Creía que ya sabías con quien andabas jugando.

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#Julieta

No era lo que esperaba escuchar. No era lo que quería que él rubio dijera. De hecho, pensaba defenderme por mi misma una vez más. Sin embargo, no miento al decir que lo que vi en sus ojos mientras alejaba a ese tío de mi, comenzaba a fascinarme. Tanto, que me tiré el resto de la noche restregándome, bailando con él. Sucio. Muy sucio.

- ¿Porqué me tienes que hacer esto a mi, venenosa? - pregunta Kilian tras de mí mordiendo mi cuello con ferocidad.

- Antes no me has dejado defenderme por mi propia cuenta. Ahora, me estoy vengando - digo sin dejar de moverme mientras le miro a los ojos.

Le veo sacar una pequeña sonrisa entre el parpadeo de las luces y los focos. Su pelo rubio está un poco más largo que cuando le conocí, pero sus ojos ahora son mucho más tentadores.

- Deja de castigarme y dame un beso ya, Julieta - dice acercando todo lo posible mi cuerpo al suyo.

- Y sino... ¿qué?

<<Está sonriendo como un niño angelito, lo tienes hecho>>

- ¡Julieta! ¡Julieta! - escucho a mi lado antes de sentir como me arrastran lejos del rubio. Es Melo.

- ¡Eh tío! ¡Nos vamos! - anuncia Ashton con una sonrisa de oreja a oreja irradiando adrenalina a más no poder.

¿Irnos?

<<Nosotras estamos bien aquí>>

- ¿A dónde? - pregunto a mi amiga.

Y lo que me responde a continuación, era seguramente la respuesta más inesperada de todas.

- A tatuarnos.

- ¿A tatuarnos?

¿Cuántos años tenemos? ¿Quince?

- Venga, Kilian. Por la banda - dice Ashton nuevamente alzando el brazo y mostrando un tatuaje pequeño en él. Denise y Travis a su lado, repiten la acción. Y entiendo al momento que Kilian a pesar de tener miles de tatuajes, no comparte ese con ninguno de sus amigos.

Raro.

<<Antisistema, diría yo. Le gusta llevar la contraria>>

Buen punto, demonio.

- Vamos - es todo lo que dice el rubio antes de echar a andar conmigo de su mano.

Casi pienso en quejarme y en decirle que nadie tiene que arrastrarme hacia ninguna parte y que sé caminar sola, pero por algún motivo, no me desagrada la forma en la que me lleva a su lado.

- ¡Como puede ser que el cantante de mi banda favorita te esté llevando de su mano! - me grita Melo al oído mientras nos deslizamos entre la multitud. En su caso, ella es quien arrastra al chico.

Mejor así.

- No lo sé. Supongo que ha sabido ver mis encantos, y ahora no puede despegarse de mí. Lo entiendo, yo también lo haría.

- Échate todas las flores que quieras, ¡pero él también está tremendo!

Me río.

-No he dicho lo contrario.

- Adiós Kilian. ¿Me firmas un autógrafo? - interviene el gorila de la puerta.

Observo como el rubio asiente manteniéndose serio. Con su cara de criminal atractivo recién salido de la cárcel, su pelo cayendo por su cara, y su mandíbula marcada. Irradiaba de su cuerpo las mismas vibraciones de un cantante con la voz rasgada que enfurecía al público, como las vibraciones de un expresidiario capaz de aniquilar a cualquiera que entorpeciera su camino.

Y era una completa delicia poder absorber toda su aura.

- ¡Ahora nos vemos allí! - grita Melody antes de subirse al coche de Denise. Yo asiento en su dirección. Y aprovecho el momento en el que Kilian me pone el casco de la moto para hablar con él.

- ¿Porque todos tus amigos tienen ese tatuaje y tú no?

- Me pillo en un mal momento y al final no me lo hice. ¿Te vas a tatuar?

Quiero besarle cada vez que se asegura de que él cierre esté bien puesto.

- ¿Mal momento? ¿Qué te pasó?

- Ponte delante está vez.

¿Qué?

Miro la moto en el mismo instante en el que Kilian se sienta sobre ella y se echa ligeramente hacia atrás. Luego se pone el casco y arranca aún conmigo de pie a su lado.

- ¿Porqué quieres que me tatúe?

- Porque nunca lo has hecho y te va a gustar. Sube.

- No sé conducir una moto, Kilian.

- Nadie ha dicho que la vayas a conducir tú, pelinegra. Además, no te hacía yo por una mujer cobarde.

Es todo lo que le hace falta escuchar a mi demonio interior para alzar una pierna y rodear la moto con ambas hasta quedar justo delante de él. Sonrío sin que me vea cuando denoto su risa en mi espalda, y me remuevo a conciencia contra él para torturarlo.

- Perdón. Solo trataba de acomodarme.

- Teufels frau... - le escucho susurrar una vez más en alemán antes de inclinarse sobre mi espalda para arrancar la moto y salir a toda velocidad hacia donde sea que vayamos.

- La próxima vez, susúrrame eso mismo en la cama...

Y todo lo que recibo como respuesta, es el sonido de la moto al acelerar en exceso. La adrenalina vuelve a recorrer cada parte de mi cuerpo, las luces de la ciudad se ven como rallas, y no distingo siquiera a un transeúnte por la calle porque la velocidad no me lo permite. Pero me gusta. Me encanta sentirme así.

Quince minutos más tarde, estamos en un pequeño estudio de malamuerte eligiendo el tatuaje que Melody se va a hacer mientras un hombre de pelo largo, se hace una cola para poder tatuar mejor.

- Pasad vosotros por aquí - nos dice el tipo.

Miro a Kilian de reojo. Por mucho que sepa defenderme, este sitio parece de lo más inesperado. Sin embargo, Kilian sigue al hombre sin decir una palabra. Tampoco me mira o se dirijo a mi. Pero su mano sigue aferrada a la mía como si fuera a huir.

- ¿Qué te vas a hacer esta vez tío?

La copa de lo que parece ser wisky que se bebe el hombre mientras Kilian avanza hasta él, me hace dudar entre sí quiero reírme o salir de allí cuanto antes. Ambos se ponen a hablar, y yo mientras tanto aprovecho para echar un vistazo a algunos de los dibujos que hay a mi lado. Caras de mujeres egipcias, diosas, cruces... me pregunto en qué se habría basado Kilian para escoger los suyos.

- Ven aquí - dice el rubio tirando de mí tras él.

- ¡Eh! ¡Estaba viendo eso!

El tipo se ríe al fondo, da un trago más a su copa y se sienta en un taburete. Kilian se tumba a su lado, y antes de que pueda darme cuenta, ya me ha sentado sobre él de un solo jalón. El tipo ni siquiera nos mira, solo se centra en lo que sea que le va a dibujar a Kilian en el único y minúsculo espacio que le queda en el brazo. Así que me acomodo sobre él, poniendo mis piernas alrededor de sus caderas.

- La vergüenza no está hecha para alguien como tú, ¿o sí, teufelin?

<<Nos mira de una manera tan sucia...>>

- Creía que ya sabías con quien andabas jugando.

JUGANDO CON EL DIABLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora