#KilianLas ocho de la tarde y yo todavía seguía en el puto taller como un imbécil, teniendo que aguantar al calzonazos de mi primo mientras me contaba los problemas que tenía con Ella, su mujer.
- Mike, te juro que si no te callas ahora mismo té partiré la boca- le digo ya cansado mientras me limpio el sudor de la frente. Este trabajo era una puta mierda.
- A la familia no se le habla así, y menos cuando el que te habla es tu jefe - me contesta divertido mientras me golpea la pierna de broma con el trapo lleno de grasa de los motores, cuando pasa por mi lado. Yo miro mi pantalón de trabajo completamente lleno de manchas. Qué más daba una más que dos.
- Cierra el pico, que me das dolor de cabeza - respondo antes de dejar al imbécil de mi primo de lado para centrarme en el motor del bebé que tengo delante.
- Dios mío, Kilian. Tú y tu humor... ¿es que acaso no te veré sonreír ningún día de mi vida?
- Sí. Cuando consiga un trabajo de verdad que me quite de esta mierda - respondo antes de apartar la mano rápidamente de las piezas del motor. Joder, casi me corto con la mierda esta.
- Un trabajo de verdad - repite como si fuera mi padre- ¿Sigues con esa estúpida idea de ser cantante? - dice en medio de una carcajada mientras se burla de mí. Yo le fulmino de inmediato con la mirada, ¿acaso no sabe los temas de los que me gusta hablar y de los que no debe tocar conmigo?
- Ríete, pero la banda cada vez se hace más popular. Esta noche tocamos en un garito de por aquí. - Él muy imbécil me mira con las cejas alzadas de lo más sorprendido. Y no me extraña, la última vez que me vio cantar fue hace cinco años, era un crío. Pero si me escuchara ahora...
- Vaya...
- Sí. Dentro de unos años, hasta tu mujer me pedirá que le firme las tetas cuando venga a ver a mi padre por vacaciones - le digo sonriendo en su dirección. Justo donde le escuece.
- Ahora el que quiere partirle la boca a alguien soy yo - responde malhumorado haciéndome sonreír aún más. Así que me reincorporo y cierro el capó del coche bajo su atenta mirada, él todavía está arreglado la dirección de un Tesla.
Estos ricos... no saben ni conducir.
- Bueno, me voy - aviso mientras cojo la camiseta que me había quitado antes entre mis manos y me doy media vuelta para salir de ahí.
- ¡Eh! ¡A dónde vas Kilian! ¡No has acabado! ¡Te queda media hora de jornada! - grita Mike a mis espaldas. Pero no pienso darme la vuelta, estoy hasta la polla de trabajar hoy.
- ¡Ya te lo devolveré cuando sea millonario! - exclamo mientras salgo del garaje y me subo a mi moto. Mi preciosa niña, mi objeto más preciado, la que no me da ningún dolor de cabeza por si se ha roto el condón o no. Mi harley.
Conduzco por las calles de Tornford hasta llegar a mi casa, donde entro sin ni siquiera saludar o asegurarme de que haya alguien en ella. No me importa, lo único que me importa es quitarme toda esta mierda negra y pegajosa del cuerpo para poder llegar a tiempo al garito. Pero como siempre, alguien tiene que tocarme las narices interrumpiéndome el limitado tiempo que tenía..
- ¡Hijo! - escucho a mi padre llamarme desde el primer piso- ¡Denis ha llamado preguntando por ti! ¡Dice que no le coges el teléfono! ¡Qué te están esperando!
Suspiro mientras me froto los ojos intentando no llamar a mi mejor amigo para gritarle que no volviera a llamar a mi casa si yo no respondía. No sin mi consentimiento.
- Está bien papa, voy a ducharme. Luego hablamos - le digo asomándome a la escalera para que me vea.
- Un día duro, eh. - Asiento en su dirección y le dejo que me haga dos o tres preguntas más antes de meterme en la ducha. Y en menos de quince minutos, ya estoy duchado, vestido y de camino al garito. No sin antes escuchar el sermón de mi padre de cada día, como si yo siguiera teniendo ocho años.
- ¡Eh! ¡Venga ya Kilian! ¡Deberíamos haber empezado hace quince minutos! ¡¿Es que acaso nunca puedes llegar a tiempo?! - me suelta Denis mientras me tira la mochila de guitarra sobre el pecho y se bebe otro sorbo de su wisky. Ashton y Travis, el resto de integrantes del grupo, son quienes se encargan de llamar al barman para anunciar que ya estamos todos.
- ¡Cálmate perro! ¡No me calientes la oreja que ya estoy aquí! ¡Ya verás que la gente lo va a flipar! - le aviso mientras le robó la copa para darle un sorbo antes de seguir mi camino hacia lo que se supone que es el camerino.
- Kilian, no quiero ni una más - me advierte Denise cuando pasa por mi lado. El muy idiota se pensaba que por ser mi amigo de toda la vida podía hablarme así, pues estaba muy equivocado. Se lo dejaría bien claro dentro de un rato. Pero ahora tenía rituales que seguir antes de cantar.
- ¡No todos tenemos una vida de ricos para que nos lo den todo! ¡Algunos tenemos que trabajar! - le grito mientras le veo marcharse con los otros dos detrás. Paso de él, tengo cosas más importes que atender.
- Oye guapa, ¿pasa algo si me fumo aquí uno de estos? - le digo a la camarera, señalándole el porro que tenía en la mano.
- Haz lo que quieras, el jefe hoy no está. Pero no digas que he sido yo quien te ha dejado - se ríe.
Subo la cabeza inmediatamente para ver la cara de la persona que se ha reído así. Y entonces siento como mi amigo se pone contento y mi pantalón comienza a apretarme. Ella ni se molesta en mirarme más de cinco segundos pero puedo notar la tensión sexual que hay entre nosotros sin ni siquiera tocarnos, tan solo me lanza una sonrisa seductora y se va. Yo la observo con el porro aún sin encender en mis manos, mientras ella atiende a otro cliente que le mira fijamente las tetas, ¿y que imbécil no lo haría? ¿De dónde ha salido esa mujer?
- ¡Kilian! ¡Empezamos!
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JUGANDO CON EL DIABLO.
Teen FictionSi tan solo Marc hubiera decidido no abrir el bar ese día. Si Melody no hubiera faltado ese día al trabajo porque estaba mala. Si Marc hubiera contratado a otra banda en vez de la suya. Si no hubiera puesto sus ojos en mí para cautivarme sin él más...