37.- Empieza el campamento

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El dia del campamento llegó. Cuando me desperté, empecé a vestirme con el uniforme de la UA, y recibí un mensaje en el móvil.

Me acerqué a la ventana de mi cuarto y asomé la cabeza, siendo entonces capaz de ver a Hitoshi junto a la puerta de mi casa, con la bicicleta agarrada

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Me acerqué a la ventana de mi cuarto y asomé la cabeza, siendo entonces capaz de ver a Hitoshi junto a la puerta de mi casa, con la bicicleta agarrada.

- Ey - lo llamé.

Hitoshi sonrió, dejó la bici apoyada en la pared y se acercó a la ventana.

- Buenos días - me saludó.

- ¿Qué haces aquí?

- Ya te lo he dicho, te llevo a la UA.

- 'Toshi, no es necesario...

- Claro que sí. Además, así aprovechamos un poco más antes de que te vayas.

No pude evitar sonreír.

- Creía que era yo la que se comportaba como una niña pequeña - comenté.

- Y sigues siendo tú - declaró - Anda, date prisa, o acabaremos llegando tarde.

Se alejó de mi ventana y volvió junto a su bici.

- Serás idiota... - susurré - Creo que me gustas demasiado...

Terminé de vestirme, y tras despedirme de mi madre, salí de casa con la mochila al hombro.

- ¿Lista? - me preguntó Hitoshi.

- Claro - respondí con una sonrisa.

Se subió a la bici y yo me senté sobre el sillín extra. En cuanto él empezó a pedalear me agarré a su cintura al rodearla con los brazos.

- Bendito sea el entrenamiento... - susurré, notando los abdominales que empezaban a marcarse bajo su camiseta.

- ¿Qué dices? - me preguntó.

- Que c-cómo va e-el entrenamiento.

Mi mente gritaba, deseando que él no lo hubiera oído bien a la primera.

- Pues ni tan mal - comentó - Aizawa-sensei es muy exigente, pero creo que me voy apañando. Con lo que más problemas tengo es con el arma de captura.

- No comprendo cómo puedes entrenar tanto y seguir siendo de los mejores de tu clase - suspiré.

- Algo bueno tenía que encontrarle al insomnio - rió él - La verdad es que es agobiante, pero si es necesario para poder acceder al Departamento Heroico, haré lo que sea.

- Pues te envío toda mi fuerza para que te ayude - reí.

- Eh, reserva un poco para el campamento - dijo de broma - ¿Sabeis ya dónde es?

- Qué va, todavía nada - suspiré - Así nos evitamos posibles filtraciones, pero sigue siendo un rollo no saber nada.

- Voy a echarte de menos...

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