El rey.

1.7K 132 6
                                    


Killian

Había que joderse, seis meses sin saber nada de ella y de repente el mundo me la pone en la p*ta cara cada vez que abro en los ojos. En los carteles que adornan las calles de Nueva York, en las grandes pantallas del Times Square, en las noticias de las alfombras rojas... incluso en los malditos anuncios de mis canciones en el canal de Youtube de la banda. 

Era el p*to infierno.

Habíamos crecido laboralmente durante estos seis meses como si hubieran pasado por encima seis años. Ella haciéndose una famosa reconocida por todo el mundo, de estas que se juntan con más famosas. Y yo haciendo mi primera gira con el grupo por todo el mundo, embarcados en una furgoneta y consumiendo todo lo que se nos ponía por delante para poder llevar el ritmo frenético que el público nos exigía.

No voy a mentir diciendo que había pasado página del todo con ella, porque lo cierto era que la veía en todos lados. Le ponía su cara a todas las que me tiraba en los camerinos o baños de los sitios donde dábamos conciertos. Y me gustaba. Me hacía sentirme vivo. Se me e*palmaba en cuestión de segundos. Duraba como un campeón. Me estaba haciendo un rey.

Fiesta. Droga. Alcohol. Tabaco. Marih*ana. Sexo. Más sexo. Mujeres. Cuerpos. Y la diabla.

Esa maldita diabla.

A veces, por las noches cuando todos se iban a dormir y el insomnio se apoderaba de mi, se me venían a la mente ideas muy locas. O no tan locas... no sé yo. Pensaba en que la venenosa me había hecho un hechizo y por eso no me podía olvidar de ella. Pensaba en sÍ utilizó conmigo la magia negra para tenerme toda la vida atrapado en sus redes. Y miles de cosas más que a Denise le cuadraban perfectamente.

Pero ahora estábamos en otra cosa.

- Vale, vale... vamos a ver. ¿Qué de cosas habéis hecho esta semana por los fans?

Era Gordon, nuestro primer y nuevo manager. Habíamos tenido tanto éxito en aquel garito, que ahora no solo teníamos una gira por contrato, miles de fans y algo de dinero, sino que también necesitábamos a un tío entrañado y robusto, para que nos llevase los papeles y el negocio. Y justamente hoy tocaba su parte favorita... el matadero.

- Yo salí durante una hora entera después del concierto a firmar tetas y hacerme fotos con las fans. Están locas conmigo- anuncia un orgulloso Travis mientras bebe de su lata de cerveza.

- Yo fui a la fundación benéfica a charlar con ellos y hacerme fotos- responde Denise.

- Yo salí con una fan el día de su graduación a petición del ricachón de su padre. No sabes como esta la cría, fue una gran noche.

Gordon asiente, y como siempre, se queda mirando fijamente en mi dirección mientras baja lentamente las gafas de leer para intentar analizarme. Sabe de sobra que no me gusta la interacción, y que a mí me basta con las conversaciones que tengo al micro cuando estoy bebido. Revoluciona a las chicas, gritan como locas y a mi, me hace sentir que estoy constantemente conectado a ellos. No necesito más.

- ¿Y tú, Killian?- Me enciendo un cigarro y le miro a mi lado sentado en la mesa de la caravana.

- Estamos en Arizona, en medio de la nada, del p*to desierto. Anoche dimos un concierto de p*tisíma madre, hablé mil veces. Yo también he firmado tetas, culos y sujetadores. Y las fotos me las hacen hasta cuando no quiero fotos. ¿No te parece más que suficiente mi trabajo?

- Tu trabajo es mucho más que eso, Killian. No creo que quieras volver a ese pueblo a meterte en un garaje de nuevo, ¿no?

Maldito imbéc*l.

- ¿Qué quieres que haga?- respondo de mala gana. 

Puede que odiase el garaje antes, pero ha sido durante muchos años lo único que ha dado de comer a mi familia. Eso no lo va a cambiar nadie.

- Quiero que vayas mañana al hospital estatal y visites a una paciente enferma de cáncer. Se ha hecho viral en Tik Tok por ser fanática tuya, tiene una hija de apenas dos o tres años, estará allí con ella.

Esta parte del trabajo era lo que me ponía los pelos de escarpia.

- ¿Una enferma?

- No le queda mucho de vida, los doctores ya le han avisado.

Joder.

- ¿Porqué tienes que meterme en estos marrones?- le digo echándome el pelo hacia atrás. Las personas enfermas me ponían muy nervioso, me hacían perder todo el control sobre mis actos. 

A el único que le toleraría hasta agotarme, llevaba esperando también mi visita más de seis días. Era la primera vez que pasábamos separados tanto tiempo.

- Con una condición.

No pensaba perder la oportunidad.

- Qué- sabía que no le gustaba que le pidieran cosas.

- Quiero un vuelo de vuelta a Nueva York al siguiente día, me da igual cuando y donde tengamos que cantar en el próximo concierto. Tengo que ver a mi padre.

- Killian, Killian... cuando te vas a dar cuenta de que todos estos inesperados viajes de ida y vuelta que tienes que hacer cada dos por tres afecta al beneficio de la banda- dice negando con la cabeza.

Sé lo que quiere hacer. Está tratando de convencer al resto de que con esto se pierde dinero, lo que no dice es que él sigue ganando lo mismo o más, pidamos lo que pidamos. Además, por mucho que quisiera regañarme, no podía sustituirme por nadie. Y lo sabía. Y le jodía. Pero yo me estaba haciendo un rey.

- No creo que a nadie aquí le importe eso, todos saben cual es mi prioridad en cada momento. Además, si tan desconforme estás con darme lo que pido, hay dos soluciones. La primera, que me restes a mi del sueldo y no molestemos a los demás. Y la segunda, que cambiemos de manager por alguien que sepa tenernos a todos contentos.

Apago el cigarro en su mano, haciendo que su quejido de dolor rompa el silencio de la sala. Todos nos miran atentamente.

- Eh tío, no te pases. Irás a ver a tu padre, deja al pobre hombre - interviene Denise poniendo una mano sobre mi hombro izquierdo mientras Gordon me mira con desaprobación.

- ¿Has escuchado Gordon?- digo fingiendo una risa- Todos están a favor.

JUGANDO CON EL DIABLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora