Capítulo 34

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Al llegar vieron a lo lejos a Eduardo con Ximena sentada con el dándose un beso, Valentina sonrió

V: Mi amor creo que la comida se pasa para otro día -sonriendole- nosotros aquí sobramos

R: ¿Segura? No quieres que vayamos a preguntarle

V: No, yo sé en qué va a acabar su noche -soltando una risita- vámonos a cenar a otro lado -tomándole la mano-

Ellos salieron del restaurante para otro lugar, llegaron a uno más sencillo, ese en particular era el favorito de Valentina así que fue la opción perfecta, cuando llegaron les dieron una mesa en la terraza del lugar que daba una vista hermosa, les dieron la carta y ordenaron y mientras esperaban pidieron un vino para acompañar

R: Guapa, aprovechando que estamos solos quiero decirte algo -tomándole la mano-

V: ¿Qué pasa?

R: Tranquila -sonriendole- bueno, creo que tú sabes que cuando nos conocimos nunca me pasó por la cabeza que te volverías la persona más importante en mi vida, puedo decir sin miedo alguno que te amo tal y como eres, por eso hoy quiero darte esto -abriendo una caja con un anillo sencillo con una piedra hermosa- con este anillo te entrego mi vida con una promesa, prometo cambiarte este anillo por uno de matrimonio, prometo amarte hasta el último día de mi vida y entregarme a hacerte feliz, quiero que nunca me faltes, quiero amarte hasta el último aliento, quiero que tú seas lo último que vea al dormir y lo primero que vea al despertar, este anillo significa todo el amor que te tengo y mi promesa de estar contigo hasta que la vida me lo permita -poniéndole el anillo- te amo Valentina

Valentina lo abrazo con lágrimas en los ojos, se despegó del abrazo y tomo el otro anillo para poder ponérselo a el

V: Rafael, se que esto fue iniciativa tuya pero así como tú sellaste promesas con este anillo yo también quiero hacerlo -dándole un beso- quiero que este anillo sea símbolo de nuestro amor, respeto, admiración, pasión y todos los sentimientos que compartimos a diario, con el corazón en la mano te prometo estar siempre contigo, en las malas, las buenas y las peores, estar ahí cuando necesites un apoyo, no se a donde nos lleve el destino pero se que quiero compartir el camino contigo, te amo Rafael y eso es para siempre

Rafael la beso con ternura, el amor se sentía en el aire, los dos se amaban y no tenían miedo de decirlo pues lo hacían con todos sus defectos y con todas las pruebas que pudieran tener, ellos habían elegido amarse hasta el fin de sus días.

La noche siguió, ellos cenaron y al salir del restaurant decidieron pasear por la ciudad, en medio de su camino se encontraron con un parque distinto al que visitaban, este tenía varios juegos infantiles los cuales no dudaron en disfrutar como dos niños haciendo travesuras, luego de jugar en cada una de ellos acabaron en los columpios, los dos se estaban meciendo mientras estaban tomados de la mano, de pronto Vale se dio cuenta Rafael no había dejado de mirarla

V: ¿Qué pasa? ¿Tengo algo? -revisándose de arriba a abajo-

R: -riendo- No guapa, tranquila -sonriendole- simplemente no me voy a cansar nunca de mirarte, estás preciosa -dándole un beso- así a la luz de la luna todo parece perfecto

V; Todo es perfecto si estamos juntos -sonriendole- ¿Vamos a tu depa?

R: Vámonos -sonriendo-

Los dos regresaron por el coche y fueron rumbo al departamento de Rafael, cuando llegaron Valentina se metió al baño para bañarse cuando Rafael recibió una llamada

R: ¿Si?

J: Amigo soy yo, Jaime, te hablo para confirmar lo de mañana

R: Muy bien -sonriendo- tu dime dónde nos vemos

J: Te parece en el bar  que está sobre la principal

R: Muy bien

Cuando Jaime iba a hablar Valentina le gritó a Rafael haciendo que se escuchará en el otro lado de la línea

J: Bueno, ya quedamos, te dejo por qué te necesitan tigre -gruñendo-

R: -riendo- nos vemos mañana

Rafael colgó y de dirigió al baño con cuidado para que Valentina no se diera cuenta, cuando llegó se quitó la ropa quedándose en boxers, con sumo cuidado entro a la regadera y abrazo a Valentina haciendo que ella diera un pequeño brinco

V: Me asustaste -riendo- ¿Qué estabas haciendo? -volteándose hacia el?

R: Me hablo mi mejor amigo -sonriendole- mañana voy a ir a tomar algo con el

V: Me parece muy bien -sonriendole-

R: Te voy a extrañar -haciendo puchero-

V: Yo también -sonriendole- pero está perfecto que salgas a divertirte

R: Bueno, hay que disfrutar lo que queda del día -sonriendole-

Valentina se volteo para tomar el jabón, cuando se reincorporo Rafael la pego a su cuerpo provocando que ella sintiera la rigidez de su anatomía

V: Ay Rafael -riendo- ¿En qué estabas pensando?

R: Te estaba viendo a tu mi amor -acercándose a su oreja- me vuelves loco guapa

Luego de darse amor en la regadera los dos salieron de está algo cansados, se pusieron sus pijamas y se metieron a la cama, como era costumbre Valentina se acurrucó contra su pecho donde rápidamente se quedó dormida, el podía sentir su respiración tranquila y sobre su pecho la mano donde tenía en anillo que hace unas horas le había regalado, en ese momento fue cuando se dio cuenta de lo maravillosa que estaba siendo esa etapa de su vida, por fin se sentía completo, estaba enamorado hasta los huesos de una mujer maravillosa, tenía un trabajo que amaba y que le permitía desarrollarse en lo personal y lo laborar, nunca había imaginado casarse con alguien o simplemente compartir toda la vida con la misma persona hasta que llegó Valentina, ella le cambió el significado a muchas cosas y le dio sentido a otras, estaba seguro que quería vivir una vida a su lado, verla crecer en todos los sentidos, compartir sus victorias y sus derrotas, caminar juntos tomados de la mano, le emocionaba la idea de en algún momento casarse y quizás poder formar una familia, ese día más que entregarle el anillo le entrego si corazón y su vida dejando todos los miedos de un lado y aventurándose a vivir con el más puro e inmenso de los amores.

El le beso la frente antes de quedarse profundamente dormido, la noche paso con tranquilidad para Rafael mientras que Valentina no había podido dormir tranquila, algo la atormentaba, sentía como si algo muy malo fuera a acabar con la felicidad que estaba sintiendo en esos momentos, la mañana llegó, Rafael se despertó al sentir la inquietud de Valentina en la cama, al verla se dio cuenta que estaba sudando frío así que decidió despertarla

R: Mi amor, tranquila -acariciándole el brazo- estoy contigo

Cuando ella despertó y vio a Rafael lo abrazo, fue entonces cuando el se dio cuenta que algo no estaba bien

R: ¿Qué pasa? -viéndola a los ojos-

V: Tengo miedo Rafa, siento que algo va a pasar -abrazándolo de nuevo-

R: Tranquila -acariciándole el cabello- nada nos va a separar mi amor, yo no lo voy a permitir -dándole un beso- vamos a disfrutar el presente sin miedos y vamos a luchar por nuestro futuro

Ella le sonrió y el la abrazo más fuerte aunque algo a él también le decía que las cosas no serían fáciles...

Continuará...

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora