Capítulo 46

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R: No Valentina, estás equivocada -Valentina se quiso parar pero el le tomo las manos- escúchame por favor, para mí nunca vas a ser una carga, y ¿Sabes por qué? -ella negó con la cabeza- Por qué yo te amo Valentina, te amo más que a mi vida y daría lo que fuera por evitarte este sufrimiento pero lamentablemente lo único que puedo hacer es apoyarte y estar aquí para ti, yo soy el que no merezco a alguien tan maravillosa como tú y aún así quiero luchar para seguir juntos, quiero estar contigo el resto de mi vida, yo me enamoré de ti por tu alma, por tu manera de ser tan única no por los hijos que me pudieras dar, tú estás sana mi amor, solo necesitamos que controlen lo que tienes y podrás vivir una vida plena, déjame seguir a tu lado amándote, ayudando a sabe todas las heridas de tu corazón, déjame ayudar a levantarte, Vale, si te pedí matrimonio fue por qué en realidad quiero vivir hasta el último minuto de mi vida a tu lado, por favor no me separes de ti

V: Rafa yo también te amo, en realidad me encantaría poder estar contigo toda mi vida, crecer juntos y ver nuestros logros pero no mereces estar conmigo, tu mereces a alguien sana que pueda estar contigo

R: ¡Pero tú estás bien amor! Solo es un tratamiento, juntos vamos a poder salir de esta

V: Es que me da terror herirte Rafa, eres el único que se ha mostrado transparente conmigo, el único que en realidad me ha amado, tu eres la persona que amo con mi vida y aunque me duela en el alma prefiero dejarte libre a yo lastimarte, no se de que soy capaz, ni siquiera sé si he lastimado gente y si es así yo no me lo perdonaría pero si a tu te llegará a hacer algo en ese momento mi vida se acabaría Rafa -dijo entre sollozos

R: Tu no me vas a lastimar mi amor -tomándole la cara- ya te lo he dicho, Fernanda nos va a ayudar, necesitas tratarte pero eso no impide que vivas tu vida, por favor Vale, vamos a seguir juntos, yo no quiero a otra persona que no seas tú en mi vida, te elegiría mil veces a ti por qué tu eres la única dueña de mi corazón, nunca podré amar a alguien más que no seas tú, por favor, vamos a luchar como lo hemos hecho hasta ahora

Valentina no pudo seguir, su fuerza de voluntad de hacia frágil ante Rafael, ella en realidad lo amaba y quería vivir con él, quería luchar junto a el así que eso haría.

Ella lo abrazó con fuerza mientras el también lo hacía, los dos comprarían lágrimas de desesperación, la situación no era fácil pero tampoco era imposible de superar y menos estando juntos pues su amor era tan fuerte que podía ser capaz de traspasar fronteras.... O al menos eso querían creer.

Valentina nuevamente tardo bastante en lograr tranquilizarse, Rafael la tenía entre sus brazos cuando siento como su cuerpo de relajo, pensó que se había quedado dormida, fue entonces cuando el sintió como su cuerpo empezaba a temblar, su respiración era agitada y forzada mientras que empezaba a sudar frío, de inmediato el trato de despertarla pero no tuvo éxito, el la cargo y salió rápidamente al estacionamiento donde estaba el carro de ella, por fortuna tenía las llaves, el la puso con cuidado en el asiento trasero, se subió al coche y empezó a conducir lo más rápido que podía al hospital más cercano tratando de mantener la calma, repitiéndose que todo estaría bien, para su mala suerte antes de llegar al hospital el tráfico estaba detenido pues había ocurrido un accidente, el no dudo y trato de estacionar el coche, como el hospital ya estaba muy cerca decidió tomarla en sus brazos y llegar a el, cuando lo hizo entró de inmediato a urgencias

R: ¡Por favor ayúdenme!

E: Dígame ¿Que tiene?

R: No se, ella estaba conmigo cuando de la nada empezó a sudar frío y a temblar

Las enfermeras subieron a Vale a una camilla mientras iban por el pasillo con ella, Rafael trato de seguirlos pero en un punto dado ya no lo dejaron seguir

E: Señor, lo siento mucho pero va a tener que esperar a su esposa aquí afuera, en cuanto tengamos noticias se lo haremos saber

Rafael se quedó en la sala de espera, las lágrimas mojaban sus mejillas y por más que trataban no dejaban de salir, fue entonces cuando su celular empezó a sonar, el sin ver la pantalla respondió la llamada

R: ¿Bueno?

X: ¿Dónde está Valentina? Necesito hablar con ella

R: ¡Ya dejanos en paz! ¿No entiendes todo el daño que le has hecho a tu hermana?

X: Necesito hablar con ella Rafael, si lo hice fue porque pensé que era lo mejor para ella, por favor Rafael

R: No Ximena, todo lo que ha pasado a sido tu culpa, si le hubieras dicho la verdad ella no estaría así

X: ¿Así? ¿Así como?

R; No te interesa Ximena, nunca te ha importado Valentina

X: Te equivocas Rafael, siempre me ha importado

R: ¿A si? Pues no parece, no has hecho más que lastimarla

X: Rafael por favor, déjame saber dónde está

R: ¿Para que? ¿Para herirla de nuevo?

X:Rafael ya, dime dónde están

R: Estoy en el hospital

X: ¿Hospital?

R: Si Ximena, Valentina se puso mal, no se que tiene, acabamos casi de llegar y de inmediato la metieron pero no me han dado noticias, eso era lo que quieras lograr ¿Verdad?

X: No Rafael, yo nunca quise hacerle daño -dijo casi llorando- por favor dime en qué hospital están

R: No, no quiero que te aparezcas por aquí, mi a ella ni ami nos hace bien tenerte cerca

X: Está bien, solo por favor avísame si sabes algo -llorando-

Rafale colgó la llamada, él seguía creyendo que todo lo que estaba pasando era culpa de Ximena, si tan solo le hubiera dicho la verdad desde antes ella no estaría ahí.

Pasaron un par de horas, para Rafael las más largas de su vida sin saber que era lo que tenía Valentina o siquiera si estaba bien, el estaba en sus pensamientos cuando un doctor salió

D: Familiares de Valentina Hartman

R: -acercándose- Soy yo, ¿Cómo está ella?

D:...

Continuará...

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora