Capítulo 50

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R: Vale, ¿Quieres irte a vivir conmigo?

V: Rafa -suspirando-  enserio te agradezco muchísimo que quieras pasar tu vida conmigo y sabes que yo también quiero lo mismo, pero creo que este no es el momento, necesito pasar tiempo sola, tener mi espacio para poder pensar que haré, no estoy diciendo que contigo no lo podre hacer simplemente creo que en este momento no, quiero estar completamente bien para ti y hasta que no pase eso creo que no lo podremos hacer

R: Si, perdóname Vale, no quería preocuparte de más sino que me muero si te pasa algo y quisiera protegerte de absolutamente todo

V: Tranquilo mi amor -tomándole las manos- se que esto también es difícil para ti pero hay cosas que tengo que pasar y por más que trates de evitarlo sucederán, agradezco que me quieras cuidar pero a veces no es posible, eso solo comprueba lo increíble que eres -dandole un beso- te prometo que en cuanto Fernanda me diga que ya estoy controlada ahora sí retomaremos los proyectos que teníamos

R: Verás que será muy pronto -sonriendole-

Después de su plática Rafael quedó más tranquilo, tenía la necesidad de protegerla de todo aunque en el fondo sabía que no sería posible, tal y como ella le dijo tenía que vivir cosas para poder aprender de ellas y lo único que podía hacer era brindarle su apoyo y estar ahí para ella cosa que nunca iba a dejar de hacer.

Estuvieron un rato más esperando hasta que fueron llamados a abordar, cuando lo hicieron Valentina se recargo en su hombro mientras el le sonreía, cuando el avión empezaba a despegar el pudo sentir como Valentina se empezaba a tensar, ella recargo su cabeza en el respaldo del asiento mientras el le tomaba la mano

R: ¿Estás bien? -tomándole la mano-

V: Si, la verdad nunca me ha gustado mucho viajar en avión

R: Tranquila, todo va a estar bien -sonriendole-

Unos minutos después ya estaban volando hacia su destino, Valentina y Rafael estuvieron platicando durante el vuelo y una hora y media después estaban aterrizando en su destino, al llegar fueron por sus maletas y se dirigieron a un lugar para rentar un auto por los días que iban a estar ahí, ya con eso resuelto salieron a recogerlo apreciando el clima de aquel lugar

R: Bueno Vale, bienvenida a Puerto Vallarta -sonriendole-  Nos la vamos a pasar increíble -dándole un beso en la mejilla-

V: Gracias Rafael, gracias por todo lo que has hecho y sigues haciendo por mí -con lágrimas en los ojos-

R: Es lo menos que puedo hacer por ti guapa -dándole un beso en los labios- pero ven, vamos al hotel y vemos a dónde quieres ir ¿Te late?

V: Está bien -sonriendole-

Así los dos subieron al coche y Rafael empezó a conducir hacia su hotel, un rato después estaban frente a este, era un hotel bastante grande y por lo visto algo famoso pues la cantidad de gente que llegaba era grande, sin más entraron a este y se acercaron al mostrador

Re: Buenas tardes señores, bienvenidos al hotel Mousai, ¿Tienen reservación?

R: Si, está a nombre de Rafael Cervantes

Re: Déjeme revisar -vio unos minutos el monitor de la computadora y siguió- perfecto, los estábamos esperando, en un momento viene el botones a ayudarles con su equipaje, nuevamente bienvenidos señores Cervantes -sonriendo-

En unos minutos más los dos estaban frente a su habitación, al entrar encontraron la cama en medio de la habitación la cuál daba una hermosa vista al mar, Valentina quedó encantada con aquella preciosa vista, tanto así que sin dudarlo se acercó a aquel balcón

En unos minutos más los dos estaban frente a su habitación, al entrar encontraron la cama en medio de la habitación la cuál daba una hermosa vista al mar, Valentina quedó encantada con aquella preciosa vista, tanto así que sin dudarlo se acercó a ...

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Rafael sin dudarlo se acercó a ella y la abrazo por la cintura poniendo su cara en el hombro de ella

R: ¿Te gusta? -le dijo son una sonrisa-

V: Me encanta, es precioso -puso sus manos sobre las de el- No puedo dejar de agradecerte, eres increíble

R: No más que tú -sonriendole- ¿Que quieres hacer?

V: Ahorita no se -se volteo para quedar frente a el- digamos que lo que planeo hacer no es fuera de está habitación -sonriendole con picardía-

R: ¿Y que es eso que quieres hacer?

V: Quiero que me hagas tuya -susurrándole-

Rafael al escucharla se estremeció mientras observaba esos ojos marrones aún más oscuros brillando de deseo, el sin dudarlo la pego hacia el y la beso, ella pasó sus manos por la espalda tratando de acercarlo más a ella, el beso cada segundo era más intenso, sus lenguas danzaban con habilidad, Rafael tenía las manos sobre su espalda mientras que ella estaba acompañando los movimientos con sus manos en el rostro de él, poco a poco Rafael fue encaminándose hacia la cama, fue entonces cuando él se separó

R: Mi amor espera -dijo ya agitado- No podemos hacerlo, tu necesitas descansar

V: Mi descanso es estar aquí contigo olvidándome por un momento de todo lo que está pasando en mi vida, vamos a disfrutar como lo merecemos

Ella le sonrió coqueta haciendo que Rafael prosiguiera lo que estaba haciendo, recostó a Valentina en la cama mientras ella le quitaba la camisa dejándole a la vista su torso fornido a su entero gusto, el se posó encima de ella y empezó a besarle el cuello mientras aspiraba su dulce aroma, Valentina acariciaba su espalda, Rafael se separó un poco de ella para quitarle la playera, los juegos y los toques siguieron a tal grado que ya estaban desnudos sobre la cama, Rafael estaba jugando habilidosamente en el interior de ella mientras Valentina soltaba gemidos indicando el sumo placer que esto le provocaba, de un momento a otro invirtieron posiciones quedando ella arriba de él, de igual manera ella empezó a masajear la virilidad de Rafael mientras esté empezaba a tocar el cielo a sentir sus toques.

Un rato después de seguirse amando los dos estaban muy deseosos de hacerse uno solo, Rafael se introdujo en si interior de una solo está da provocando en ella un sin fin de sensaciones dando producto aún gemido que inundó la habitación, el siguió embistiendola rítmicamente mientras masajeaba una de sus piernas las cuales estaban envueltas en su cintura, luego de varias embestidas y posiciones los dos llegaron al máximo placer evocando un gemido producto de aquel amor que se tenían.

Continuará...

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora