25.- Tarde de películas

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Hitoshi y yo seguíamos en mi cama, viendo "Pesadilla antes de Navidad" en mi portátil. Empezaba a encontrarme un poco mejor, y llegó la parte de la película en que sonaba "El lamento de Jack".

(Haced como que canta en japonés, ¿Ok? 😅)

- "Nadie puede negar que soy un tipo singular, un talento incomparable sin igual. Si deseo una sorpresa en la oscuridad, el mejor se que soy sin quererlo." - empezó a cantar Hitoshi en voz baja - "Una dosis muy pequeña de mi encanto fantasmal y hombres hechos y derechos gritarán. Mi esqueleto agité, y de pronto grité, ya caballeros valerosos asusté."

Me giré levemente para mirarle, embelesada por su canto. Tenía los ojos cerrados, y se le veía relajado.

- "Pero año tras año nada va a cambiar, y me canso un poco de hacer tanto mal" - continuó - "Yo, Jack, el rey del mal, estoy cansado de seguir igual..."

Me incorporé un poco para poder verle mejor. Su voz ronca inundaba mis oídos, hipnótica y atrayente.

- "Y es que muy dentro en mi interior hay un vacío aterrador. ¿Qué sensación en mi corazón surgió inesperada y veloz...?"

Entonces, Hitoshi me miró y puso la película en pausa.

- ¿Qué pasa? - me preguntó - Estás embobada.

- Cantas muy bien... - respondí.

- No es la primera vez que me lo dices, y te vuelvo a decir que estás exagerando.

- Que no, joder - insistí - Cantas mil veces mejor que yo.

- A ver, si me comparas con tu "hermoso canto, harmonioso cual felino regurgitando bolas de pelo", pues sí que canto bien - bromeó.

- Ahí te has pasado, cabrón - reí, dándole un golpe en el hombro - Pero en serio, tu voz es maravillosa, diría que hasta hipnótica.

- Debe ser consecuencia de mi kosei, ¿No crees?

- Bueno, pues podría ser, pero sigue siendo preciosa. Me relaja mucho.

Hitoshi puso de nuevo la película en marcha, y volví a acurrucarme contra él, esta vez con la cabeza en su pecho. Sentí calor en las mejillas al notar su ritmo cardiaco bajo mi oído. Al cabo de un rato empecé a sentir dolor en la pierna de nuevo, lo que me hizo fruncir el ceño y morderme el labio para intentar distraerme de alguna forma.

- ¿Te duele la pierna? - me preguntó Hitoshi.

Asentí con la cabeza. Se incorporó para agarrar su bolsa y se puso a rebuscar en su interior.

- ¿Qué haces? - pregunté en voz baja.

¿No te han dado calmantes en el hospital? - me preguntó en cambio.

- Iba hasta el culo de adrenalina, tal vez creyeron que no me dolería tanto - respondí.

- Pues no serán una solución permanente, pero te he traído una caja de ibuprofenos y un termo lleno de té relajante.

- Dios, cómo te adoro - suspiré.

- Bueno, no sé si llego a la categoría de "Dios", pero definitivamente soy fantástico - bromeó.

- Y humilde, por lo que se ve - dije con sarcasmo.

Rompimos a reír, y finalmente encontró las cosas.

- ¿Qué más llevas ahí dentro? - le pregunté, mientras me tomaba una pastilla y pegaba trago del té.

- El uniforme, los libros para el próximo día de clase, y luego lo necesario para no tener que salir de aquí en estos dos días: Ropa, agua y comida suficiente, y aunque se nos acabe, me puedo escapar por la ventana para comprar algo más.

- Dudo que puedas, creo que mi madre ha sellado la ventana.

- Mierda, sabía que me olvidaba de algo - masculló.

- Da igual, dudo mucho que nos vayamos a morir de hambre - reí.

Cuando acabó la película, no tardó en buscar "La novia cadáver" y ponerla en marcha.

- Vaya, cómo me mimas - comenté con una sonrisa.

- Lo que sea por mi pelirroja favorita - respondió.

Fue ver su sonrisa ladeada y mi ritmo cardíaco se aceleró, sin saber realmente porqué.

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Narrador: Shinso

Ya hacía rato que había acabado la película, y Anzu seguía apoyada sobre mi pecho. Hablábamos de chorradas, mientras internamente rogaba que ella no se diera cuenta de lo rápido que latía mi corazón cada vez que miraba sus labios moverse acorde a su voz. Anzu bostezó y miró la hora en su despertador.

- Se hace tarde... - comentó.

- Ya.

- Deberíamos dormir...

- Pues duerme.

- Tú también, 'Toshi... - suspiró.

- Tranquila.

- De "tranquila" nada. En la última semana, ¿Cuánto ha sido lo máximo que has dormido en un día?

- ¿4 horas? Más o menos, creo..

- Tienes que dormir un poco más.

- No te preocupes, estoy bien.

- No es verdad.

- Si yo no puedo decir que tienes que denunciar a tus padres, tú no puedes decir nada sobre mis hábitos de sueño.

Gruñó levemente y frunció el ceño.

- Al menos bebe un poco de té para que te relaje un poco... - insistió.

- No hace fal-... - Anzu puso ojos de cordero degollado, y mascullé por lo bajo - Agh, está bien...

Agarré el termo de té y di un trago.

- ¿Contenta? - pregunté.

- No, pero me basta...

Me levanté de la cama para dejar el portátil en el escritorio, solo para encontrar que Anzu ya se había tumbado cuando yo volvía a la cama.

- ¿Vas a dormirte?

- Tengo sueño... - dijo bostezando.

Coloqué los cojines para inmovilizar su pierna derecha, y después me tumbé a su lado. Antes de que me diera cuenta, Anzu ya se había dormido un poco de lado, con los brazos apretados contra el pecho. Llevé mi mano hacia su pelo, apartando unos mechones que cubrían su rostro.

- Esto de estar enamorándome de mi mejor amiga no va a tener buen resultado... - pensé.

----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!

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