Esta canción no.

2.5K 241 13
                                    


#Julieta
Tuvimos que hacer una cola de mil demonios para poder entrar al sitio. Estaba todo lleno de niñatos fumando porros y chicas con minifaldas y vestidos que no dejaban nada a la imaginación. A Melody ya se le había pasado casi toda la borrachera, y a mí el alcohol me hacía acordarme una y otra vez de las últimas palabras del rubio.

"Te quiero, ya lo digo yo por los dos".

Cuando por fin fue nuestro turno para entrar, el segurata se nos quedó mirando como si fuésemos muñecos de tres cabezas. Y lo entendía joder, ni siquiera con todo el dinero que ganase esa noche el local, podrían permitirse pagar siquiera los pendientes que llevaba esta noche. Tampoco íbamos vestidas como adolescentes de instituto, y desde luego, esta era la primera vez en muchos años que tanto Melody como yo, teníamos que hacer cola para entrar en ningún lado. Pero a pesar de sus riñas, la había convencido con numerosas súplicas. Esta semana me iría a París y no sabía cuando iba a volver. Necesitaba verle.

- Deberían pagarme por cada vez que te dejo salirte con la tuya. No sé cómo lo haces siempre para convencer a todo el mundo.

- Si ese hombre se va a ir de mi vida, por lo menos que se lleve un buen recuerdo.

- Contigo tendrá pesadillas, créeme - me rio. Seguro que sí.

- Mientras las tenga cada vez que esté con otra... a mí me vale.

- Eres una perra - responde entre risas.

- No contradigo verdades.

Para cuando entramos en el sitio, la masa de gente ya está gritando como locos. Y el rubio ya está cantando encima de un escenario mucho más alto y algo más amplio que en los que le había visto en otras ocasiones. Los pelos se me ponen de escarpia solo de oír el ronquido de su voz entre palabra y palabra. Algo se me mueve por dentro cuando de repente un foco solo alumbra a él y a su cuerpo. Me parece que estoy en una ensoñación. Y de un momento a otro estoy planteándome si dar media vuelta y evitar quedar como una ridícula delante suya, o quedarme y tener de él la mejor de las despedidas posibles.

- ¿Qué? ¿Una copa? - pregunta Melody mientras tantea con la mirada mi postura. Yo asiento y la acompaño hasta la barra mientras dejo que ella pida por las dos.
Miro fijamente al escenario entre las ciento de cabezas que tengo por delante, por suerte mis piernas son lo suficientemente largas como para dejar que vea absolutamente todo lo que está pasando ahí arriba. Acaban de tocar la canción con la que le vi la primera vez en el garito, cuando me miraba mientras él cantaba y yo ponía bebidas en la barra. ¿Cuanto tiempo había pasado desde entonces? ¿Tres? ¿Cuatro meses? ¿Medio año? ¿En qué momento había perdido la noción del tiempo en mi vida?
Entiendo de que va el rollito del foco sobre Kilian, cuando Denise le acerca un taburete y él se cuelga una guitarra mientras Travis coloca un micro de pie frente a él. Algo me púncela el pecho cuando le veo carraspear la garganta antes de levantar la cabeza y mirar al público para ponerse a hablar.

- ¿Pero en qué momento me ha parecido buena idea venir aquí? - le digo a Melody mientras cojo la copa que me ofrece.

- ¿Y desde cuando Julieta Woods se replantea algo?

<<Buen punto Melo>>

- No lo sé - digo abatida mientras bebo un gran sorbo de la copa.

- ¿No lo sabes? ¿Que tú no lo sabes? - dice con tono sarcástico.

- Pues no.

- Julieta, no conozco a nadie con las ideas más claras que tú en la vida. No conozco a nadie con tu determinación y tu firmeza. Nunca te ha importando nada más que demostrar quien eres y cuanto vales. No te daría miedo ni enfrentarte a alguien con una pistola en la mano, con tal de no dejar que te pisoteen. ¿Quién mierdas eres tú y que has hecho con mi amiga?

- No sabía si cantaría alguna vez esta canción en un escenario - el cuerpo se me congela al escucharlo- pero no me parece justo que nadie la disfrute. Esta letra la escribí una madrugada, cuando estaba... abierto en vena.

Ella mira demasiado
Me regala su perfil
Que la arranquen de mi lado
Quiero olvidar, quiero olvidar
Colmillitos afilados
Cuéntales lo que te di
Cada noche en los tejados
Quiero olvidar, quiero olvidar

Y no sé, no sé, no sé... si esto es lo que quiero
Y no sé, no sé, no sé... si lo voy levanta
Y no sé, no sé, no sé... si estoy ardiendo
No me sale la voz, y quiero pedirte tiempo

No, no, no, no, no. Esta canción. Kilian.

- ¿July... estás... llorando? - escucho decir a Melody con un tono incrédulo.

Yo misma me sorprendo cuando me toco la cara y se me mojan los dedos.

- Necesito salir.

No le dije nada más, le di un último trago a la copa antes de dejarla sobre la barra y echarme a andar hasta la puerta. Casi no dejo ni al segurata ponerme el sello invisible en el brazo. Estoy de los nervios, y todo lo que quiero es fumarme un cigarro.

- ¿Tienes fuego? - le preguntó al primer niñato que se me pasa por delante.

- Yo para ti tengo de todo, mi vida.

Ruedo los ojos y me muevo rápidamente de ahí cuando le devuelvo el mechero. Empiezo a caminar con los tacones resonando el la acera de un lado al otro. Aún hay gente haciendo cola para entrar a ver a ese maldito. No puedo parar de moverme.

- ¿Pero que coño te pasa? ¡¿Primero me haces venir hasta este sitio de mala muerte y ahora sales corriendo?! ¡¿Quién te crees que soy?! ¡¿Tu niñera?!

Tiro el cigarro al suelo y lo piso antes de acercarme a mi amiga y poner mis manos en sus hombros para mirarle fijamente.

- No puedo con esto...

Y lloré tanto, que podía sentir como las partículas que formaban mi ser, desalojaban mi cuerpo en cada lágrima.

JUGANDO CON EL DIABLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora