#KillianHice mil y una flexiones cada día desde aquella fatídica noche en la discoteca, reventé dos sacos de boxeo de tanto golpearlos en el desván, fumé y bebí más de lo que lo había hecho nunca. Y me cabreé con el mundo cuando la volví a ver en aquella barra. La odié por estar tan jodidamente buena, y quise incluso arrancarle la cabeza cuando me fijé en lo marcado que tenía el abdomen expuesto ante esa minifalda que se había puesto esta noche.
Trate de no mirarla mientras cantaba, traté de controlarme y no bajar a partirle el cuello al imbécil que no dejaba de sonreírle cuando llegue, intenté no gritar contra el mundo y pasar de todo. Quería que ella lo viese, que viera lo poco que me iba a importar ahora, lo fácil que era vivir sin ella rondando por mi mente a cada rato. Así que canté tres canciones seguidas sin ningún tipo de introducción o presentación, solo la música, mi vaso de ron y yo cantando. Y cuando terminó la tercera canción, aproveché el solo de Travis con la guitarra para irme tras del escenario y picarme unas rallas al compás de la música con la tarjeta que me había regalado el banco por ingresar buenas cantidades de los conciertos.
Tarareaba la canción con armonía, sintiéndome bien al instante mientras inhalaba. Una ralla por lo que ella consiguió, que no lo ha conseguido nadie. Otra por su cuerpo contoneándose. Otra por mí, o lo que de mí queda. Y la última por los dos, por lo que nunca fuimos ni va a ser.
- Für dich, teufel.
- Dame de eso, que no eres el único que tiene problemas - dice Ashton llegando hasta donde yo estoy para agacharse rápidamente y meterse dos lingotazos en cuestión de segundos.
- Voy a por otro de estos - digo señalando el vaso vacío en mi mano.
Me vuelvo a subir al escenario en busca de la botella que he dejado por ahí para no tener que pedírsela a nadie, y cuando voy a agacharme el cuerpo se me tambalea de un lado a otro haciendo que la gente se alarme y se escuche un sonido de alarma colectivo entre todos. Sonrío soltando una pequeña carcajada amarga mientras vierto el líquido sobre el hielo intentando que no se salga nada del vaso. Pero mi estado de humor cambia en dos segundos, cuando me percato de la canción que está tocando Travis con Denise... "After dark". La última puta canción que escuché cuando vi bailar a esa hija de puta que se pasea ahora por ahí moviendo las caderas de un lado a otro, haciendo que todo el que la ve gire el cuello hasta querer partírselo. La última imagen que tengo de ella sobre una barra con lencería roja y el pelo suelto.
Me molesta no poder dejar de pensar en su cara, en su cuerpo... me molesta todo lo que tiene que ver con ella. Me molesta tanto, que me bajo del escenario para ir a la barra a por una copa cuando veo como el vaso de mi mano se ha roto con el último alcohol que me quedaba, y me ha dejado sin bebida y con una raja en la mano.
- Joder - gruño cuando me arranco un trozo de cristal de la piel y me abro paso entre la gente mientras escucho a las niñatas de dieciocho años suspirar y decirme cosas intentando tocarme cualquier parte del cuerpo. Estoy sudando y no veo del todo bien, así que me paro en mitad de la pista con esa puta canción soñando de fondo y me quito la camiseta blanca que traía puesta para limpiarme con ella el sudor de la cara y después envolverla en mi mano, antes de agarrar un extremo con los dientes y otra con las manos para apretar bien.
- ¡Killian una foto! - escucho entre la multitud. Ni sonrío, solo me pongo a posar junto a las tías más altas, porque si me agacho me caeré. Y no pienso darle el gusto de verme así a nadie.
Mucho menos a ella.
- Ponme un ron cola, Melody - digo a duras penas mientras apoyo un brazo sobre la barra y la miro fijamente. Menos mal que está la amiguita de turno para atenúeme. Si no fuera por la pasta que vamos a ganar, no volvía a pisar este suelo ni esposado.
- Como quieras, Killian.
Asiento antes de que se de media vuelta. Nuestra relación sigue siendo cordial, pero desde que tiene algo con mi amigo hemos hablado algo más.
- Me alegro de que sepas llevarme, no te opones a nada de lo que te pido - digo bebiendo del vaso que me ofrece mientras disfruto del momento, de saber que la otra está rondando por aquí cerca, que está pendiente de mí.
No la veo, pero mi piel reacciona avisándome del peligro. Es algo casi paranormal, una fuerza química del cerebro. Algo que no se puede controlar.
Me doy media vuelta en la barra y dejo mi espalda apoyada contra ella mientras voy echando la cabeza hacia atrás lentamente, dejando que en alcohol haga su efecto en mi. Cierro lo ojos disfrutando de la música, y por unos segundos, me siento bien.
- Creo que voy a llamar a Denise - escucho decir.
Vaya, la chica seguía estando pillada por el nota de mi amigo.
- ¿Sabes, Melody? - digo dándome media vuelta para volver a verla tras la barra y hablarle mientras la apunto con un dedo mientras veo por el rabillo de ojo el cuerpo de ella aparece para servir a unos críos mientras hace como si yo no existiera tampoco - ¡Debí fijarme en ti! ¡Debí haber puesto mis ojos en ti en su momento! ¡Eres fiel, cariñosa, quieres a mi amigo! ¡Y eres todo un espectáculo de mujer!
Sonrío con los brazos alzados cuando veo como ella se marcha y desaparece de mi campo de visión en dos segundos. Le doy un sorbo más al vaso, y me voy de allí al baño para picar otra ralla antes de volver a subirme al escenario para cantar. Dejo allí sola a Melody con los ojos abiertos de par en par, pero me río. Sé que sabe porque lo he hecho, lo superará.
De camino al baño, mis ojos se encuentran con alguien a quien no debería ni haber visto. Noto la sangre de mi cuerpo ponerse caliente hasta llegar a arder, ahora sudo y respiro con más fuerzas, mis manos se cierran en puños y yo no paro de andar hasta chocar su hombro con el mío con todas mis fuerzas. El vaso se le cae, y la risitas con sus amigos cesan al instante.
- ¡Eh tío! ¡Pero que cojones ha...
Mi mano en su cuello le impide poder acabar la frase. Él intenta con ambas manos, deshacerse de mí agarre, pero en mi mente solo está la imagen de él estrangulado hasta la asfixia. El resto de sus amigos me miran con miedo. Yo aparto la mirada un segundo recordándome que ella y yo no somos nada, y lo suelto dejándolo caer al suelo antes de seguir andando hasta mi destino.
- No vuelvas a interponerte en mi camino.
ESTÁS LEYENDO
JUGANDO CON EL DIABLO.
Teen FictionSi tan solo Marc hubiera decidido no abrir el bar ese día. Si Melody no hubiera faltado ese día al trabajo porque estaba mala. Si Marc hubiera contratado a otra banda en vez de la suya. Si no hubiera puesto sus ojos en mí para cautivarme sin él más...