Aunque me cueste la vida.

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#Julieta

- Tú y yo funcionamos muy bien en el sexo, Kilian.

Es lo primero que se me pasa por la mente, y me enorgullezco de mí misma cuando le veo sonreír ligeramente sin dejar de mirar a la carretera.

<<Hombres...>>

En realidad solo pensaba en que debía hacer todo lo que estuviera en mis manos para separar a Kilian de Elena, Fai, Marc y absolutamente todas las personas con las que suelo tener sexo, o sino tarde o temprano, me explotaría todo en la cara. Y no estaba dispuesta a renegar al buen sexo que el rubio me ofrecía, mucho menos a mi carrera como bailarina, aunque eso signifique acostarse con el profesor baboso y algún que otro alto cargo más.

- A mi también me ha gustado, Julieta - dice para hacer a continuación una breve pausa- eres exquisitamente insaciable.

Me quedo callada evitando que él vea algún gesto de respuesta de mi parte que pueda malinterpretar. Ni siquiera le hace falta preguntar por la dirección de mi casa, y eso me da mucho que pensar. Aún así le observo, con su mirada firme y el mentón alzado. Tan atractivo como peligroso, mucho más hombre que cualquier chico de la academia, mucho más hombre que Marc, que Fai... Casi me río cuando me acuerdo de los pensamientos que tuve la primera vez que me lié con él, pensaba que a pesar de negarme en un principio, también podría ser maravilloso liarme con alguien de su estatus dentro del mundo del ballet. Alguien que pudiese hacerme engrandecer. Alguien que mirase por mí antes que por ninguna otra bailarina. Alguien que se preocupase por hacerme brillar hasta alcanzar el éxito.

<<Siempre poniendo el baile por encima>>

El ballet es mi vida, conciencia.

<<El ballet no merece todo lo que sufres>>

Claro que sí, haría lo que fuese por llegar a la cima.

<<Aunque te cueste todo, angelito...>>

Aunque me cueste la vida, demonio.

- ¿Estás intentando impresionarme, rubio? - pregunto con una sonrisa torcida cuando noto el coche acelerando en exceso.

- ¿Estas impresionada? - contesta con una sonrisa de oreja a oreja sin llegar a mirarme - Yo solo estoy tratando de darme prisa, parece que no llegar tarde a esa academia te afecta mucho.

<<Tanto como para rechazar un polvo>>

No empieces.

<< Venga. Los dos lo estáis pensando, por lo menos alguien aquí se atreve a decirlo>>

- El baile es importante para mí - digo tajante. No quiero contarle mucho de mi vida, porque no me interesa que se involucre en ella. Es guapo, y es un buen polvo. Nada más.

-Entiendo - contesta aparcando frente a mi casa. - Date prisa cogiendo tus cosas, yo también tengo cosas que hacer.

- ¿Qué?

- No voy a volver a repetirlo, pelinegra. Te doy quince minutos, si quieres llegar a tiempo a esa dichosa academia.

- Yo no te he pedido nada, Kilian.

Ambos giramos la cabeza para retarnos con la mirada. Las chispas arden entre nosotros, y ninguno quiere quedar por debajo del otro. Somos dos orgullosos negados a dejarse ver vulnerable ante el otro.

<<Desnuda sí, pero vulnerable no. Quién te entiende, angelito>>

- Si no te das prisa en hacer todas esas cosas que hacéis las tías cuando os ducháis y tal, tendré que encargarme yo de que lo hagas. Y eso no va a hacer más que retrasar tus clases.

- Yo que tú me iba a hacer lo que tengas que hacer Kilian. No tienes porqué quedarte, esto no te va a hacer ganar puntos conmigo - le digo mientras salgo del coche sonriendo sin que me vea mientras camino hacia la entrada del edificio de mi casa.

- ¡¿Siempre eres así de complicada?! - me grita a través de la ventanilla del coche.

Giro la cabeza para lanzarle un beso sin dejar de andar. Y antes de que pueda contestarme algo más, ya estoy dentro del edificio andando hacia el ascensor. Y no es hasta que me me veo reflejada en el espejo de este, que me doy cuenta de lo diferente que parezco con su sudadera y el pelo alborotado.

<< Siempre nos ha quedado muy bien el look de bien foll*da>>

Cierto.

<<Quién te ha visto y quién te ve, angelito>>

Vuelvo a mi ser cuando escucho el ascensor timbrar, y no hago ruido al entrar a casa por si despierto a Melody... o al tío que duerme desnudo sobre mi sofá.

- Buenos días July, parece que te lo has pasado bien esta noche, ¿eh?

Melody está apoyada en la barra de nuestra pequeña cocina, con una taza en la mano y una sonrisa juiciosa en la cara mientras a me analiza de arriba abajo lentamente. Yo no le respondo, en vez de eso me encargo de acusarla con la mirada por el chico que yace con él pen* al aire y la boca entreabierta frente a nosotras.

- Sí, eso.... Anoche no llegabas, y yo hice hora extra en el bar.

Sonrío sabiendo lo que eso significa.

Nosotras no hacemos horas extras porque sí, las hacemos cuando hay alguien que nos interesa. Algún hombre que nos pueda hacer pasar una noche increíble en el hotel más caro de New York. Un hombre que me pueda ayudar a ascender en mi carrera. Algún alto ejecutivo que nos dejase la propina del mes... la cuestión era simplemente, ganarnos la vida. A cualquier coste.

Le dije a Melody que le contaría absolutamente todo más tarde o no llegaría a tiempo a clase. Así que me duché y me alisté lo más rápido posible, y salí nuevamente escaleras abajo hasta salir del edificio, no había tiempo para esperar al ascensor. Pero mis pies se frenaron de inmediato cuando vieron al rubio de nuevo ahí parado, hablando con un policía.

Mierda. Ahora iba a tener que lidiar con sus ganas de que le diera las gracias por esperarme y le pidiera perdón por la multa que seguramente le estaban poniendo. Pero para mi desgracia, su coche era la única forma de poder llegar a tiempo y no tener que escuchar a Fai de mal humor por ello.

<<Venga angelito, mueve esas caderas y consigue tu propósito>>

- ¡Oh, mire Vicente! ¡Ahí viene mi novia! - exclama Kilian con la mayor de las sonrisas mientras me acerca hasta él de la cintura.

Pero, qué...

- ¡Vaya! ¡No me habías dicho que era tan guapa! - dice el hombre del uniforme mirándome como si se tratase de mi padre.

- Kilian... - susurro incómoda. Tenemos que irnos.

- Sí, es verdad cariño - dice dándome un beso en los labios como si nada - tenemos que irnos ya o llegaremos tarde.

- ¡Qué pareja más bonita! - vuelve a gritar el hombre mientras Kilian deja mi bolsa en el maletero de su tartana - Tienes cara de que va a ser niño - susurra el tipo.

Mis músculos se tensan. Y enseguida escucho la risa del rubio desde la parte del maletero.

<<Vaya, también es gracioso>>

Yo lo mato.

JUGANDO CON EL DIABLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora