JUGANDO CON EL DIABLO.

La noche no acaba aquí.

#Julieta

Lo reconocía. El sexo con Killian era seguramente lo mejor que probaría en toda mi vida. Lo sabía, lo sabía porque no era parecido a absolutamente nada de lo que había conocido antes. De hecho, si me tuviese que fijar en el momento más álgido de mi vida hasta ahora, diría sin duda alguna que sería este. El sexo en los backstage con un cantante de lo más atractivo, la música resonando y el aura se usó que desprende el rubio por allá por donde pisa, encandelaría desde la mujer más poderosa hasta la más niñita. Pero por ahora, estaba siendo mío.

- La francesa - susurra colocándome sobre él y de espaldas.

-¿Qué?

- Esta postura. Así se llama en el kamasutra.

- Ahhh.

Introducirme en él, siempre era un gesto de buen gusto. Disfrutaba de ese pequeño dolor.

- Me gusta. Me gusta la visión que tengo desde aquí - dice con la voz ronca mientras comienzo a moverme.

- Y a mí. Hace que te sienta mucho.... Ahhh

- Mucho más - acaba por mi.

<<Sexo puro, sucio y profundo>>

- Dios mío - susurro botando sobre él mientras mi inclino hacia delante con su mano sujetando mi nuca.

- No sabes como me pone esto Julieta.

Jadeo cuando su agarre sobre mi pelo me pilla por sorpresa y tira de mí hacia detrás hasta dejar mi espalda con su pecho.

- Se va a sa...

-Déjalo, sadistisch - susurra en su idioma natal.

<< Eso te pone más angelito. Ni me lo reconozcas, no hace falta>>

- ¡Ahh! - gritó cuando siento su palma de la mano chocar contra la superficie de mis pliegues.

- Date la vuelta - demanda hasta ponerme cara a cara con él - Mírame.

- Me gusta cuando me hablas en alemán.

- A mi me gusta tu flexibilidad - anuncia mientras me ayuda a introduc*rle en mi - Así que voy a ponerte a prueba.

- ¡Ahh! - gritó cuando la termina de met*r.

- Inclínate hacía atrás hasta que yo te diga.

- Pídemelo en alemán - digo con una sonrisa sobre su mandíbula.

- Deja de exigir - dice exasperado.

<< Sonríe angelito. Este hombre está a tu completa merced>>

- No pienso moverme hasta que me lo susurres en alemán.

- ¿Porque siempre tienes que ser tan malditamente caprichosa?

Me encojo de hombros sonriendo mientras los golpes de las baquetas resuenan en cada parte de la batería de fondo.

- Hazlo.

- Ich werde dir das mit jedem Teil deines Köpers aufladen, Teufel.

<< Padre santo. Me encanta este tío>>

- Gracias - digo pasando mi lengua lentamente por sus labios mientras me muevo lentamente sobre él con la intención de torturarlo.

- Ahora, inclínate.

- Como ordene, señor - le digo antes de dejar caer mi espalda hacia atrás con lentitud, haciendo que note cada vez más, la tensión de su miem*ro moviéndose poco a poco cada vez más.