remando a contracorriente. En esta ocasión, vengo a presentarles mi top de esos personajes que, por mera obligación moral, debería odiar por ser, en su mayoría villanos; pero que, en cambio, me gustan mucho, y estoy segura de que no soy la única.

#5: Jim Moriarty (Sherlock)

Es raro que me guste el personaje que indujo a mi muy, muy querido Sherlock a fingir un suicidio de lo más dramático; pero esto tiene que ver con la forma en la que es interpretado y, sobre todo, en su versión modernizada. En los libros, Moriarty era un villano aburrido, inteligente porque sí, más plano que una galleta de sal y su única función es ser una excusa barata para que Arthur Conan Doyle pudiese deshacerse de su personaje dándole una muerte digna, con un rival a su altura. En cambio, su versión en la serie no solo es brillante y verdaderamente amenazador, sino que tampoco tiene nada que envidiarle a Sherlock en cuanto a carisma. Es un antagonista real, con peso, y no solo una excusa. Aunque es un psicópata al estilo de El Joker, Moriarty tiene un sello propio muy característico.

#4: Grimmjow Jeagerjaques (Bleach)

Aunque hay personajes mejores entre los Espada, debo admitir que este es mi preferido. A diferencia del resto de la élite de Aizen, Grimmjow es un personaje muy anárquico. ¿Qué quiere decir esto? Que las leyes y reglas establecidas se la sudan. A él no le gusta obedecer a nadie. A pesar de la falta de propósito que suelen tener los hollows, cuando aún era un adjuchas, Grimmjow estaba firmemente convencido de que poseía una meta, que era ser el más fuerte de su raza. A pesar de lo plano que puede parecer a simple vista, al considerarse en deuda con alguien, Grimmjow trata de devolverle el favor, como se vio con Orihime; o sea, que pese a ser un hollow, posee ciertos códigos. Además, es la versión más agresiva de Ichigo. Sí, Grimmjow y el protagonista son las dos caras de una moneda.

#3: King Bradley (Fullmetal Alchemist: Brotherhood)

Este hombre es el prototipo del dictador, pero es innegable que tiene un carisma increíble. Su capacidad de liderazgo es incuestionable, pues los hombres bajo su mando nunca pusieron en duda su autoridad, hasta que Roy Mustang decidió que la situación de Amestris debía cambiar tras ver los horrores de la guerra. Aparte, es la clase de antagonista que no depende de sus subordinados a la hora de luchar, pues su talento con la espada y el poder de su ojo es inconmensurable, siendo capaz de esquivar balas y cortar un tanque de guerra a la mitad él solo. Aunque le hayan insertado una piedra filosofal, el Fürher sigue conservando algo de su esencia humana, lo que explica por qué puede comprender a la humanidad mejor que el resto de los homúnculos.

#2: Makoto Shishio (Rurouni Kenshin)

Sean sinceros y, con una mano en el corazón, díganme la verdad: ¿quién sería capaz de odiar al gran Makoto Shishio? Pese a sus filosofías tan radicales, su política de mano dura en aquel contexto histórico habría sido la más adecuada para Japón. Shishio no solo era inteligente, calculador y carismático; también era un líder muy capaz, que no desperdiciaba ni una sola de sus frases y daba discursos memorables. Por eso lo seguían sin dudar. Sin duda, uno de los mejores villanos del anime, si no el mejor.

#1: Yami Bakura (Yu-Gi-Oh!)

Y aquí es donde pensarán que todas esas veces que me caí de la cama de pequeña y me pegué en la cabeza, me hicieron mucho daño. Pues verán: yo tengo un fetiche con los personajes de cabello blanco; si no me enamora la personalidad del personaje, con esta característica por lo menos podré mirarle el pelo. Pero esta rara afición mía comenzó con Yami Bakura. La primera vez que apareció en Duel Monster bajo la fachada de Ryō, me pareció que iba a ser aburrido meter a un personaje súper random, del que además no me quedó claro si era hombre o mujer en una primera impresión. Sí, yo no sabía lo que era un personaje bishōnen, así que su cara, su forma de hablar y sus gestos me confundían; pero cuando se reveló como Yami Bakura, ahí fue cuando dije: “Rayos, sí, se prendió esto”. Ese capítulo fácilmente lo debo haber visto más de veinte veces, tanto doblado como subtitulado, y de hecho es mi capítulo favorito en toda la serie. Por cierto, Yami Bakura tiene una voz imponente en el doblaje; pero en japonés, si bien tiene una voz..., bueno, de mujer, es bastante escalofriante. Además, no importa en qué medio lo vea, nunca me defrauda. Incluso en la temporada 0, que por lo demás me parece una porquería, su participación se me hace acertada y más cercana a la versión del manga que ninguna otra historia de las que se adaptaron para ese anime. Al principio, creía que Yami Bakura era el tipo de villano que es malo por ser malo, sin matices notables. Sin embargo, no es tan así. Por ejemplo, en el manga Yami Bakura comprende los lazos que existen entre Yūgi y sus amigos. Aunque carece de sentimientos (al menos, en el sentido positivo), es capaz de entenderlos. Otra cosa que llama la atención es que en el anime (en el anime, que en el manga es diferente) es el único villano que juega bastante limpio. No, encerrar las almas de Yūgi y compañía en cartas no cuenta como trampa, porque luego Yami Yūgi utiliza los poderes del Rompecabezas del Milenio para darle un giro de 180° a la situación. Y no, retroceder el tiempo en la última temporada tampoco cuenta, pues ambos jugadores se sacaron cosas de la manga y, siendo de esa manera, la batalla es pareja. Además, aunque parezca lo contrario, Yami Bakura tiene un motivo plausible para llevar a cabo sus acciones, puesto que antes de fusionarse con Zorc, él era un ser humano; un niño que vio cómo su pueblo fue masacrado para la creación de los Artículos del Milenio, algo que generó un gran odio en su corazón. Claro que Yami Bakura como entidad posee la esencia de la encarnación misma de la oscuridad, pero aún conserva un mínimo del ser humano que fue. Es un poco complicado de entender. No tengo razones específicas para que me guste, solo me gusta y ya.

¿Qué personajes deberían odiar por malos, pero en cambio les gustan? ¿Tienen razones específicas para que les gusten, o es simplemente algo culposo? ¡Háganmelo saber!