35.- Salida al centro comercial

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Al día siguiente por la tarde me vestí con una camiseta negra ancha, unos vaqueros oscuros, una camisa roja de cuadros atada en la cintura y unas zapatillas negras. Cogí una mochila para poder meter lo que comprase, dinero, las llaves y el móvil. Salí de casa, y llegué en tren hasta la estación que había frente al centro comercial. Una vez en la puerta, saludé a todos y esperamos a los que faltaban por llegar.

- ¡El centro comercial Kiyashi Ward! - anunció Hagakure cuando entramos - Este sitio tiene más tiendas que cualquier otro lugar de la prefectura. ¡Tiene las cosas más actuales y populares!

- ¿¡Eh, esos no son los de primero de la UA!? - gritaron unos jóvenes al vernos - ¡Buen trabajo en el Festival Deportivo!

- Woah... ¿La gente aún se acuerda de eso? - preguntó Uraraka, algo intimidada.

- ¡Mirad, esa es la que quedó en primer lugar! - exclamó otra persona, señalándome.

Yo sonreí, nerviosa a más no poder, y le saludé con la mano.

- Ahora mismo necesito hacerme con una mochila lo bastante grande como para llevar mis cosas - comentó Jiro.

- En ese caso, ¿Por qué no vamos juntas a comprar una? - le propuso Yaoyorozu.

- No tengo zapatillas de montaña ni nada parecido, así que debería ir a comprarme unas - dijo Kaminari.

- ¡Ah, yo también, yo también! - exclamó Hagakure.

- ¡La guía decía que debíamos llevar calzado al que ya estuviéramos acostumbrados..! - les reprendió Iida, pero luego se puso pensativo - ¿Oh, pero no sería mejor opción llevar calzado que nos fuera de más utilidad...?

- Viendo que cada uno tiene distintas cosas que comprar, ¿Por qué no decidimos una hora y lugar para reencontrarnos y nos separamos hasta entonces? - propuso Kirishima.

A todos les pareció buena idea, así que pronto mis compañeros empezaron a alejarse.

- Oye, Iida... - dije, tirándole levemente de la manga de su camiseta para llamar su atención - ¿Me podrías ayudar con una cosa?

- Claro, Himura - respondió - ¿Qué necesitas?

- ¿Crees que podrías recomendarme algunas zapatillas que aguanten bien la velocidad? Es que no tengo ningunas así, y se me desgastan enseguida por culpa de mi kosei - expliqué.

- ¡Por supuesto! Creo que cerca hay una tienda de zapatillas bastante buena, podemos mirar allí.

- Gracias - dije con una sonrisa.

Empezamos a caminar hacia la tienda a la que se refería, en un silencio que no tardé mucho tiempo en romper.

- Q-quería decirte... Que sient-to mucho cómo me comporté el primer día de clase...

- No es necesario que te disculpes.

- Sí lo es. Fui muy desagradable contigo, que solo hablabas de los parecidos de nuestros koseis - insistí - Me cuesta mucho confiar en la gente, pero estoy intentando abrirme a vosotros porque en verdad os aprecio, aunque pueda parecer que no... Así que, pues eso, lo siento muchísimo.

- Disculpas aceptadas - contestó con una leve sonrisa - Mira, ya hemos llegado.

En efecto, nos encontrábamos frente al escaparate de la tienda. Entramos allí, y nos dirigimos directamente al mostrador.

- ¿En qué puedo ayudarles? - nos preguntó la trabajadora que se encontraba allí.

- Estábamos buscando unas zapatillas para mi amiga que tuvieran buena resistencia a la velocidad - explicó Iida, tomando la palabra - ¿Tienen?

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