#KilianAsí pasamos toda la noche. Follando como dos locos a punto de explotar. Solo hizo falta una mirada de su parte para que mi instinto depredador se despertara. Y me di cuenta de lo mucho que me gusta verla gritar por mi, de lo increíblemente brutal que es la expresión de su cara cuando gime. Ahora sé que le encanta que le tiren del pelo tanto como le gusta jugar rudo, fuerte.
Y horas más tarde, estoy tomándome una cerveza en el balcón de la terraza de la habitación de la casa de madera, mientras veo como el cielo comienza a clarear. Pienso en girarme y contemplarla un rato, pero decido deleitarme un poco más con la sensación de su piel todavía en mis manos. Tengo cada milímetro de su cuerpo grabado a fuego en mi mente, y eso no hace más que empeorar las cosas.
- Tienes que llevarme a la academia - escucho detrás mía.
Lo sé. Sé que tiene ensayo en cuestión de hora y media, pero me apetece follarla otra vez.
- Ya... creo que no me apetece.
Cierro los ojos con una sonrisa esperando que la bomba reviente de un segundo a otro, pero en cambio...
- Ummm... yo no lo veo así -dice mientras me rodea por detrás hasta rodear mi miembro con su mano, ejerciendo más presión de la normal. Le quito la mano de golpe y la miro con ganas de querer matarla, que es lo que me apetece en este maldito momento. La observo completamente desnuda, sonriendo como una psicópata en mi dirección y sin tener pudor alguno.
- Estás jodidamente loca, Julieta.
- Lo que quieras, pero te has follado a esta loca como unas quince veces esta noche - dice mientras se da la vuelta y se contonea volviendo a la habitación mientras me deja a la vista su jodido culo.
Hija de puta.
- ¡Loca!- le grito. Pero ella vuelve la cabeza hacia mí con una sonrisa triunfante y levanta su mano derecha para agitar algo en ella.
¿Qué? ¿Pero cómo?
- Deberías aprender a vigilar un poco más tu espalda o alguien podría averiguar las contraseñas que tienen las cajas fuertes.
Hija de puta. Me vio anoche.
No dudo un segundo en adentrarme a la habitación e ir hasta ella para cogerla con una sola mano del cuello y pegarla fuertemente a la pared. Aprovecho cuando gime por el dolor para morder su labio y pellizcarle el pezón con fuerza.
- No deberías jugar así conmigo venenosa, o acabarás perdiendo - le digo mostrándole antes sus ojos las llaves que acabo de quitarle. Ella se mira rápidamente las manos con total asombro, y yo aprovecho para arrodillarme y clavar mi cabeza en sus partes.
- ¿Qué haces? Voy a llegar tarde a clase - dice con voz de preocupación. Pero en cuanto levanto un poco la mirada sin cesar el movimiento de mi lengua, me doy cuenta de cómo está disfrutando la muy cabrona.
- Que poco me gustan las personas que mienten, pelinegra - le digo cuando le doy una lamida a su clit*ris.
- Entonces será tu problema soportarme.
La miro fijamente pensando en lo mala, desobediente, impertinente y jodidamente buena follando que es, y me levanto rápidamente para darle media vuelta y pegar su cara a la pared.
- Mírate, entregándome a mí toda tu maldita existencia como si nada. Sin saber lo que puedo hacer con ella.
Llevo mis dedos a su boca y hago que los chupe para luego introducirlos en ella mientras la escucho gemir, y la veo mover las caderas pidiendo por más. Puedo sentir perfectamente como las llamas arden entre nosotros, como nuestros cuerpos se relacionan como si fuesen viejos amigos, la manera en la que me toca cuando parece que flotamos.
- Eres tan sucio... - susurra con la voz cargada de deseo contra la pared.
- Que te pone. Dilo.
Me introduzco en ella de tal manera, que yo mismo tengo que volver los ojos para intentar controlarme y no acabar maldiciendo a cada uno de los demonios existentes mientras la follo.
Me fijo en su manera de alzar la barbilla cada vez que recibe una estocada. Es el hielo derritiéndose a fuego ardiendo. Es una bruja ardiendo en un caldero. Es una ninfa desnuda del Ébano. La serpiente del demonio tentando a Moisés.- Me pone. Me pones mucho Kilian Stone.
Mi puto nombre en su boca.
- Córrete Julieta, sé que lo estás deseando. Correté.
Se deshace segundo más tarde contra la pared y me veo obligado a sostenerla para que no se caiga. Yo me corro con ella. Y me doy cuenta de que nunca he estado con nadie que fuese capaz de aguantar tanto. Eso me hace querer contemplarla, jadeando por lo que acaba de pasar, sudada y enredada en mis brazos.
- Voy a ducharme.
Avisa antes de moverse con delicadeza para salir de mí y reincorporarse para ir hasta el baño. Pienso en acompañarla mientras recupero fuerzas para otra ronda, pero algo me dice que ninguno de los dos va a poder soportar como se debe. Necesitamos comer. Llamo a Denise y le digo que mande a alguien a limpiar esa casa antes de que sus padres vayan por algún motivo y se encuentren condones por todas partes, camas desechas y cojines por el suelo. Él me regaña como el viejo amargado que pretende ser, pero para mí suerte, la imagen de la pelinegra secándose el pelo completamente desnuda y ajena a mi, desvía mi atención de su charla.
- ¿Estás lista? - pregunto cuando la veo caminar descalza y con la sudadera puesta hacia mí.
- Sí. - Asiento echándole una mirada de arriba abajo y vuelvo a forzar la puerta para salir de la casa antes que ella. Me dirijo a mi coche esperando a que ella se acomode y en cuanto cierra la puerta, pongo el coche a andar.
- ¿En qué piensas? - le digo cuando la veo arrugar el ceño mientras observa los árboles pasar. Algo me dice que esa mente está formulando demasiadas cosas en su cabeza.
- Tú y yo funcionamos muy bien en el sexo, Kilian.
Sonrío. Parece que nos entendemos de lujo.
Nota de la autora: Perdón por la tardanza, mejor tarde que nunca. Acabo de pasar por una época un tanto ajetreada, pero espero poder compensaros este verano. ¡Dadle muchísimo amor! ¡Demostradme cuánto de menos habéis echado a estos dos!
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JUGANDO CON EL DIABLO.
Teen FictionSi tan solo Marc hubiera decidido no abrir el bar ese día. Si Melody no hubiera faltado ese día al trabajo porque estaba mala. Si Marc hubiera contratado a otra banda en vez de la suya. Si no hubiera puesto sus ojos en mí para cautivarme sin él más...