Te gusta esto, angelito.

6.8K 568 21
                                    


#Julieta

Salgo de la academia de lo más frustrada. Yo siempre he sido la mejor en todo, brillante en los estudios, buena cautivando a la gente, precisa a la hora de tomar decisiones, y la mejor de todas las putas bailarinas de mi rango en todo el estado. No podía llegar a entender como el imbécil de Fai era capaz siquiera de tantear la posibilidad de dar a otra el papel principal que me pertenece. Y me pertenece, porque es como si llevase mi nombre escrito en él desde siempre. Nadie lo sabrá llevar mejor que yo.

Tomo el primer taxi que pasa por delante mío entre la multitud y me subo a él sin pensarlo dos veces. Le doy la dirección del bar al conductor, quien no para de lanzarme miradas insinuantes a través del retrovisor, y rezo para que Marc no esté ahí nuevamente. Estoy muy harta de él. De él y de todo.

Joder, parece que el encuentro sexual de hoy en el baño con Elena no ha sido suficiente.

<<No. no ha sido suficiente y ambas sabemos el porqué>> - me dice mi conciencia interior.

Mierda, cállate.

<<Chico rubio, tatuado, fuerte...>>

¡Ahhh! ¡Cállate!

Le doy un billete al chofer cuando para donde le digo. Pero para mi desgracia, creo que eso no ha sido suficiente pago para él.

<<Hombres>>

- Si me dejas, te invito a una copa ahí dentro bonita. No todos los días se tiene la oportunidad de conocer a chicas tan guapas como tú.

Me bajo rápidamente para poder salir del coche y ponerme a su altura frente a su ventana, la cual pico dos veces con la mayor de mis sonrisas angelicales. Sonrisa que el hombre, por supuesto, me responde.

- ¿Aceptas entonces guapa? - me dice, y me entran ganas de vomitar al instante. Podría ser mi padre

- Claro - susurro sensualmente a su oído - pero antes déjame decirte una cosa.

<<Venga perra hazlo, se lo merece>>

Le cojo la po*** con toda la fuerza de mi mano y aprieto en ella mientras él tío se retuerce del dolor. Observo que está a punto de pegarme en los brazos para que le suelte, pero yo soy mucho más rápida y le dejo mi puño en su cara. Bailar no es lo único que se me da bien.

- ¡Hija de pu**! - me grita con una mano en el ojo golpeado. Una pena muy grande, debería aprender a no intimidar a nadie.

- Para que aprendas a tratar bien a una mujer.

Me marcho de allí lo más rápido que puedo, ya voy tarde y no tengo ganas de seguir peleándome con ese salido. Así que busco rápido en el bolso el top blanco para trabajar y la minifalda que me pondría esta noche. Odiaba trabajar con ella, a veces la elegía simplemente por complacer a Marc y a sus ansias de ganar dinero. Y es que en cierto modo, yo también sabía que vestir así me hacía vender más. Denigrante, pero lo hacía por mi trabajo.

<<También porque te sientes sexy, perra>>

Bueno, también por eso.

<< Y quieres que el rubio te vea>>

Cállate.

<< No dejas de pensar en él>>

No

<<Sí>>

Sí.

<<Lo sabía. Nos conocemos a la perfección. Tu parte de diabla es igual de sexual que tu parte santa, perra>>

Lo sé.

- Buenos noches, July - me saluda West como cada noche en la puerta mientras aparta al resto de adolescentes para que yo pase.

- Buenas noches grandullón - le digo sonriendo. Adoraba a este hombre.

Entro al bar rápidamente y me cuelo entre la gente para escabullirme hasta el almacén y poder cambiarme de ropa antes de que Marc me vea, se nota que hoy va a tocar también la banda del rubio y que se ha corrido la voz. Hay incluso más gente que la otra noche, y mis hormonas me dicen que no soy la única aquí sintiéndose así.

- Hola pelinegra, me voy a fumar un piti aquí, ¿vale?

Y en tres segundos ya está tumbado en el suelo y conmigo encima en posición de defensa. Joder, es él.

- Te dije que te follaría, pero no creía que te lo ibas a tomar tan enserio - me dice con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos nublados de deseo. No es hasta ese momento, que caigo en cuenta de  solo llevo puesto el mini top para trabajar y un tanga negro. Fino, muy fino.

- No vuelvas a entrar así en ninguna parte o te tomarán por loco.

Me levanto y me doy media vuelta bajo sus atentos ojos hasta llegar donde he dejado la falda. Sé que el rubio se está muriendo por tocarme, pero creo que también está debatiendo consigo mismo por no ser el primero que de él paso.

Dos orgullosos jugando a calentar al otro. Umm.

<<Te gusta eso, angelito>>

Me encanta, demonio.

- ¿Quién te ha enseñado a defenderte así, pelinegra?

Joder, ¿en qué momento se ha puesto tras de mí? ¿Y porqué no lo he notado?

- Tengo que trabajar, rubio - anunció pasando por su lado. Pero él me agarra fuerte del brazo y me pega a su cuerpo sin previo aviso.

Dios santo, necesito salir de aquí antes de que mis manos acaben actuando por sí solas.

<<Hazlo angelito, lo estás deseando. Y sabes que él también>>

- ¿Qué pasa? - dice pegando su cara a la mía - ¿te asusta estar tan cerca de un hombre?

No, de hecho me encanta.

<<Demuéstraselo angelito, demuéstrale cómo de perras somos>>

- A mi nada me asusta rubito - susurro antes de lamerle los labios- Nada.

Y me voy.

Estoy completamente segura de que no piensa aguantarse callado. Creo que este chico tiene el ego igual o incluso más grande que yo. Por supuesto que lo tiene.

- Esto no se va a quedar aquí, guapa- susurra con su agarre en mi brazo nuevamente. Creo que él también se tiene que ir ya, la guitarra de su amigo está soñando por todo el lugar.

- ¿Qué más da? ¿Acaso te acordarás mañana de cómo me llamo? - me mira. Creo que es la primera vez en toda la noche que nuestros ojos conectan, y está tan hambriento de sexo como yo. Puedo sentirlo.

- No creo que seas de las que se olvidan- escucho decir de fondo. Y sonrío porque él no me ve, y yo ya me he ido.

JUGANDO CON EL DIABLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora