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Hitoshi pasó a recogerme por la mañana a mi casa para ir a la academia.

- ¡Anzu, Shinso te está esperando! - gritó mi madre.

- ¡Ya salgo!

Agarré la lista que estaba sobre mi escritorio y salí corriendo de mi habitación. Llegué al entrador, me colgué la mochila a la espalda y agarré la bicicleta.

- ¡Adiós! - me despedí mientras salía por la puerta.

- Buenas - saludó Hitoshi.

- Tengo la lista que te prometí - dije, tendiéndosela.

- Espera, ¿Lo decias en serio? - preguntó, anonadado.

La cogió y la abrió.

- Claro que sí, ¿Por quién me tomas? - me hice la indignada.

- ¡Gracias, gracias, gracias!

Me abrazó con fuerza y besó repetidamente mi mejilla.

- Tranquilízate - dije entre risas - Anda, que tenemos que ir a clase.

- De acuerdo, de acuerdo.

Me soltóy se subió a la bicicleta. Me subí a la mía y empezamos a pedalear hacia la academia.

- ¿Están todos? ¿Los 20? - preguntó.

- Todos y cada uno de ellos. Tanto el kosei como su funcionamiento.

- Eres genial, de verdad.

- Déjalo ya - reí - Es lo mínimo que podía hacer.

- Te juro que no será en vano.

- Te tomo la palabra.

Llegamos a la academia y nos despedimos como siempre frente a la puerta de su aula. Llegué a mi clase y me senté en mi asiento.

- ¡Eh, Himura!

- ¿Sí?

Giré la cabeza, encontrando a Kirishima a mi lado.

- ¿Pudisteis resolver aquel problema que tenías en casa? - preguntó.

- El problema... ¡Ah, sí! Todo solucionado.

Por un momento, hasta se me había olvidado la excusa que puse el día anterior.

- Me alegro dijo con una sonrisa, y volvió a su asiento.

- ¡Todos! La tutoría matutina va a empezar. ¡Tomad asiento! - ordenó Iida.

- Joder, que no se le suba a la cabeza... - pensé.

- Estamos sentados - dijo Sero.

- El único que está de pie eres tú - añadí.

La puerta corrediza se abrió de repente.

- Buenos días - dijo Aizawa-sensei, momificado.

- ¿¡Ya has vuelto, Aizawa-sensei!? - exclamaron mis compañeros.

- ¡Es bueno ver que está bien, sensei! - dijo lida, alzando el brazo.

- Mi bienestar no es importante - contestó, mientras llegaba temblando a su sitio - Porque vuestra lucha aún no ha terminado.

- ¿Nuestra lucha? - preguntó Bakugo.

- No me digas que... - Midoriya se mostraba nervioso.

- ¿¡Más villanos!? - gritó Mineta.

- El "Festival Deportivo" de la UA se acerca rápidamente.

We'll make itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora