Demonio descarado.

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#Killian

La vi durante toda su actuación como un maldito drogadicto mira a su droga. Me excité al ver como demostraba cuanto de flexible era, y me enfadé conmigo mismo cuando vi como un tío salía a bailar con ella y la cogía por todas partes para elevarla por los aires.
Me daba igual todo. Me daba igual que esto no fuese lo mío, y me daba igual que la gente de mi alrededor me lanzasen miradas de desaprobación cada vez que me veían. De hecho lo entendía, hoy mis pintas de chulo de barrio no quedábamos para nada bien con los trapos tan espantosos que llevaban aquellos estirados de mamá y papá. Pero me importaba una grandísima mierda, todo lo que quería era ver una y otra vez las partes en las que Julieta salía al escenario. De hecho, creo que era también lo que querían ver el resto del público, pues este se volvía loco cada vez que ella tenía un solo. Y lo entendía, estaba para comérsela.

- Mami, ¿podemos llevarle flores nosotras también a Julieta?

¿Flores? ¿También? ¿Quién le regalaba flores a Julieta? ¿Y por qué esa niña la conocía tanto?

- Cielo, ella tendrá ahora una cola de gente muy grande esperando para verla. Nosotras podemos dársela otro día cuando te lleve a la academia. ¿Te parece?

Y así fue. La gente acabó aplaudiendo con euforia hacia el escenario. Yo incluso chiflé cuando la vi sonreír a todos, mientras daba las gracias. Había encantado a todo el mundo, la gente salía hablando de ella y de lo mucho que les gustaría bailar así. Yo simplemente disfruté de verla feliz. Por primera vez en la vida, me alegraba de que a alguien le fuese las cosas tan bien.
Salí estresado por la multitud, hacia la calle. Y me apoye en una farola para fumarme un cigarro mientras esperaba a que ella saliese. Sin embargo, comencé a cansarme cuando me di cuenta de que eran muchas las familias que llevaban autógrafos de Julieta para sus hijas en las manos. Así que tras una hora y media esperando, me froté las manos por el frío pensando en si irme ya o que, cuando la vi salir con un enorme ramo de flores en la mano y una gran sonrisa en la cara mientras se reía de lo que, la que supongo que era su compañera de baile, le decía.

¿Cómo podía ser capaz alguien de parecer el mismísimo demonio en un momento a parecer un ángel al instante? ¿Como podía ser que controlase las artes marciales con esa cara de niña? ¿Y porqué de repente solo tenía ganas de fol*ármela en todas las posiciones que existieran?

- ¡Killian! - gritó ella cuando me vio, para acto seguido tirarle prácticamente el ramo de flores a su amiga y venir hasta mi. Yo no tarde en abrir mis brazos y recibirla en ellos. De hecho, el olor a limpio de su pelo, hizo que un escalofrío me recorriese por todo el cuerpo.

Y ahí, delante de todo el que quisiera mirar, hice lo que llevaba queriendo hacer desde que la dejé en el estudio de tatuajes. Le cogí la cara con ambas manos y le planté un beso de lo más feroz, hambriento. Pero ella se alejó en cuanto reaccionó. Y me hirvió la sangre en cuanto caí en él porqué.

- ¿Me has visto? ¿Te ha gustado? - me preguntó como una niña pequeña mientras su amiga se marchaba y nos dejaba a los dos algo de intimidad.

Reí interiormente cuando me di cuenta de como las cosas estaban cambiando. Antes me amenazaba si me acercaba más de la cuenta a ella, ahora se emociona por el mismo motivo.

- Lo he visto todo, muñeca - digo cogiéndole del mentón para acercarla a mí - Y me has parecido tan tremendamente brutal, que me...

- ¡July! ¡¿Vienes?! - grita su amiga desde la entrada de. Un coche mientras yo aparto la mirada para calmarme por el hecho de habernos interrumpido. Podría partirle ahora mismo las piernas, de no ser porque la mujer que tengo frente a mi me las partiría después.

- ¿A dónde vas?

- Después de una buena función, las bailarinas solemos ir a una fiesta privada que monta la academia en alguna discoteca.

No es hasta entonces que reparo en el vestido entubado que lleva puesto y que le queda jodidamente perfecto.

- Podría arrancarte ese vestido en este mismo instante- susurro en su oído antes de morderle la oreja y hacerla estremecer.

- Entonces ven a la fiesta, acompáñame y demuéstramelo.

Demonio descarado.

Asiento con la cabeza mientras le miro los labios y bajo la vista hacia el escote del tremendo vestido que me permite saber que va sin sujetador. Me sujeto la p*lla por el encima del pantalón con la mano que tengo libre, y dejo que me meta en ese maldito coche.

- Este es Killian. Killian, Elena, Elena, Killian. Mi mejor amiga en la academia - dice con un destello de luz en sus ojos que no logro descifrar.

Yo trato de parecer lo más sereno posible durante el trayecto mientras las escucho hablar, pero las ganas que le tengo a Julieta esta noche son tales, que aprovecho el momento en el que su amiga y el de la puerta del sitio hablan, que cuando me mira con una sonrisa traviesa en la cara, la cojo de la mano y me la llevo tras de mí sin mirar atrás.

- Killian... -gime en cuanto su cuerpo choca con la pared del baño. Pero en vez de contestarle, cierro la puerta para después tapar su boca con mi mano, separar sus piernas con mi otra mano, y metérsela de una. La muy z*rara no se ha puesto ni un tanga.

- Estabas deseando esto, ¿verdad? - le digo mientras empiezo a moverme con más fuerza.

- !Ahhh¡ ¡Ahh!

Dios. Escucharla gemir era tan placentero como follarla.

Pronto se la saco y la cojo de los hombros para hacer que se arrodille y se la meta entera en boca. De una estocada y con arc*da. Es toda una diosa en esto.

- ¿Así es como te gusta, z*rra? - le digo mientras deshago su perfecta cola baja para tirar de ella nuevamente hacia mí mientras succiona con maestría- No sabes como te voy a f*llar.

JUGANDO CON EL DIABLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora