72.- Vete

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Al día siguiente, mis compañeros salieron de clase rápidamente para empezar a organizar el concierto. Los de los Estudios de Trabajo teníamos clases suplementarias, así que nos uniríamos a ellos después. Nos habíamos despedido de ellos, pero antes de irnos, oí a unos del Departamento de Estudios Generales, juraría que uno de ellos era de la clase de Hitoshi.

- Al parecer, la clase 1A va a hacer un show en vivo - masculló, hablándole a su compañera - Siempre quieren ser el centro de atención.

Me iba a acercar a cantarles las cuarenta, pero 2 personas conocidas me bloquearon el paso.

- Créeme, no vale la pena discutir con ellos - comentó Takeda - Tenemos que hablar contigo.

- Himura, ¿sabes algo de Shinso? - me preguntó Fujii.

- Ehm, no - respondí - ¿Es que ha pasado algo?

- Es que esta mañana no salía de su habitación, y pensamos que quizás había dormido contigo - explicó Takeda - Pero tampoco ha estado en clase en todo el día.

- Hemos intentado mandarle mensajes, pero no contesta, y tampoco responde a las llamadas - añadió Fujii.

- Sí que está en su habitación, ha vuelto a pasar... - suspiré.

- ¿El qué? - inquirió Fujii.

- Eso es algo que debe contaros él, no yo - contesté - Ahora tengo clases suplementarias, pero después me encargo de eso, no os preocupéis.

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Llamé a la puerta de su habitación, y empecé a buscar la copia de la llave en mi bolsillo.

- Hitoshi, soy yo, Anzu - dije, sacando la llave - Sé que estás ahí dentro, voy a entrar.

Entré en la habitación, encontrándola prácticamente a oscuras, y cerré la puerta tras de mí. No llegó a pasar medio minuto cuando recibí un mensaje en el móvil.

"Vete"

- No - respondí en voz alta - Te he traído comida y agua, y he avisado a Aizawa-sensei de que no podrás ir a entrenar hoy.

Dejé la bolsa en el suelo y recibí otro mensaje.

"Vete de aquí"

Cuando mi visión se acostumbró a la oscuridad de la habitación, pude reconocer la cama con un gran bulto bajo las sábanas, siendo este Hitoshi, escondido.

- Si me lo dices a la cara, me plantearé marcharme.

"Quiero estar solo"

- Ambos sabemos que no.

Me acerqué a la ventana y aparté las cortinas, dejando que la luz de la tarde se adentrara en la habitación; después fui hacia la cama y agarré la sábana, destapando la cabeza de Hitoshi: se encontraba completamente despeinado, sus ojeras parecían haber aumentado, y su rostro no expresaba otra cosa que cansancio y pesadez.

- ¿Qué te ha pasado...? - pregunté.

Tomó su móvil de nuevo y escribió un mensaje que no tardó en llegarme.

"Vete"

- Claro que no, no voy a dejarte así. Por favor, habla conmigo...

"No voy a hablar"

- Pues yo no voy a irme.

"Vete ya"

- No, me quedo aquí - contesté, sentándome en la cama.

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