Capítulo 14

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Rafael se fue en su moto mientras que Vale se quedó ahí viendo como se iba, aunque lo que pasó no fue un beso como tal fue suficiente para hacerla dudar de todo lo que sentía, un par de minutos después entró al edificio y se fue directo al departamento, ya ahí hizo la misma rutina de siempre, cerca de la media noche Angélica estaba lista para ir a divertirse, ese día eligió un vestido rojo de tiras con un escote no tan pronunciado algo ajustado al torso luciendo las curvas que ella poseia ademas de una abertura en el costado de la pierna, unos tacones a juego con un maquillaje que la hacia ver aun mas bella, tomo su bolsa y salio rumbo a un bar, al llegar el primero enseguida se le acerco alguien conocido

J: Al parecer esta escrito que tu y yo tengamos algo

A: Si tan seguro estás pues vámonos a ver qué pasa ¿No?

J: Claro -sonriendole- vámonos preciosa

Los dos se fueron a algún hotel cerca ya que él no quería llevarla a su casa, cuando entraron el pidió una habitación y en cuanto se cerró la puerta Angélica empezó a besarlo, en ese momento el la tomo por la cintura para recargarle en la puerta, ella seguía besándolo mientras enredaba sus manos en el cabello de él, Jaime cada vez sentía más deseo hacia ella así que la tomo por las piernas y la cargo haciendo que estás mismas las envolviera en su torso, la llevó a la cama y el se sentó dejándola en sus piernas, el empezó a besarle el cuello mientras daba unos apretones en su trasero haciendo que Angélica también disfrutara ese momento, habilidosamente Jaime bajo las tiras del vestido haciendo que esté dejara a la vista los senos hartos de ella cubiertos con aquel brasier provocando en el una excitación inminente, como ella estaba en sus piernas pudo sentir su miembro haciendo que ella soltara una sonrisa de satisfacción, ella le quitó la camisa y comenzó a besarle el cuello arañando un poco su espalda, el la agarraba aún con más fuerza, Angélica se safo de su agarre y se paró de espaldas a el dejando caer el vestido que llevaba, el se paró atrás de ella para recorrer con besos su espalda, ella lo aventó a la cama y le quitó el pantalón, justo cuando el se iba a quitar el boxer ella tomo su vestido y se lo puso, antes de que ella saliera el la detuvo y la pego a su cuerpo para que ella se diera cuenta el efecto que había provocado en el 

J: Tu de aquí no te vas -besándola con fuerza-

A: -riendo- ¿Y quién te dijo eso?, Recuerda que aquí la que manda soy yo, yo decido que hacer y con quién así que acostúmbrate si es que quieres volver a verme -saliendo del cuarto de hotel-

Ella se fue contenta, si algo disfrutaba era hacerles saber a los hombres que ella era la que mandaba y una de sus formas era dejarlos así, sabía que el estaba enojado y eso la divertía aún más, contenta con su hazaña se fue a su casa, solo se cambio y se metió a  la cama preparándose para un nuevo día.

A la mañana siguiente Valentina se despertó con un poco de dolor de cabeza, supuso que sería por el par de tragos que había tomado con Rafael ya que ella no estaba acostumbrada a tomar, sin embargo no le tomo mayor importancia y se metió a bañar para poder salir a la empresa, ese día se vistió con un pantalón de vestir en color ocre con una blusa blanca suelta y unos tacones en el color del pantalón, se amarró el cabello en una media coleta y se maquilló como acostumbraba, salió a la empresa no sin antes desayunar, era la primera vez que se detenía a desayunar desde las semanas anteriores, al llegar a la empresa todos la recibieron como acostumbraban aunque notaban que ella se veía más contenta, al entrar a su oficina otra vez encontró una rosa en la mesa solo que esta ve estaba acompañada de una nota que decía: 

"Ni la flor más bella del mundo podrá compararse con la belleza que irradia tu alma"

Ella al leer lo que decía la nota esbozo una sonrisa, aunque no sabía con exactitud quien era sentía algo al ver la sorpresa en su escritorio, puso la rosa donde estaban las anteriores y se puso a trabajar, así pasaron alrededor de 5 semanas, las cosas en la empresa iban bien, Valentina seguía saliendo con Rafael y los dos empezaban a tenerse más confianza y cariño, las salidas eran cada vez más seguidas, Angélica había aparecido solo un par de semanas aunque no había hecho nada grave, ese día Valentina se había despertado un poco más tarde ya que la noche anterior habían llegado bastante tarde ya que habían ido a bailar y se les pasó el tiempo, al ver la hora se dio un baño rápido y se arregló rápido, ese día se puso un vestido azul pastel suelto con un poco de escote, este tenía un moño en el costado de la cadera y era un poco arriba de la rodilla, solo se desenredo el cabello dejándolo secar solo haciendo que se formarán sus rizos, cuando estuvo lista salió de su casa sin desayunar, cuando llegó a su oficina como de costumbre encontró una rosa solo que esta vez mientras la tomaba para olerla Rafael entro a su oficina

R: ¿Te han gustado todas tus rosas? -sonriendole- He tratado de sorprenderte cada día 

V: ¿Cómo?, ¿Eras tú?

R: Si, desde el día en que llegué aquí me encantaste, eres bellísima y por lo poco que te conocí ese día me gustaste y mucho, mientras te fui conociendo se fue haciendo algo más 

V: Eres un encanto -sonriendole- sabes, me hiciste sentir muy especial, y para que te quedes más tranquilo a mí también me gustas, mucho -sonrojada-

R: Claro!, Soy irresistible -jugando- al rato te tengo una sorpresa pero mientras vamos a trabajar

V: ¿Ahora tú eres el jefe? -riendo-

R: No pero quiero llevarte a un lugar especial para darte una sorpresa especial así que necesitamos salir un poco más temprano

V; Bueno, solo por qué me gustan mucho tus sorpresas -sonriendo-

R: Entonces te dejo, nos vemos al rato guapa -dándole un beso en la mejilla-

Rafael salió de la oficina de ella y en la entrada se encontró a Ximena, ella solo lo saludo y entro a la oficina de Valentina

X: Buenos días Vale

V: Hola Ximena -sonriendole-

X: Oye, acabo de ver salir a Rafael de aquí, yo creo que está mal que tengas tanto contacto con los empleados, se puede mal interpretar

V: Ay Ximena, no cambias -riendo- todos las personas que trabajan aquí son importantes, si yo quiero ser amiga de ellos no pasa nada

X: Si tú lo dices -sería- en realidad vine a traerte esto -dejando unos medicamentos en su escritorio-

V: ¿Qué es esto Ximena? -enojada- ya te dije que estoy bien, yo no necesito absolutamente nada, todo esos cuentos solo tú te los creíste, llévate esto de aquí y si sigues con tus estupideces mejor olvidate de mi 

X: Entiendeme Vale, yo solo quiero que estes bien, mi papá fue el primero en saber lo que tenias y él quiso lo mismo que yo 

V: ¿Cómo puedes decir eso?, mi papá a diferencia de tu mamá si me quería y velaba por mí pero claro como tu siempre has estado del lado de mi mamá pues te creíste todo lo que te decía -gritando un poco- mejor déjame sola, cuando te quites estas tonterías de la cabeza hablamos 

Ximena salio de la oficina algo preocupada, no sabia como pero iba a encontrar la forma de ayudarla aunque sabía que no era un persona peligrosa, bueno eso era lo que ella creía. El día transcurrió con total normalidad a eso de las 6 de la tarde Rafael llegó a la oficina de Valentina 

R: ¿Lista hermosa? 

V: Lista -sonriendole-

R: Entonces vámonos -tomándola de la mano- hoy toca moto 

V: Esta bien 

R: ¿como? ¿ahora no me dirás nada? -riendo-

V: Aunque te diga algo no hay manera de que elijas irnos en mi coche -riendo- 

Ellos salieron al estacionamiento de la empresa y se fueron en la moto de Rafael hacia a un lugar distinto, liego de unos minutos de viajes llegaron a una zona de edificio, el se estaciono frente a uno 

R: Hoy quiero que conozcas mi espacio y hacer de esta noche una de las más especiales -sonriendo- 

Ellos entraron al edificio y subieron uno cuantos pisos, cuando estuvieron frente a la puerta el hablo 

R: Necesito que te pongas eso -dándole una pañoleta- es parte de la sorpresa 

V.: Esta bien, confio en ti -tomando la pañoleta-

Rafael abrió la puerta, ayudó a Vale a entrar y cerró la puerta, fue entonces cuando él le quitó la pañoleta de los ojos...

Continuará...

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora